La indignación con la clase política libanesa ha llevado a miles de personas a salir a la calle, en unas protestas que han dejado un policía muerto y más de 250 heridos

La ira conquista Líbano

REUTERS/GORAN TOMASEVIC - Un manifestante agita la bandera libanesa frente a la policía antidisturbios durante una protesta en Beirut, Líbano, el 8 de agosto de 2020

Indignación y cólera.  Los manifestantes han tomado cuatro ministerios y la sede de la Asociación de Bancos durante la manifestación convocada este sábado para mostrar su indignación con la clase política libanesa, tras la catástrofe provocada por la explosión del pasado martes, que ha dejado alrededor de 158 fallecidos y más de 6.000 heridos. La violencia ha conquistado cada rincón de Beirut este sábado en el denominado ‘Día del Juicio’, que ha acabado con un policía muerto y más de 200 heridos. 

REUTERS/HANNAH McKAY - Los manifestantes se reúnen durante una protesta tras la explosión del martes, en Beirut, Líbano, el 8 de agosto de 2020

“Un miembro del Ministerio del Interior murió en el proceso de mantener la seguridad mientras asistía a retenidos dentro del hotel Le Gray, después de ser atacado por varios alborotadores asesinos, lo que llevó a que cayera y muriera”. Estas han sido las palabras utilizadas por las fuerzas de seguridad libanesas para anunciar el fallecimiento de uno de sus compañeros durante esta manifestación, en la cual decenas de personas irrumpieron en los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía, Energía y Medio Ambiente. 

REUTERS/HANNAH McKAY - Un manifestante arroja piedras durante una protesta cerca del edificio del parlamento después de la explosión del martes, en Beirut, Líbano 8 de agosto de 2020
El fantasma de la corrupción amenaza la estabilidad en Líbano 

El panorama sigue siendo apocalíptico en Líbano cinco días después de la tragedia. Los equipos de rescate y la propia sociedad libanesa continúan buscando personas desaparecidas entre los escombros o los coches calcinados. Sin embargo, las raíces de esta inestabilidad política y social residen en la crisis económica y financiera que sufre el país. El colapso de la moneda, el aumento de la inflación, sumado a esta explosión y la pandemia del coronavirus, han exacerbado las tensiones políticas de una nación que pide respuestas. Líbano -un país con unos cinco millones de habitantes y que alberga a más de un millón y medio de refugiados- es una de las naciones más endeudadas del mundo. La tragedia que tuvo lugar el pasado martes ha dejado a entre 200.000 y 250.000 personas sin vivienda, según la gobernación de la capital libanesa.

PHOTO/AFP – Vista aérea de los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, en el centro de Beirut el 8 de agosto de 2020, tras una manifestación contra un liderazgo político al que culpan por una monstruosa explosión que mató a más de 150 personas

El desastre del puerto de Beirut ha sido la chispa que ha encendido la mecha a una revolución que llevaba meses gestándose. La crisis económica ha dejado al 75 % de los habitantes libaneses al borde del abismo, al 33 % en situación de desempleo y a alrededor del 15 %, es decir, al menos un millón de personas, por debajo del umbral de la pobreza, según datos elaborados por la BBC. El fantasma de la corrupción no ha desaparecido en un Líbano que no entiende cómo se ha permitido que más de 2.700 toneladas de nitrato de amonio se almacenaran sin tomar las medidas correspondientes en el puerto de la ciudad durante seis años. La confianza se ha roto y el intercambio de acusaciones o la falta de voluntad para encontrar el origen de esta crisis no han hecho más que empeorar esta situación. 

AP/THIBAULT CAMUS - Un manifestante herido yace en el suelo durante los enfrentamientos con la policía como parte de una protesta contra las élites políticas y el gobierno después de la mortal explosión de esta semana en el puerto de Beirut que devastó gran parte de la capital en Beirut, Líbano, el sábado 8 de agosto de 2020
Crisis política versus crisis de legitimidad 

El primer ministro Hasan Diab se ha dirigido a la sociedad libanesa este viernes por la tarde, mientras la violencia campaba a sus anchas por la capital, para afirmar que “la rendición de cuentas no perdonará a nadie”. “Todos los responsables de este desastre deben ser investigados y responder a las preguntas de la gente antes que las del poder judicial “, ha aseverado.  Diab ha admitido que “la corrupción y la mala gestión” son las principales responsables de esta tragedia. Asimismo, ha explicado que cuando llegó al poder asumió la responsabilidad de liderar un país que estaba en un estado de colapso financiero, político y administrativo. “En realidad, solo podemos salir de la crisis estructural del país con la celebración de elecciones parlamentarias anticipadas para generar una nueva clase política y un nuevo parlamento”, ha afirmado. 

