Una mujer cosmonauta es el pago de Putin a la fidelidad de la Bielorrusia de Lukashenko

Moscú retribuye con un viaje al espacio la denuncia de Minsk del tratado FACE y el despliegue en su territorio de misiles nucleares tácticos
Nada más ser extraída de la capsula Soyuz MS-24 con la que ha regresado a Tierra, médicos y enfermeros rusos verifican las constantes vitales de la bielorrusa Marina Vasilevskaya - PHOTO/Roscosmos
Nada más ser extraída de la capsula Soyuz MS-24 con la que ha regresado a Tierra, médicos y enfermeros rusos verifican las constantes vitales de la bielorrusa Marina Vasilevskaya - PHOTO/Roscosmos
  1. Billete para dos semanas en la ISS
  2. Sin salida al Báltico y frontera con Lituania, Letonia, Polonia y Rusia

La Agencia Espacial de Rusia, Roscosmos, acaba de traer de regreso a tierra a Marina Vasilevskaya, de 33 años, que se ha convertido en la primera mujer de nacionalidad bielorrusa en viajar al espacio y pasar una docena de días a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).

Azafata de la compañía aérea Belavia Airlines, la aerolínea estatal de Bielorrusia, Marina Vasilevskaya retornó sana y salva el 6 de abril al aterrizar en una cápsula rusa Soyuz en la estepa de Kazajistán, en Asia Central.

La noticia tiene una especial relevancia porque está muy vinculada con la guerra en Ucrania. Vladimir Putin, su Gobierno y los estrategas del Kremlin son plenamente conscientes de la enorme importancia de mantener a Bielorrusia a toda costa como su más fiel y próximo aliado en su operación militar de arrebatar territorios a Kiev.

El presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, es el más fiel aliado de Putin en su operación militar de arrebatar territorios a Kiev y su principal socio en la CSTO, la versión rusa de la OTAN - PHOTO/Kremlin-Konstantin Zavrazhin
El presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, es el más fiel aliado de Putin en su operación militar de arrebatar territorios a Kiev y su principal socio en la CSTO, la versión rusa de la OTAN - PHOTO/Kremlin-Konstantin Zavrazhin

Los Gobiernos de Moscú y Minsk mantienen una estrecha alianza en los planos político, comercial, económico y, sobre todo, en seguridad y defensa. Se remonta a la ratificación en diciembre de 1999 del llamado Estado de la Unión, una entidad supranacional acordada por el entonces presidente ruso Boris Yeltsin y Aleksander Lukashenko para intentar unir a las dos naciones bajo una vía confederal.

Sin embargo, a partir de 2006 las relaciones bilaterales sufrieron un importante deterioro. Pero, poco a poco, volvieron a su cauce anterior debido a los problemas de la política interna de Lukashenko, que le aconsejaron reforzar su vinculación con el Kremlin. Para las autoridades rusas, Bielorrusia es la pieza clave de su pseudo OTAN, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva o CSTO por su acrónimo en inglés.  

El Centro de Control Korolev de Roscosmos situado en las cercanías de Moscú ha efectuado el control y seguimiento del vuelo de retorno de Marina Vasilevskaya, el ruso Oleg Novitsky y la norteamericana Loral O’Hara - PHOTO/Roscosmos
El Centro de Control Korolev de Roscosmos situado en las cercanías de Moscú ha efectuado el control y seguimiento del vuelo de retorno de Marina Vasilevskaya, el ruso Oleg Novitsky y la norteamericana Loral O’Hara - PHOTO/Roscosmos

Billete para dos semanas en la ISS

Así es que el Kremlin no se puede permitir que Lukashenko flaquee ante las presiones y sanciones que Estados Unidos, la Unión Europea y sus países miembros les aplican a ambos ¿Cuáles son los instrumentos que aplica Putin para mantener la lealtad de su vecino del sur?

Moscú retribuye de muchos modos las concesiones de todo tipo que le pide y le brinda el Gobierno de Minsk. Una de ellas es mediante el pago en especie, y nada mejor que ayudar a convertir en héroe nacional y ejemplo a seguir por toda la población de Bielorrusia a una esbelta y guapa joven convertida en cosmonauta… para mayor gloria del presidente Lukashenko.

Durante su estancia de 12 días en el complejo orbital, Marina Vasilevskaya llevó a cabo las tareas de investigación que le había asignado la Academia Nacional de Ciencias de Bielorrusia. Entre ellas, conseguir nuevas sustancias con los que preparar alimentos para cosmonautas. Efectuó ensayos con probióticos y lactoferrina, una proteína antimicrobiana presente en la leche humana, que se utiliza para reforzar el sistema inmune natural y ayudar al aumento intestinal de bacterias beneficiosas.

