Fue bautizado “Isaac Peral” por la Princesa de Asturias hace 15 días y ahora debe comenzar a demostrar sus capacidades náuticas y operativas

El submarino S-81 ya está a flote y preparado para iniciar las pruebas en puerto

photo_camera PHOTO/Navantia - El nuevo submarino S-81 fue puesto a flote el 7 de mayo desde un dique flotante de 90 metros de longitud. Ahora comenzará la fase técnica de las pruebas en puerto

El submarino S-81 “Isaac Peral” ya ha tenido su bautismo de mar y ahora se encuentra atracado en uno de los muelles del astillero de Cartagena de Navantia en condiciones de seguridad. 

Una vez que ya en el agua, el primer submarino de diseño y fabricación española va a ser sometido a la primera fase técnica de las llamadas “pruebas de puerto”. Están encaminadas a comprobar el buen estado general de todos los sistemas a bordo, cargar sus baterías y llenar sus tanques de combustible para poder efectuar las pruebas iniciales de propulsión con el submarino amarrado.

PHOTO/MDE - Las maniobras para su puesta a flote contaron con la presencia de la secretaría de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro. En la imagen, junto con el Jefe de Apoyo Logístico de la Armada, almirante Aniceto Rosique, y el Jefe del Arsenal de Cartagena, vicealmirante Pedro Luis de la Puente

En presencia de los inspectores del programa se pondrán en marcha uno a uno los tres diesel-generadores eléctricos del sistema de propulsión, quienes comprobarán que el sistema de distribución eléctrica funciona en todos los casos bajo los estándares predefinidos. En días sucesivos se repetirán las pruebas de carga al completo de las baterías y se verificará el rendimiento del motor eléctrico.

Las pruebas técnicas en puerto conllevan superar una serie de fases que deben confirmar que todos los sistemas y equipos a bordo funcionan de forma correcta y óptima. En caso contrario, se procederá a corregir las anomalías detectadas y a llevar a cabo los ajustes y modificaciones necesarias, todo lo cual se prolongará hasta el primer trimestre de 2022.

Superadas todas las verificaciones técnicas, “será entonces cuando el S-81 se considerará en condiciones de navegar y darán comienzo las pruebas de mar”, han confirmado ingenieros que conocen los detalles del proceso.

PHOTO/Navantia - Con el comandante y la dotación de quilla a bordo del “Isaac Peral”, el casco del nuevo submarino entra en contacto con el agua del Mediterráneo
Pruebas de mar en 2022

Las citadas pruebas de mar comprenden una exhaustiva campaña de navegación en superficie de unos 10 nudos (18,5 km/h) e inmersión a 19 nudos (35 km/h) hasta alcanzar una cota máxima del orden de los 300 metros, aunque su profundidad máxima operativa exacta forma parte del secreto. Los exámenes de sus capacidades náuticas y operativas deben estar terminados un año después, con la entrega oficial del S-81 a la Armada española y con su entrada en servicio en el segundo semestre de 2023.

Las maniobras y trabajos que concluyeron con la puesta a flote en las aguas del Mediterráneo del sumergible y su posterior amarre en puerto culminaron en torno a las 19:00 horas del viernes, 7 de mayo. Habían comenzaron dos días antes, cuando el “Isaac Peral” ‒con una eslora de 80,8‒ fue emplazado sobre un dique flotante de unos 90 metros de longitud, que fue trasladado a una zona de la dársena del astillero de Cartagena con el calado necesario para ser inundado.

PHOTO/Navantia - La forma y dimensiones de la hélice del S-81 son un elemento clave que define sus prestaciones y le diferencia del resto de submarinos. Por tal motivo, una protección la mantiene oculta de las vistas

Con el comandante y la dotación de quilla a bordo del “Isaac Peral” para controlar la marcha de las operaciones, el dique flotante inundó sus lastres y el casco del primer submarino de la clase S-80 comenzó a ser bañado por el agua y, poco a poco, a flotar por sí mismo.

La operación concluyó con la intervención de tres barcos remolcadores, que empujaron el submarino desde su posición en el dique hasta el muelle, donde personal del Tren Naval del Arsenal de Cartagena procedió a su amarre.

Dada la trascendencia de la operación, las maniobras de puesta a flote se han llevado a cabo bajo la atenta mirada de la secretaría de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, que estuvo acompañada por el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, del Jefe de Apoyo Logístico de la Armada, almirante Aniceto Rosique, y del Jefe del Arsenal de Cartagena, vicealmirante Pedro Luis de la Puente.

Un producto también concebido para la exportación

La forma y dimensiones de la hélice del S-81 son un elemento clave que define una parte importante de las prestaciones que alcanza el submarino y que le diferencia del resto de plataformas semejantes. Por tal motivo, su puesta flote se ha realizado con la ocultación a la vista de la hélice mediante una protección exterior. Una vez el submarino en el agua, se ha posicionado con la hélice por debajo del agua.

PHOTO/Navantia - A partir de los próximos días comenzará una exhaustiva campaña de comprobaciones en puerto que se prolongará hasta principios de 2022, en que se dará paso a las pruebas de mar

En presencia del Rey Felipe VI, el S-81 fue bautizado “Isaac Peral” por la Princesa de Asturias en una ceremonia castrense celebrada el 22 de abril en la factoría de Cartagena del astillero nacional Navantia.

Especializada en la construcción de submarinos, la factoría de Navantia de Cartagena trabaja a marchas forzadas en el S-82 “Narciso Monturiol”, en el S-83 “Cosme García” y en el S-84 “Mateo García de los Reyes”, desarrollados con nuevas tecnologías silenciosas de propulsión independientes del aire (AIP) para relevar a los sumergibles de la clase S-70, del que solo quedan dos unidades. 

Navantia confía en que la nueva clase S-80 y sus posibles derivados se conviertan en uno de sus sistemas de armas con capacidad real de exportación, que pueda competir en el mercado global con los submarinos oceánicos no nucleares desarrollados por otros países.

Su primer reto de carácter internacional está en Asía, en el concurso que el gobierno de Nueva Delhi tiene en marcha para hacer realidad el Proyecto 75, con el que la Armada India quiere renovar su flota de submarinos de propulsión no nuclear.

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