AFP/ANAWR AMOR - Las fuerzas de seguridad libanesas avanzan durante los enfrentamientos con los manifestantes en el centro de Beirut el 8 de octubre de 2020, tras una manifestación contra un liderazgo político al que culpan por la explosión de un monstruo que mató a más de 150 personas y desfiguró la capital Beirut

“La magnitud del desastre es mayor de lo que se pueda imaginar. Hay heridas que dejarán su huella para siempre”, ha subrayado el político libanés, antes de invitar a las formaciones políticas del país a acordar la próxima etapa. “No tienen mucho tiempo. Estoy listo para asumir la responsabilidad durante dos meses hasta que estén de acuerdo.  No se debe obstaculizar la implementación de reformas estructurales para salvar al país”, ha aseverado. 

PHOTO/REUTERS - Un manifestante pisa una foto del presidente libanés Michel Aoun, en el Ministerio de Asuntos Exteriores durante una protesta tras la explosión del martes, en Beirut, Líbano, el 8 de agosto de 2020

Diab presentará este lunes ante el Consejo de Ministros un proyecto de ley para la celebración de elecciones parlamentarias anticipadas. “Nuestra tragedia es grande y lidiar con ella requiere decisiones excepcionales. Creo que ha llegado el momento de ser audaces para afrontar los hechos tal como son”, ha concluido. Sin embargo, estas palabras no han sido suficientes para acabar con el hastío existente en Líbano, provocado por una crisis económica sin precedentes y exacerbado por las divisiones políticas. Miles de personas han salido a la calle, incluso con las escobas con las que han estado limpiando escombros para encontrar a alguna de las más de 50 personas desaparecidas, para exigir cambios, en una jornada de protestas que ha dejado 250 personas heridas, según la Cruz Roja del Líbano. 

PHOTO/REUTERS - Los manifestantes quitan la barricada durante una protesta tras la explosión del martes, en Beirut, Líbano, el 8 de agosto de 2020

Esta crisis política ha llevado a los diputados del partido Kataeb, una pequeña formación política con tres escaños en el Parlamento, a anunciar su renuncia y “pasar al frente con todos los libaneses honestos por el bien del Líbano, soberano e independiente”. Esta renuncia he tenido lugar después de que el titular de la cartera de Exteriores libanés presentase este lunes su dimisión, alegando que el Ejecutivo no había logrado gestionar la crisis y aplicar las medidas necesarias para salvar el país. “Participé en este Gobierno para trabajar para un jefe llamado Líbano”, dijo Hitti en un comunicado, “luego encontré en mi país múltiples jefes e intereses contradictorios. Si no se unen para rescatar al pueblo libanés, Dios no lo quiera, el barco se hundirá con todos en él”, enfatizó.

La ministra de Información de Líbano se ha sumado este domingo a esta lista de dimisiones. Manal Abdel Samad presentó su renuncia “en respuesta a las peticiones públicas de cambio” y ante el fracaso del gobierno para implementar reformas, según han asegurado varios medios locales.

AFP/AFP - Mapa que muestra el lugar de las explosiones de Beirut el 4 de agosto, y de las protestas masivas
Líbano: hogar de más de un millón de refugiados 

A pesar de esta triple crisis económica, política y social, el país de los cedros se ha convertido en una de las principales naciones receptoras de refugiados palestinos y sirios.  La Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio (UNRWA) teme que las secuelas de esta explosión golpeen con más fuerza a las comunidades vulnerables de Líbano. “Los refugiados palestinos ya se encuentran entre los más vulnerables del país y muchos de ellos dependen en gran medida de la asistencia para poder alimentar a sus familias”, ha dicho Claudio Cordone, responsable de la UNRWA en Líbano. 

