Irlanda respira. El acuerdo de Nochebuena salva el acuerdo del Viernes Santo

La UE inicia el proceso para aplicar el pacto pos-Brexit el 1 de enero

photo_camera The EU starts the process to implement the post-Brexit pact on January 1st

Los embajadores de los países de la Unión Europea (UE) se reunieron este viernes para analizar el acuerdo sobre la relación tras el Brexit, cerrado ayer con el Reino Unido, un primer paso hacia la aplicación provisional del pacto, el 1 de enero de 2021, cuando la legislación comunitaria habrá dejado de aplicarse en territorio británico.
“Los Estados miembros de la UE empezarán ahora a revisar las 1.246 páginas del acuerdo y continuarán con este abrumador ejercicio en los próximos días”, escribió en Twitter el portavoz de la presidencia rotatoria de los Veintisiete que ahora ocupa Alemania, Sebastian Fischer.

Solo un día después de que Londres y Bruselas consiguieran el acuerdo, el negociador comunitario, Michel Barnier, informó a los embajadores de los Estados miembros sobre el texto consensuado.
Fuentes comunitarias indicaron que los países agradecieron a Barnier y su equipo el trabajo realizado y destacaron la importancia de haber permanecido unidos durante todo el proceso negociador con Londres

En cualquier caso, los países pidieron “un poco de tiempo” a la Comisión Europea para estudiar los textos y que haya puntos de contacto disponibles los próximos días en el Ejecutivo comunitario, así como una lista con las medidas más importantes que los Estados miembros deberían adoptar para estar preparados el 1 de enero, cuando el Reino Unido se habrá convertido de manera definitiva en un país tercero.

Acuerdo del Brexit

Asimismo, instaron a que se presente pronto la reserva de 5.000 millones de euros prevista en el presupuesto de la UE para el periodo 2021-2027 para apoyar a los países y sectores económicos más afectados por la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Barnier aseguró a los diplomáticos que en un divorcio ambas partes pierden, pero asumió que el acuerdo alcanzado es “razonable” y protege los intereses de los Veintisiete.
“Los embajadores de la UE elogiaron a Michel Barnier y al equipo negociador de la UE por su resiliencia y firmeza bajo una intensa presión durante la negociación del Brexit con el Reino Unido”, indicó Fischer en Twitter cuando terminó el encuentro de los embajadores.

La presidencia alemana ha decidido enviar una carta al Parlamento Europeo en la que comunica la intención de los Estados miembros de aplicar el acuerdo de manera provisional el 1 de enero, antes de que la Eurocámara dé su consentimiento al texto en la sesión plenaria que se celebrará entre el 18 y el 21 de enero.

“El embajador (alemán ante la UE, Michael) Clauss, firmó una carta dirigida al Parlamento Europeo sobre la intención de los Estados miembros de la UE de tomar una decisión sobre la aplicación preliminar del acuerdo en los próximos días”, señaló el portavoz de la presidencia alemana, Sebastian Fischer, quien añadió que los países respaldaron la misiva “de manera unánime”.

Acuerdo Brexit

Fuentes diplomáticas precisaron que en la carta se recoge la necesidad de la aplicación provisional para evitar “interrupciones significativas” en las relaciones entre la UE y el Reino Unido “con graves consecuencias para los ciudadanos y las empresas al final del periodo de transición el 1 de enero”.
Según las fuentes, la aplicación provisional también permitirá “el escrutinio democrático adecuado y completo” del convenio por parte del Parlamento Europeo y del Consejo de los Estados miembros antes de su ratificación final.

La Eurocámara es la encargada de ratificar el acuerdo con el Reino Unido, pero debido a la prolongación de las negociaciones hasta Nochebuena, ha dado por imposible hacerlo en 2020.
Así, la Comisión Europea propuso el jueves aplicar el documento de manera provisional entre el 1 de enero y el 28 de febrero de 2021.

Sin embargo, esa aplicación provisional también exige una serie de trámites que el club comunitario espera completar antes de fin de año.
Tras la reunión de los diplomáticos hoy, los Gobiernos de los Estados miembros tendrán unos días para examinar el acuerdo.

En unos días, el Consejo, que reúne a los países de la UE, votará la decisión sobre la aplicación provisional y la firma.
El objetivo es firmar y publicar el pacto en el diario oficial de la UE antes de fin de año, para que pueda entrar en vigor de forma provisional el 1 de enero.

En enero, será el voto en la Eurocámara y el Consejo después tomará la decisión de concluir el acuerdo.
Aunque el Parlamento Europeo no votará hasta enero, el próximo lunes a las 10.00 horas (09.00 GMT) los líderes de los grupos parlamentarios mantendrán una reunión a la que han invitado a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y al negociador comunitario, Michel Barnier.

Acuerdo del Brexit

Irlanda respira. El acuerdo de Nochebuena salva el acuerdo del Viernes Santo

Casi cinco años después del shock causado por el referéndum del Brexit, Irlanda respira aliviada. Su principal socio comercial y vecino más próximo, el Reino Unido, abandona la Unión Europea (UE) con un acuerdo que evita un divorcio salvaje.

