Arabia Saudí refuerza su lucha contra el terrorismo y el radicalismo

Arabia Saudí endurece fuertemente su actitud contra el radicalismo y el terrorismo. El reino saudí ha aplicado penas de muerte en las últimas fechas contra siete personas condenadas por actos terroristas para dar muestra de que la respuesta contra los radicales sigue siendo contundente.
Las autoridades saudíes tienen claro que esta lacra debe ser erradicada. Por la propia seguridad nacional y por mantener la gran estabilidad de la que disfruta el país, el cual está muy enfocado en seguir aplicando el programa de apertura social y de consolidación económica que lleva desarrollando en los últimos años. Riad tiene el objetivo de asentarse como un centro financiero clave en el mundo y un referente económico e industrial en diversos sectores, para ello está implementando diversas reformas, destacando aquí el plan Visión 2030 que trata de desarrollar y potenciar diferentes sectores para diversificar la economía saudí y evitar la dependencia del petróleo. También las reformas sociales buscan modernizar más al país y lograr cada vez más derechos sociales para toda la población, incluidas las mujeres. Para seguir caminando por esta senda es necesario mantener la estabilidad y el terrorismo es un elemento desestabilizador que no tiene cabida en el plan saudí. Es por ello por lo que los dirigentes saudíes buscan actuar con firmeza contra cualquier amenaza terrorista.

En los últimos días, cuatro de estos acusados por terrorismo fueron ejecutados, elevando a siete el número de sentenciados a pena de muerte eliminados en las últimas fechas, la mayoría de origen chií. Pero el reino saudí está lógicamente actuando también contra el terrorismo yihadista ligado a la vertiente suní del islam, de hecho, el Reino se ha enfrentado durante años a ataques terroristas y planes dirigidos por elementos extremistas suníes que juraron lealtad a grupos terroristas como Daesh o Al-Qaeda. Precisamente, Arabia Saudí es el principal estandarte de la rama suní del islam, que confronta con la chií, predominante en otros países como la República Islámica de Irán, gran rival político del reino saudí en la región.
La agencia oficial de noticias SPA dejó constancia del anuncio oficial del Ministerio del Interior saudí que informó sobre la ejecución de estos siete ciudadanos saudíes acusados de espionaje, establecimiento de células terroristas, ataques a policías y entrenamiento con armas y bombas.
Uno de estos ejecutados, Ahmed bin Ali bin Maatouq, un ciudadano saudí, “se comunicó con un país hostil, se unió a uno de los campamentos de ese país y se entrenó en armas y bombas”, según informó SPA, citando un comunicado del Ministerio del Interior el martes, explicando que había regresado al país “para implementar su plan terrorista para violar la seguridad del Reino”.

El lunes, la agencia SPA también informó sobre la ejecución de tres personas que fueron condenadas por “unirse a un campamento fuera del Reino al servicio de una organización terrorista enfrentada al Reino de Arabia Saudí y entrenar con armas y bombas en sus campamentos”.
Además, afirmó que las autoridades llevaron a cabo las cuatro ejecuciones en la región oriental de mayoría chií, que ha sido testigo de frecuentes disturbios desde 2011, mientras que las fuerzas de seguridad frustraron las operaciones terroristas allí, después de haber sufrido ataques en los que se vieron involucrados elementos radicales chiíes.
Otras tres personas habían sido condenadas a pena de muerte previamente por establecimiento de células terroristas, poniendo en peligro la seguridad de agentes de Policía, conexiones con grupos terroristas en zonas en conflicto y diversos ataques contra fuerzas de seguridad en la zona oriental del país.
A pesar de todo, las cifras de ejecuciones han descendido desde el año pasado, ya que las autoridades saudíes han ejecutado a 36 personas desde principios de 2023, frente a las 147 personas del año anterior, según un balance elaborado en base a datos oficiales, como informó el medio Al-Arab.
Arabia Saudí muestra así su firmeza contra la amenaza terrorista. Aunque las autoridades saudíes también dejan claro que el poder judicial actúa libremente, sin estar bajo el dictado del poder, aplicando la ley, ya que, por ejemplo, en el caso de los ejecutados, estos agotaron todas las vías de recursos. Y es que uno de los objetivos primordiales del reino saudí ahora es preservar la seguridad nacional de cara a evitar cualquier elemento desestabilizador que entorpezca el desarrollo económico y social nacional.