La economía saudí se contraerá hasta un 5,2% en 2020 pero tendrá un crecimiento del 2,3% el próximo año, según un informe del Instituto Internacional de Finanzas

La recuperación económica en “V” de Arabia Saudí

AFP/FAYEZ NURELDINE - Logotipo del plan de modernización Visión 2030, que prevé la diversificación de la economía del país

La crisis sanitaria del coronavirus también ha golpeado con fuerza a la economía mundial. Los parones productivos y el endeudamiento para hacer frente a la pandemia llevarán a casi todos los países del mundo a sufrir recesiones en 2020. Es algo que ya está asumido por todos los políticos y economistas. Lo que todas las naciones buscan a partir de 2021 es la famosa recuperación en “V” y un rebote de la economía. Arabia Saudí se está encaminando hacia este escenario. La economía saudí se contraerá hasta un 5,2% este año, pero tendrá un crecimiento del 2,3% en el 2021, según las proyecciones del Instituto Internacional de Finanzas. Esta organización ha preparado un informe sobre las finanzas del reino del desierto que fue publicado la semana pasada y ha sido remitido a los medios de comunicación.

El estímulo a la economía saudí por parte de las autoridades durante la pandemia se ha centrado en las ayudas a la compra de viviendas, el gran apoyo a las pequeñas y medianas empresas y la financiación de las exportaciones no petroleras, según indica el documento. El Banco Central ha introducido medidas de liquidez que suponen el 3% del PIB para apoyar a las pequeñas y medianas empresas y está incentivando a los bancos comerciales a aplazar seis meses los reembolsos de los préstamos al sector privado. Pese a los esfuerzos, la economía ha sufrido un desplome de 11% en el segundo trimestre debido a las restricciones para contener los contagios de la COVID-19 tras una contracción del 1% en el primer trimestre como consecuencia del comienzo de las restricciones y la caída de los precios del crudo por los recortes de producción de la OPEP.

Recuperación en V

A pesar del escenario adverso que ha tenido lugar en 2020, el ritmo de nuevas infecciones de COVID-19 se ha ralentizado y las restricciones a la movilidad se han reducido. Los indicadores económicos, como el PMI, crédito al sector privado o la producción de cemento, reflejan que la actividad económica se está recuperando y apuntan a un rebote. Pero la incertidumbre es la norma este año y los datos económicos pueden cambiar en cualquier momento dependiendo de la progresión de los indicadores sanitarios. Uno de los grandes problemas a los que deberá enfrentarse el país del Golfo es una tasa de desempleo cercana al 10% debido a la falta de inversión pública y privada en 2020. Los sectores no vinculados con el petróleo tienen que mantener tasas de crecimiento cercanas al 3,5% para absorber la tasa paro.

El sistema bancario del país mantiene su solidez gracias a una fuerte capitalización, liquidez y bajos niveles de morosidad, apenas un 2%. Aunque los hogares y las empresas han reducido su consumo y su inversión, la confianza en el sistema bancario continúa siendo muy fuerte, con depósitos que crecen hasta un 9,4% en julio. El crédito al sector privado sigue aumentando hasta el 13% en julio, el más alto desde finales de 2013, impulsado por la contratación de hipotecas.

El fuerte impacto del petróleo

El petróleo ha sido uno de los sectores económicos que más ha flaqueado en los peores momentos de la pandemia. La paralización de la actividad económica y la sobreproducción llevaron en abril a los precios del barril a su nivel más bajo en 20 años. Arabia Saudí ha sufrido una disminución de las exportaciones de petróleo que tendrá un fuerte impacto sobre sus finanzas públicas. Si el país registró un superávit del 5,9% en 2019, este año tendrá un déficit del 1,5% a pesar una caída del 12% de las importaciones, según los pronósticos que recoge el documento del Instituto Internacional de Finanzas.

Este déficit fiscal será corregido en 2020 gracias a los recortes en el gasto, de casi un 12%, que se han llevado y a la triplicación del IVA, que a partir de julio ha pasado a suponer un 15% de cada compra. La inversión pública será una de las más afectadas por los recortes, como ya ocurrió en 2015 y 2016. Los subsidios a los empleados públicos para sufragar gastos como facturas y suministros han sido suspendidos. Los analistas explican en el informe que se esperan que la ola de privatizaciones que está prevista ayude al Gobierno a aumentar sus ingresos. Pese a esta mejora, es probable que los gastos aumenten en el cuatro trimestre del año y que como resultado el déficit presupuestario podría superar los 70.000 millones de dólares este año, equivalente al 11% del PIB.

Paseo Arabia Saudí

Asumiendo que los precios del petróleo sigan en 46 dólares por barril en 2021 y suban a 50 dólares a partir de entonces, el déficit fiscal caerá al 5,2% en 2021 y el presupuesto volverá a equilibrarse en 2023. Los economistas pronostican que la deuda pública alcanzará un 37% este año y un 42% en 2023. Se trata de un aumento notable teniendo en cuenta que este indicador apenas era el 23% del PIB en 2019.

Pese a estas elevadas cifras de déficit, poco habituales en los países de la zona, el reino tiene suficientes activos públicos y una deuda baja, por lo que la financiación del déficit seguirá siendo factible en el período 2020-2023, según indica el documento de Instituto Internacional de Finanzas. La emisión de bonos de Arabia Saudí en lo que va de año ha ascendido a 17.000 millones de dólares. La Administración saudí aún tiene muchos retos para ser más transparente y eficiente y la productividad aún debe aumentar más, según los analistas del Instituto Internacional, que destacan los progresos que se han conseguido en los últimos años para reformar la economía y diversificarla en la parte final del informe.

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