Un nuevo modelo de crecimiento más alejado del petróleo. Es el consejo que propone el Instituto de Finanzas Internacionales a las autoridades de Emiratos Árabes Unidos. La razón principal para tomar esta iniciativa reside en la caída abrupta y posterior estancamiento de los precios del crudo. La elevada tasa de cambio actual del dirham emiratí también es motivo, según la organización, para emprender reformas.
Como consecuencia de estas circunstancias, sectores como la construcción y el comercio de bienes, bases de la economía emiratí a lo largo de las últimas décadas, han experimentado un cierto estancamiento, según el informe elaborado por los economistas Garbis Iradian y Jonah Rosenthal. El precio de la vivienda, indicador frecuentemente utilizado para medir la buena salud de una economía, ha sufrido un descenso paulatino en los últimos años sin visos de que la tendencia se revierta; así, una nueva estrategia se percibe como necesaria.

El espinoso contexto internacional, además, no contribuye a que EAU disfrute de una mayor pujanza; la guerra en Yemen, las tensiones con Irán y la rivalidad con Qatar, reconocen los autores, son factores que debilitan la inversión y dificultan la empleabilidad de los expatriados en la región. La situación es susceptible de empeorar debido a las nuevas sanciones impuestas sobre Teherán por Estados Unidos.
Con el comercio ralentizado por la falta de liquidez, el precio del dinero es otro problema añadido al que debe enfrentarse el Ejecutivo de Abu Dhabi. Actualmente, tres cuartas partes de las pymes del país no tienen acceso al crédito bancario. Una bajada de los tipos de interés abarataría el coste de la financiación para las pequeñas y medianas empresas, se propone en el escrito; conviene aprovechar el buen momento del sector bancario, que ha permitido una mayor circulación de crédito a grandes empresas, incluidos otros bancos. Extender esa fluidez a los actores más pequeños es el reto pendiente.

En el campo de las reformas del mercado de trabajo, Iradian y Rosenthal abogan por un entorno más flexible para facilitar las posibilidades de contratación, si bien es cierto que se aplaude el bajo desempleo estructural del país. La colaboración de las empresas emergentes del sector privado y el sector público es señalada como una tendencia que se debe reforzar con el objetivo de que la economía sea más innovadora y competitiva. Para que la estructura económica se base cada vez más en el conocimiento, ha de fomentarse la inversión en ciencia y formación de los trabajadores.
El documento publicado por el IIF, no obstante, también elogia ciertas políticas económicas del país. Apunta a que la inversión extranjera directa -campo en el que EAU es líder regional- continuará siendo sostenida próximamente. En sus previsiones para los próximos años, estima un ligero crecimiento del producto interior bruto real no relacionado con los hidrocarburos. Se espera que la subida sea del 1,9% para este año 2019 y de cerca de un 2,2% en 2020.
El informe señala el estímulo proporcionado por el Estado en forma de gasto público como una política que ha servido para evitar un estancamiento más grave. Anima al Gobierno a mantenerla para que la economía emiratí siga siendo dinámica, puesto que las previsiones del déficit público se mantienen estables entre el 2 y el 3%, según el texto del IIF.

Asimismo, se espera que la Expo 2020, que se celebrará en Dubái, suponga un nuevo impulso para la inversión. El foro representará, del mismo modo, una oportunidad para crear nuevas redes de colaboración entre actores de todos los sectores, tanto nacionales como extranjeros, lo que, según los autores, debería redundar en un modelo más eficiente y alejado del carbono. Recientemente, miembros del Ejecutivo han manifestado en el marco del Congreso Mundial de la Energía de Abu Dhabi su intención de caminar en esta dirección.