La policía dispara gases lacrimógenos contra los manifestantes durante una protesta tras la explosión del martes, en Beirut, Líbano, el 8 de agosto de 2020

El estado liderado por el primer ministro, Hasán Diab, se enfrenta a su peor crisis económica desde la guerra civil que sufrió el país entre 1975 y 1990. Las protestas que comenzaron en octubre para poner fin a la corrupción generalizada y a la mala gestión de los recursos se han convertido ahora en manifestaciones violentas por una crisis económica y de legitimación que ha llevado a Líbano al borde del abismo, en parte exacerbada, por las medidas impuestas para detener la propagación del coronavirus. La historia de esta pequeña nación dio un giro radical el pasado 17 de octubre, cuando el Gobierno anunció nuevas medidas fiscales. Esta reforma llevó a miles de personas de distintas religiones y clases sociales del país a protestar exigiendo reformas económicas y sociales y cambios en la esfera política, a la que acusaban de corrupción. 

AFP/ANWAR AMOR - Un manifestante libanés habla con soldados en la sede de la asociación libanesa de bancos en el centro de Beirut el 8 de agosto de 2020, tras una manifestación contra un liderazgo político al que culpan de la explosión que mató a más de 150 personas en la capital Beirut
La comunidad internacional se vuelca con Líbano

La comunidad internacional se ha volcado con Líbano tras esta tragedia. Francia ha puesto en marcha este domingo un puente aéreo y marítimo para transportar ayuda médica y alimentaria a este país. El Ministerio de Exteriores ha informado en un comunicado oficial de que, en total, hay programados ocho vuelos y dos enlaces marítimos, que permitirán a la nación gala trasladar 18 toneladas de medicamentos, equipamiento sanitaria y vacunas, así como 663 toneladas de productos y complementos alimentarios a Líbano. 

REUTERS/GORAN TOMASEVIC - La policía antidisturbios libanesa se dirige a los manifestantes durante una protesta en Beirut, Líbano, el 8 de agosto de 2020

Además, el Palacio del Elíseo anunció que la conferencia internacional de donantes en apoyo a Beirut y la población libanesa tendría lugar este domingo. En ella participarán, entre otros, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el primer ministro británico, Boris Johnson; el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez; el rey de Jordania, Abdalá II, y representantes de China y Rusia.

Rhosus: el principio del fin 

Según la organización Stable Seas, la historia de esta explosión comenzó hace años, concretamente en 2013.  La organización considera que el descuido de las instituciones, así como las distintas medidas aplicadas por control fronterizo llevaron a una larga batalla legal. Así, han incidido en que las 2.750 toneladas de nitrato de amonio que detonaron el martes tienen su origen en la embarcación Rhosus, que llegó al puerto de Beirut el 23 de septiembre de 2013 después de sufrir una serie de dificultades técnicas. Según han explicado en su página web oficial, este barco, que navegaba bajo una bandera moldava, se dirigía desde Georgia a Mozambique. Tras una serie de incidentes, fue sometido a una inspección por parte de los técnicos del puerto que supuestamente encontraron deficiencias y le prohibieron reanudar sus operaciones. 

PHOTO/AFP - Manifestantes libaneses lanzan piedras hacia las fuerzas de seguridad durante los enfrentamientos en el centro de Beirut el 8 de agosto de 2020, tras una manifestación contra un liderazgo político al que culpan de la explosión que mató a más de 150 personas en la capital Beirut

En Beirut, las autoridades portuarias incautaron el barco después de encontrar múltiples deficiencias, según un artículo de noticias marítimas publicado en 2014. Una foto de ese mismo año muestra algunas de las 2.750 bolsas de nitrato de amonio, que siete años después han sido fotografiadas en el almacén que finalmente explotó, de acuerdo con el New York Times. El Rhosus fue condenado al olvido y su carga fue almacenada en el puerto de Beirut. Según este diario, esta embarcación comenzó a hundirse en febrero de 2018. Dos años después, un experto consultado por el NYT quien ha analizado una imagen del 18 de febrero de 2018 asegura que el barco se puede ver con gran detalle a pesar de estar bajo el agua.