Los desacuerdos entre el Gobierno y el Banco Central pone en evidencia las garantías del sistema tunecino para una posible recuperación

Túnez experimenta una crisis económica sin precedentes

photo_camera PHOTO/REUTERS - Banco Central de Túnez

La falta de acuerdos entre el Gobierno de Hichem Mechichi y el Banco Central tunecino sobre las formas de financiar el déficit presupuestario suplementario ha sumido a Túnez en una crisis económica sin precedentes.

El gobernador del Banco Central de Túnez, Marwan al-Abbasi, prevé una disminución del producto interno bruto (PIB) del 7 al 8% este año, después de registrar una contracción del 2% en el primer trimestre de 2020 y del 20% durante el segundo trimestre.

Esto se produjo durante una sesión parlamentaria el jueves sobre la situación económica y las políticas y el papel del Banco Central durante la crisis del coronavirus.

Al-Abbasi atribuyó la desaceleración de la economía local a la crisis del coronavirus, y agregó que: "La situación económica era difícil antes de la pandemia y empeoró por las repercusiones de la COVID-19".

Por su parte, Mechichi exige que el Banco Central juegue un papel en la financiación del presupuesto mediante préstamos al Estado, argumentando que muchos países han adoptado este enfoque en circunstancias excepcionales. El martes, el primer ministro tunecino reconoció que el país ha atravesado una situación económica "muy difícil y sin precedentes", con el costo de la pandemia alcanzando los 2.900 millones de dólares, lo que requiere tomar soluciones poco convencionales. Mechichi dijo que Túnez está siendo testigo de una crisis económica sin precedentes, pero "no está amenazada con la bancarrota o ni siquiera cerca de ella".

"Túnez no ha vivido en su historia una crisis económica y social como la que atraviesa hoy, debido a la acumulación de muchos años sin encontrar soluciones ni desarrollar estrategias para salir de esta situación", explicó Mechichi.

Justificando la opción de pedir prestado al Banco Central, Mechichi señaló: "Esto no es una moda pasajera. Lo mismo sucedió en países similares a Túnez y en países liberales".

El primer ministro señaló que "la posibilidad de posponer el alivio de las deudas del Estado tunecino se encuentra en el mantenimiento del gran margen de confianza en el que trabaja nuestro Gobierno". Mechichi indicó que el Ejecutivo planea reducir el déficit al 12% del PIB, en comparación con el 14% anunciado inicialmente.

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Anteriormente, el Gobierno tunecino anunció la labor esperada por parte del Banco Central en el financiamiento interno inyectando 3.000 millones de dinares (unos 1.000 millones de dólares) para salvar el déficit financiero del presupuesto, y esta opción provocó un debate generalizado en el Parlamento, que se dividió entre los partidarios de esta propuesta a la luz de la situación estresante y no tener el lujo de una opción con obligaciones. El Estado debe cumplirlo y manifestó la necesidad de pasar por un sistema de reforma y desarrollo y no facilitar las soluciones.

Las pequeñas y medianas empresas fueron las más afectadas por la pandemia y enfrentan una situación difícil, según el gobernador del Banco Central, quien confirmó: “El coronavirus también tuvo un impacto negativo en el sector turístico y exacerbó las tasas de desempleo”.

Según estimaciones del Banco Central de Túnez, el sector turístico se contrajo en un 60% este año, mientras que las tasas de desempleo superaron el 18% en comparación con el 15,5% en 2019.

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El Banco Central de Túnez predice que la inflación se desacelerará a un promedio del 5,4% durante 2020, en comparación con el 6,7% en 2019.

Al-Abbasi comentó: "Para fines de este año, registraremos una tasa de inflación del 5,7%, que es una cifra positiva".

Los datos del Instituto Nacional de Estadística de Túnez mostraron el jueves que la tasa de inflación se mantuvo estable por tercer mes consecutivo en 5,4%.

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Los expertos llaman la atención sobre el modelo libanés, que se basa en el financiamiento bancario para el presupuesto y los préstamos al Estado, que finalmente condujo al colapso de la situación financiera en Líbano, que anunció en marzo pasado que no podía pagar las deudas pendientes por primera vez en su historia.

Líbano ha estado sufriendo durante mucho tiempo una crisis financiera, con una relación deuda / PIB para el año 2019 de alrededor del 155%, lo que lo convierte en el tercer país más endeudado del mundo después de Japón y Grecia.

El Banco Central de Túnez rechaza los planes del Gobierno de exigirle la compra de bonos del Tesoro, que considera una amenaza real para la economía, que incluye una mayor presión sobre la liquidez, alta inflación y una moneda local débil.

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