La bielorrusa Marina Vasilevskaya (derecha) ha compartido estancia en la ISS con las astronautas de la NASA Jeanette Epps, Tracy Caldwell-Dyson y Loral O’Hara, que ha regresado con ella - PHOTO/NASA
La bielorrusa Marina Vasilevskaya (derecha) ha compartido estancia en la ISS con las astronautas de la NASA Jeanette Epps, Tracy Caldwell-Dyson y Loral O’Hara, que ha regresado con ella - PHOTO/NASA

Terminado su periplo espacial, el regreso de Vasilevskaya a la Tierra fue mucho más rápido que el viaje de ida a la ISS. La cápsula Soyuz MS-24, se separó de la estación espacial, encendió sus motores durante poco más de cuatro minutos, se desprendió de su módulo de propulsión y atravesó las capas altas de la atmósfera terrestre guiada por su sistema de vuelo automático.

Después se abrió el paracaídas principal y a menos de un metro del suelo se dispararon los retrocohetes que minimizaron el impacto de la cápsula contra el terreno. A continuación, el equipo de rescate extrajo a la intemperie a Vasilevskaya y los médicos verificaron sus constantes vitales y las de sus dos acompañantes: el teniente coronel aviador y veterano cosmonauta ruso Oleg Novitsky, de 52 años, con tres misiones espaciales que suman 545 días en órbita, y la ingeniera de la NASA Loral O’Hara, de 40 años, que regresa tras acumular 203 días y 15 horas en la ISS.

Vladimir Putin y Alexander Lukashenko mantienen contactos muy frecuentes cara a cara, vía telefónica o por video conferencia para coordinar sus acciones militares y de política exterior - PHOTO/Kremlin-Konstantin Zavrazhin
Vladimir Putin y Alexander Lukashenko mantienen contactos muy frecuentes cara a cara, vía telefónica o por video conferencia para coordinar sus acciones militares y de política exterior - PHOTO/Kremlin-Konstantin Zavrazhin

Sin salida al Báltico y frontera con Lituania, Letonia, Polonia y Rusia

Bielorrusia está regida con mano de hierro desde julio de 1994 por Alexander Lukashenko, de 69 años, ganador indiscutible, pero discutido de los sucesivos comicios presidenciales que se celebran cada cinco años. Los próximos están previstos para 2025 en una fecha todavía por concretar, pero a la que Lukashenko ya dijo en febrero que iba a concurrir.

Con cerca de 10 millones de habitantes para un territorio cuya extensión es menos de la mitad de España, Bielorrusia formó parte de la Unión Soviética hasta agosto de 1991 en que ya era un hecho el colapso del régimen comunista. Enclavada en Europa oriental y sin acceso alguno al mar Báltico, limita al norte con Lituania y Letonia, al oeste con Polonia y al este con Rusia, de ahí su importancia geoestratégica para el Kremlin.

Marina Vasilevskaya (derecha) con sus compañeros del vuelo de ida a la Estación Espacial Internacional, en la que ha llevado a cabo experimentos y ensayos durante una docena de días - PHOTO/NASA-Bill Ingalls
Marina Vasilevskaya (derecha) con sus compañeros del vuelo de ida a la Estación Espacial Internacional, en la que ha llevado a cabo experimentos y ensayos durante una docena de días - PHOTO/NASA-Bill Ingalls

La alianza en todos los órdenes entre Moscú y Minsk se personifica en sus respectivos presidentes. Vladimir Putin y Alexander Lukashenko mantienen de manera permanente y semanal muy estrechos contactos cara a cara, vía telefónica o por video conferencia. Es el mejor modo que han encontrado para consolidar sus vínculos y muy en especial su alianza militar.

La petición más reciente de Moscú, que Lukashenko ya ha declarado que está dispuesto a satisfacer, es que el Parlamento de Minsk apruebe un proyecto de Ley con el que denunciar su adhesión al Tratado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, más conocido como Tratado FACE. Firmado en 1990 y en vigor desde 1992, limita el volumen de efectivos y el número de grandes sistemas de armas en poder de los países de la OTAN y del entonces Pacto de Varsovia.

El sistema de misiles tácticos rusos 9K720 Iskander, con capacidad de portar ojivas nucleares, es uno de los que Lukashenko ha autorizado el despliegue en territorio de Bielorrusia PHOTO/Russian Ministry of Defense
El sistema de misiles tácticos rusos 9K720 Iskander, con capacidad de portar ojivas nucleares, es uno de los que Lukashenko ha autorizado el despliegue en territorio de Bielorrusia - PHOTO/Russian Ministry of Defense

Tal medida guarda relación con otra concesión a Putin: permitir el despliegue en territorio bielorruso de misiles tácticos rusos con ojivas nucleares, entre ellos baterías del sistema 9K720 Iskander. El embajador en Naciones Unidas, Valentín Rybakov, argumentó el pasado 5 de octubre ante la Comisión de Desarme y Seguridad Internacional que su país está bajo “una presión política y económica sin precedentes”. “Aunque hace casi 30 años que renunciamos a las armas nucleares ‒afirmó‒ la escalada actual nos ha obligado a fortalecer nuestras capacidades de defensa a partir del verano de 2023”.