Javier García Gómez
Pie de foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha confirmado este martes que las negociaciones para crear un acuerdo por el que Guatemala sea declarado “tercer país seguro” se han roto. “Guatemala, que ha estado formando caravanas y enviando a Estados Unidos un gran número de personas, algunas de ellas con antecedentes penales, ha decidido romper el trato que tenían con nosotros al firmar el acuerdo necesario de tercer país seguro”, ha asegurado el dirigente en su cuenta de Twitter. El acuerdo que buscaba Trump pretende que los inmigrantes que lleguen a EEUU para solicitar asilo y que han pasado por Guatemala, puedan ser devueltos a este país y esperen ahí la resolución de su solicitud.
El presidente de EEUU, además, ha dirigido una serie de amenazas a la nación centroamericana con “vetos, aranceles e impuestos a las remesas” o “todas juntas” si esta no adopta políticas que frenen los flujos de migración al país norteamericano. Como ya venía avisando el mandatario desde el año pasado con el comienzo de la crisis migratoria en Centroamérica, EEUU ha cancelado las ayudas al desarrollo y asistencia por valor de 560 millones de dólares a Guatemala y a otros países centroamericanos como El Salvador u Honduras, debido a su papel de países emisores. Asimismo, recientemente ha anunciado que parte de esos fondos irán destinados a un nuevo programa de asistencia a la oposición de Venezuela.
Pie de foto: Los migrantes que llegan de Guatemala desembarcan de una balsa en Ciudad Hidalgo, México. AP/REBECCA BLACKWELL
La respuesta a estas palabras por parte del presidente guatemalteco, Jimmy Morales, ha sido la de responsabilizar a la Corte de Constitucionalidad de su país por haber impedido al Ejecutivo definir a Guatemala como “país seguro”. “Lamentablemente, la Corte de Constitucionalidad (CC), sin conocimiento alguno y sin las facultades para entrometerse en la política exterior, asumió erróneamente una postura negativa a los intereses nacionales.”, afirmaba el mandatario en un comunicado publicado en sus redes sociales. Asegura, además, que los magistrados han tomado “decisiones que ponen en peligro la excelente relación bilateral con nuestro principal socio económico (EEUU)".
Sin embargo, según el artículo 171 de la Constitución de Guatemala, se determina que es el Congreso el que tiene la facultad de aprobar, incluso antes de la ratificación, los tratados, convenios o cualquier arreglo internacional. En este sentido, Donald Trump ha definido más tarde el fallo de la Corte como una excusa: “En otras palabras, no querían firmarlo”. Fuentes estadounidenses familiarizadas con las negociaciones entre los dos países han afirmado que EEUU estaba cerca de conseguir el acuerdo de “país seguro” antes de la decisión del Tribunal, según lo ha recogido la cadena CNN. Mientras, el Gobierno de Jimmy Morales ha interpuesto este lunes una revocatoria de amparo provisional a la sentencia de la Corte.
Estos desencuentros se han producido días después de que el Gobierno del país norteamericano anunciara una nueva medida para frenar el flujo de migración el pasado lunes. Como así lo han revelado en un comunicado el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional, EEUU solo va a aceptar solicitudes de asilo, en su frontera sur, de inmigrantes que hayan pedido el asilo y se les haya sido denegado en un tercer país a lo largo de su ruta. Esta medida afectará principalmente a los migrantes centroamericanos que pasan por México o Guatemala antes de llegar a la frontera con EEUU, que ahora contarán con más restricciones para iniciar el proceso. La medida, que entra en vigor este martes, afecta incluso a los niños migrantes, aunque tiene ciertas excepciones como las víctimas de tráfico humano o aquellas personas que atraviesen algún país que no haya firmado los tratados que rigen la gestión de los refugiados.
Pie de foto: Un agente del Instituto Nacional de Migración (INM) habla con migrantes hondureños después de que miembros de la Guardia Nacional de México les impidieran cruzar la frontera hacia Estados Unidos, el 26 de junio de 2019. REUTERS/JOSE LUIS GONZALEZ
La presión sobre México no cesa
Es debido al trazado de esta ruta migratoria que la Administración Trump no solo ha presionado a Guatemala, sino que lo lleva haciendo con México desde hace varios meses. El pasado mes Trump introducía aranceles del 5% a las importaciones de su vecino del sur vinculándolo a su política migratoria que hizo temblar la economía del país latinoamericano. Sin embargo, el Gobierno de López Obrador movió ficha rápido endureciendo los controles migratorios y respondiendo a las demandas de EEUU. Las autoridades mexicanas han calculado la reducción de un 36,2% en el flujo migratorio en el último mes y medio, según datos que presentaban al secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, en una reunión conjunta la semana pasada.
Pie de foto: Miembros de la Patrulla Fronteriza y de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ayudan a una mujer migrante en silla de ruedas mientras ella y otros migrantes cruzaban ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos para solicitar asilo político, en Ciudad Juárez, México, el 6 de julio de 2019. REUTERS/JOSE LUIS GONZALEZ
México salvaba, así, la debacle que podría haberse producido en su economía como consecuencia de los aranceles, especialmente en los impuestos sobre las remesas de los mexicanos que viven en el gigante norteamericano. Sin embargo, el Gobierno mexicano continúa firme en su negación a adoptar un acuerdo con su vecino del norte en materia migratoria, sobre todo, acerca de declarar a México como “tercer país seguro”. Después de esta reunión con Pompeo, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, afirmaba que México ha demostrado que con sus propias leyes puede gestionar este fenómeno.