Abdalá II se reúne con Tebboune para rebajar la tensión argelina con Marruecos y España
La situación entre Marruecos y Argelia atraviesa uno de sus momentos más tensos desde que hace más de un año se rompiesen las relaciones diplomáticas entre Rabat y Argel. Una crisis que, como no podía ser de otra forma, ha salpicado a España. El posicionamiento español respecto al Sahara a favor de su fuerte aliado marroquí ha mermado notablemente las relaciones con los argelinos viendo que Madrid prioriza las que mantiene con los alauíes. No obstante, el rey de Jordania, Abdalá II ha entrado en escena para intentar mediar entre los tres países y acercar una solución que permita el desbloqueo de la encallada situación energética.
El pasado 31 de octubre, Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia, decidió cerrar el gasoducto Magreb-Europa. Los observadores calificaron esa decisión, junto con la de paralizar el acuerdo de asociación estratégica con España en el mes de junio de “apresurada y mal concebida”. Ahora, la reunión con el monarca jordano parece abrir un nuevo escenario en el que la reapertura de la conexión energética se vería cercana. Al menos así lo ve Yamal-Edine Buabdalah, presidente del Círculo Hispano-Argelino, que dice a La Vanguardia que “después de muchos meses de incertidumbre, ahora soy optimista”.
Desde Argelia, sin embargo, se mostraban tajantes respecto a los lazos con España. Mientras Pedro Sánchez esté al frente del Gobierno y no haya un cambio de posición en la crisis saharaui, las relaciones comerciales entre Argel y Madrid seguirán paralizadas. Muchas empresas españolas se han visto gravemente afectadas ya que no tienen acceso al mercado argelino desde junio y la solución por la que aboga Sánchez de una “solución política mutuamente aceptable” en el Sáhara, no convence a Argelia que, dice, “no es suficiente para recuperar la confianza”, según una fuente diplomática argelina a La Vanguardia.
Lo que sí apunta la misma fuente es que desde Argel apoyan “la mediación del rey Abdalá para reabrir el GME”. Además, añadía que considera que “puede suceder muy pronto, y será un paso para normalizar la relación comercial con España”. El rey de Jordania visitó Argelia a principios de este mes, cuando fue recibido con máximos honores por el presidente Tebboune. Eso sí, no sin antes pasar por El Cairo, donde obtuvo el visto bueno del presidente de Egipto, Abdelfatah El-Sisi, para actuar como mediador entre Argelia y Marruecos.
El momento de tensión que atraviesa la relación Rabat-Argel no se limita únicamente al Sáhara, uno de los más importantes. La asociación de Marruecos con Estados Unidos e Israel ha acercado más aún a Argelia a una alianza estratégica con Rusia. Incluso la carrera militar de marroquíes y argelinos se ha acelerado en los últimos meses, aumentando considerablemente la inversión armamentística de ambos. De hecho, Argel ha superado el doble del presupuesto del año pasado destinado a la defensa, a la vez que el Reino alauí ha alcanzado una inversión en récord en la misma cartera con el objetivo de modernizar su ejército.
Abdalá II podría ser el primero en conseguir avances reales a través de la mediación tras los fracasos de muchos países a lo largo de este año. Los intentos de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Mauritania no han surtido efecto. Como tampoco lo han hecho los de Italia, Francia, Unión Europea o la propia España. Ahora, la apertura del gasoducto Magreb-Europa podría ser el paso previo a una reunión entre representantes de Marruecos y Argelia que estaría prevista organizar en Suiza “muy pronto”.
La invitación hecha por el rey marroquí, Mohammed VI, al presidente Tebboune para una reunión de alto nivel que no obtuvo respuesta positiva por parte del argelino, ahora podría estar más cerca. El papel del rey jordano se antoja clave para desatascar una situación compleja que ha estado inmersa en un clima de tensión constante desde hace más de un año, que salpica de forma directa a España. Aunque, lo que tienen claro en Madrid es que su cercanía a Marruecos supone una prioridad sobre un posible acercamiento a Argelia que pueda poner en riesgo las relaciones con el Reino.
