Así agradece Putin al presidente Lukashenko de Bielorrusia su respaldo a la invasión de Ucrania

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, acaban de reafirmar el compromiso de estrechar su cooperación bilateral en el ámbito económico, tecnológico y de seguridad tras mantener el pasado fin de semana una reunión en el balneario ruso de Sochi, en la costa del mar Negro.
Principal aliado político, económico y militar de Rusia en el espacio europeo, el encuentro entre ambos mandatarios ha servido para que Putin confirme a Lukashenko que sus Fuerzas Armadas tienen previsto comenzar a desplegar armas nucleares tácticas en Bielorrusia entre el 7 y el 8 de julio. Son muy pocos días antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Alianza Atlántica, prevista para el 11 y 12 del mismo mes en Vilna, la capital de Lituania.

El posicionamiento de ojivas atómicas rusas en territorio bielorruso no se produce por casualidad ni es tampoco gratuito. El presidente Lukashenko, que en agosto cumplirá 69 años, es el mayor respaldo de Putin en su ilegal invasión de Ucrania, y su apoyo va a tener su recompensa en varias esferas de actividad, la espacial es una de las principales.
Moscú y Minsk han pactado que una joven bielorrusa será la primera ciudadana del país de la Europa del Este en convertirse en cosmonauta. La agencia espacial de Rusia, Roscosmos, asume su formación y adiestramiento, llevarla hasta la Estación Espacial Internacional (ISS), facilitar que ejecute a bordo varios experimentos y traerla de regreso a la Tierra para mayor gloria de Lukashenko, en el poder desde julio de 1994.

Una azafata de la línea aérea estatal
A la llamada del departamento Aeroespacial de la Academia Nacional de Ciencias de Bielorrusia que dirige el economista Vladimir Gusakov, de 70 años, se presentaron alrededor de 3.000 solicitudes, según la propia institución. La lista corta de las preseleccionadas se redujo en diciembre pasado a seis jóvenes: dos azafatas de la aerolínea estatal Belavia, una médico forense, una ginecóloga, una cirujana pediátrica y una química dedicada a la investigación.
La medía docena de chicas fue enviada al Centro de Entrenamiento de Cosmonautas de Moscú (TsPK) para efectuar un amplio abanico de pruebas psicológicas, médicas, de inteligencia, sociabilidad y comportamiento en situaciones críticas, con vistas a determinar su grado de idoneidad para realizar un vuelo ultraterrestre.

Lukashenko viajó hasta Moscú para conocer a las seis aspirantes. Las reconfortó al decirles que aquellas que no sean designadas para volar en la primera misión, lo harán en las siguientes. “Sus aspiraciones no se van a desechar, no se preocupen”, les dijo. “Las que no viajen al espacio en 2024 lo harán más tarde y vivirán en el segmento ruso-bielorruso del futuro complejo orbital ROS que Roscosmos tiene en desarrollo. Habrá suficiente trabajo para todas”, les tranquilizó.
La finalmente elegida para ser adiestrada como cosmonauta titular es Marina Vasilevskaya, una de las azafatas de Belavia. Para sustituirla en caso de que surja algún imprevisto ha sido nominada Anastasia Lenkova, cirujana pediátrica que ejerce su labor en el Centro Científico y Práctico de Cirugía Pediátrica de Minsk. Una y otra serán entrenadas para ejecutar a bordo de la ISS la decena de experimentos de biotecnología y medicina del programa científico que ha concebido la Academia de Ciencias de Bielorrusia.

El entrenamiento comienza en pocas semanas
La NASA y Roscosmos ya han acordado que Marina Vasilevskaya volará en marzo de 2024 en la cápsula espacial Soyuz MS-25. El comandante jefe de la misión ha sido escogido a conciencia. Es el teniente coronel de la Fuerza Aérea de Rusia Oleg Novitsky, bielorruso de nacimiento pero nacionalizado ruso, que cuenta con tres viajes espaciales en su haber. Con ambos partirá como ingeniera de vuelo la astronauta norteamericana Tracy Caldwell Dyson, que ha estado en dos ocasiones en la ISS.
El director de los programas espaciales tripulados de Rusia, el excosmonauta ruso Sergei Krikaliov, que acumula seis estancias en el espacio ‒dos en el complejo orbital ruso Mir, dos en el transbordador espacial norteamericano y otras dos en la ISS‒ ha confirmado que el entrenamiento de Marina Vasilevskaya comenzará en el TsPK de Moscú a finales del presente verano o principios de otoño.

El Gobierno de Lukashenko está en pleno proceso de expandir su tejido industrial espacial a la sombra de los programas Complex-SG, Resource-SG y Kosmodozor-SG que abarcan el periodo 2024-2028. Con la contribución de las compañías rusas, el presidente de la ya citada Academia de Ciencias, Gusakov, ha expresado el 10 de abril que una de las iniciativas “más ambiciosas” es “construir las infraestructuras orbitales y terrestres de un sistema de observación de la Tierra basado en un satélite de detección remota de ultra alta resolución”.
El director de Sistemas de Geo información de la Academia de Ciencias, Sergei Zolotoi, también ha adelantado que el Gobierno de Minsk ultima los estudios para participar con Rusia en un “proyecto conjunto de pequeños satélites dedicado a aplicaciones civiles y militares”. De hacerse realidad, formaría parte de una constelación bilateral cuyo despliegue comenzaría a partir del año 2028.