La lira ha perdido un 25% de su valor en 2020, en el que sería su octavo año a la baja, según Bloomberg. El 31 de diciembre de 2010, el cambio se situaba en 1,5439 liras por dólar, casi una década más tarde, el dólar se cambia a 7,659 liras, algo inferior al pico del 6 de noviembre, en el que el cambio se llegó a situar en las 8,7593 liras.
La errónea política económica de Turquía de los últimos años, ha llevado a Ankara a tener que tomar decisiones drásticas y muy discutidas por la élite política y económica del país. Entre esas medidas estuvo la de vender el 10% de las acciones de la Bolsa de Estambul a Qatar, hace apenas unas semanas.

Erdogan ha llevado a cabo también cambios en el Banco Central turco para tratar de frenar la caída de la lira, pero la continua injerencia en las decisiones relativas a la política económica ha impedido a los sucesivos gobernadores llevar a cabo su labor con plena libertad teniendo en cuenta la situación que afrontaba Turquía.
Entre las posibilidades se encuentra la de elevar la tasa de interés un 1,5%, hasta el 16,5%, según ha informado Reuters esta misma mañana. Las nuevas sanciones por parte de Estados Unidos y de la Unión Europea, están teniendo un gran coste para la economía turca, que, según la oposición, destinará el 20% de la recaudación fiscal para hacer frente a los intereses generados por los préstamos.

El nuevo gobernador del Banco Central turco y antiguo ministro de Finanzas, Naci Agbal, ha asumido su puesto sabiendo la complicada situación que encara el país. A ella se debe sumar la incertidumbre que genera el coronavirus, y que impide pronosticar unas perspectivas optimistas sobre la evolución de la economía turca.
Naci Agbal ha anunciado diferentes medidas para tratar de revertir la situación y la caída libre en la que se encuentra la lira, pero los últimos datos reflejan que los mercados tienen serias dudas de que vayan a ser medidas lo suficientemente drásticas y ambiciosas para invertir la tendencia negativa.