Desde el comienzo de esta separación, el Gobierno de Dublín ha contado, no obstante, con el apoyo de Bruselas y sus socios comunitarios, pues tenía mucho que perder con una salida desordenada.

La solidaridad de los Veintisiete ha servido como una advertencia para Londres durante las negociaciones, pues dejaba claro que el bloque defendería los intereses de todos sus miembros, incluidos los de una pequeña isla de poco más de 4 millones de habitantes situada en los márgenes del continente.

Así, al mismo tiempo, Bruselas enviaba un mensaje claro a otros socios tentados a seguir el ejemplo de la díscola Albión en tiempos de políticos populistas: "salir del club comunitario no es una tarea fácil". 

Por ello, tampoco faltaron voces en Irlanda que decían que, llegado el momento, Bruselas daría prioridad a los intereses generales de la UE sobre los de este país, abriendo incluso la puerta a un debate sobre la conveniencia de su salida del bloque, el utópico Irexit.

La primera prueba sobre la solidez de este compromiso llegó con el asunto de la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, la única barrera terrestre que quedará en pie entre el Reino Unido y la UE tras el Brexit.

Esa divisoria, de más de 500 kilómetros, ha permanecido invisible desde la firma de los acuerdos de paz del Viernes Santo, el texto que puso fin al sangriento conflicto norirlandés.

La libertad de movimientos entre hermanos del norte y sur de la isla, el tránsito ininterrumpido de bienes y servicios, la ausencia de infraestructuras fronterizas físicas han sido clave para afianzar el proceso democrático. Para garantizar el fin de la violencia y la reconciliación entre las dos comunidades históricamente enfrentadas, la católica-nacionalista y la protestante-unionista.

Y para generar también una economía panirlandesa, transfronteriza y altamente interconectada. La profesora que da clases en una escuela norirlandesa tiene su residencia en irlanda; la leche de las vacas que pastan en el norte se procesa en una fábrica del sur; etcétera. 

Los ejemplos sobre esta relación especial son numerosos y el Brexit salvaje amenazaba con hacer saltar por los aires este trabajado y delicado equilibrio de fuerzas sociales, económicas y políticas.

Además de Bruselas, Dublín han contado para el asunto de la frontera con el apoyo de Washington -más claro el de los demócratas que el del Donald Trump, entusiasta de un Brexit duro-, pues sucesivas administraciones han estado siempre muy involucradas en el proceso de paz.

El ppuzzle difícil de encajar 

El puzzle, sin embargo, no era fácil de encajar. El Reino Unido reiteró desde el principio que saldría del mercado único comunitario y la unión aduanera para poder firmar otros acuerdos comerciales alrededor del mundo.

La UE, en consecuencia, se vio obligado a diseñar un plan para proteger el mercado interior frente la puerta de entrada de la frontera norirlandesa, pero sin alterar su invisibilidad.

La solución ha estado en un complejo mecanismo de seguridad llamado Protocolo Irlandés, incluido en el Acuerdo de Salida que Londres y Bruselas pactaron en octubre de 2019 y que entró en vigor en febrero pasado, el texto que fija los términos de "la salida ordenada del Reino Unido de la UE", según reza el documento. 

El Brexit, sin embargo, ha marcado sus propios tiempos y la llegada del Boris Johnson a la jefatura del Gobierno británico en julio ha añadido incertidumbre a la negociación sobre la relación comercial que tendrán las dos partes tras este divorcio.

El líder conservador estaba dispuesto a cerrar el periodo de transición del Brexit, que concluye el 31 de diciembre, sin un acuerdo, lo que hubiese resultado catastrófico para la economía de Irlanda, muy castigada ya por la pandemia de coronavirus. 

La crisis sanitaria también ha dañado a las finanzas británicas y, quizá, ha provocado algo de vértigo en Downing Street para no dar ese salto al vacío que Boris, con bravuconería, decía que estaba dispuesto a dar.

El acuerdo de Nochebuena

Asimismo, el final de 2020 ha llevado a la Casa Blanca a un nuevo inquilino. El demócrata Joe Biden presume de sus raíces irlandesas y ha dejado claro desde el principio que cualquier pacto comercial debía respetar los contenidos de los acuerdos de paz de 1998 y evitar el retorno de una frontera dura.

Con este nuevo acuerdo pos-Brexit, el Protocolo Irlandés sigue intacto. Implica que Irlanda del Norte seguirá alineada en ciertas áreas con las normas del mercado único y la unión aduanera, a fin de mantener abierta la frontera con el sur. 

Irlanda respira tranquila. El acuerdo del Viernes Santo está a salvo gracias al pacto del Brexit, que por aquí ya empiezan a llamar acuerdo de Nochebuena, el mejor regalo para esta Navidades pandémicas.

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