Los últimos en inscribirse han sido Ali Larijani y Ebrahim Raisi, clérigo conservador y gran favorito de las elecciones. Entre los candidatos también se encuentra el expresidente Mahmud Ahmadineyad

Irán cierra el plazo para presentar candidaturas para las presidenciales de junio

AFP/ ATTA KENARE - Los iraníes votaron durante las elecciones parlamentarias en el santuario Shah Abdul Azim, en las afueras del sur de Teherán, el 21 de febrero de 2020

Ali Larijani y Ebrahim Raisi han sido los últimos en presentarse como candidatos a las elecciones presidenciales de Irán, que se celebrarán el próximo 18 de junio. De estos comicios saldrá el sucesor del actual presidente, Hasan Rohaní, que debido a la constitución del país no puede postularse para un tercer mandato consecutivo.

Larijani fue presidente de la radiotelevisión iraní IRIB y presidente de la Asamblea Consultiva Islámica durante 12 años. También tuvo un papel relevante en la guerra entre Irán e Irak, ocupando el puesto de subdirector general de la Guardia Revolucionaria. Larijani fue negociador en cuestiones de seguridad del país, como el programa nuclear iraní, además de asesor de Jamenei. El político persa ya se había presentado a las elecciones presidenciales de 2005 apoyado por formaciones políticas conservadoras, aunque en los últimos años ha moderado su postura.

Poco después de registrase como aspirante presidencial, manifestó su objetivo de mejorar la economía iraní. “Nuestro país necesita dar prioridad al desarrollo económico y los intereses nacionales durante al menos dos décadas. El resto de los temas del país tienen que estar al servicio de ello”, declaró Larijani.

Asimismo, también señaló la importancia de “una relación fuerte, constructiva e inteligente con Occidente y un lazo fraternal con los países vecinos”. Actualmente Teherán se encuentra en un proceso de negociaciones sobre el acuerdo nuclear de 2015, además, existen indicios de que pueda establecer relaciones con Arabia Saudí, su principal enemigo en la región.

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Por otra parte se encuentra Ebrahim Raisi, principal rival de Rohani en las elecciones de 2017 y favorito para los comicios de junio. Raisi es el jefe de la Judicatura de Irán y clérigo conservador chií. Como religioso, tiene un gran poder e influencia dentro del país al ser quien custodia la mezquita más grande de Irán.

El clérigo se ha presentado como un actor que hará “cambios en la gestión ejecutiva del país para luchar contra la pobreza, la corrupción, la humillación y la discriminación”. No obstante, el pasado de Raisi crea controversia por estar involucrado en la ejecución de políticos de izquierdas y opositores en 1988.

Entre los otros candidatos que se habían inscrito previamente destaca el expresidente conservador Mahmud Ahmadineyad. Durante su mandato, “la situación de los derechos humanos y las libertades cívicas en Irán experimentaron un fuerte retroceso”, tal y como señala el think tank CIDOB. Además, Ahmadineyad dejó una economía inmersa en la recesión y la inflación. También, cuando abandonó el poder, el país sufría una gran depreciación monetaria y altas cifras de paro.

Hosein Dehqan, exministro de Defensa; Mohsen Rezai, excomandante de los Guardianes de la Revolución; y Said Mohamad, exjefe del mayor conglomerado de construcción e ingeniería de la Guardia Revolucionaria, han sido otros nombres relevantes dentro de los aspirantes a ocupar la presidencia iraní. Cabe destacar el alto número de figuras militares dentro de los postulantes. Tal y como señala la agencia estatal iraní, IRNA, esta lista es “la más larga de candidatos potenciales en una elección presidencial con antecedentes militares”. Estos comicios también cuentan con una candidata, la secretaria general de la Asamblea de las Mujeres Reformistas, Zahara Shoyaei.

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Más de 59 millones de iraníes están llamados a las urnas, pero se espera que la participación baje debido a la desilusión pública por la política y los graves problemas económicos. No obstante, la comunidad internacional estará muy pendiente de lo que ocurra en Irán, ya que puede suponer un cambio en la situación de la región. El presidente estadounidense, Joe Biden, debido al pacto nuclear y las conversaciones que se están llevando a cabo, estará atento de quién sucede a Rohani. Lo mismo ocurre con otras potencias de la zona, como Arabia Saudí, ahora que buscar mejorar sus relaciones con Teherán
 

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