Israel, la asignatura pendiente de Europa en Oriente Medio

Por Adrián Álvarez
Foto: Ana Palacio
Desde que se firmara el Tratado de Maastricht en 1993, la proyección internacional de la Unión Europea en cuestiones de política exterior ha sido, cuando menos, insuficiente. Si bien la contribución europea a la negociación de un tratado de no proliferación con Irán ha sido sobradamente elogiada, Israel y Palestina representan el mayor fracaso del europeísmo moderno.
Estas han sido las premisas que han dominado el debate sostenido el pasado 7 de mayo durante una conferencia que, bajo el título de “Europa y los conflictos en Oriente Medio”, ha contado con la presencia, como ponentes, de la ex ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, y con el director del Programa de Oriente Medio y Norte de África del European Council for Foreign Relations (ECFR), Daniel Levy.
Cuando, en 1993, se firmaron los Acuerdos de Oslo entre el Gobierno de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), dio comienzo un arduo proceso de paz que, a día de hoy, se ha convertido en la hermanastra fea de las relaciones entre Occidente y Oriente Medio: Sólo recibe una atención obligada, cansina y desganada.
En este juego de relaciones internacionales, nos encontramos con una Europa que no juega, una Europa dividida por los intereses regionales de los “países fuertes”: Reino Unido, que apoya la postura de Estados Unidos; Alemania, que, casi siete décadas después, continua lastrando el peso y la vergüenza de las atrocidades del III Reich; y Francia, más interesado en blindar sus relaciones e intereses económicos con el mundo árabe que en mediar de manera activa en el proceso de paz.
Por otro lado, encontramos que Israel muestra una mayor preocupación por el programa nuclear iraní que por la resolución de su conflicto con el Pueblo Palestino. La continuación del programa nuclear iraní, en el caso de que fracasaran las negociaciones de las Potencias del 5+1, supondría que Israel viera amenazada su posición como principal potencia nuclear en Oriente Medio.
Ahora el futuro del proceso de paz se encuentra en el filo de la navaja. Tras la finalización del periodo fijado para las negociaciones, el anuncio de la reconciliación de Al Fatah y Hamás para formar un Gobierno de unidad, el abandono de las conversaciones por parte de Israel, y los vanos intentos del Secretario de Estado norteamericano, John Kerry; la paz entre israelíes y palestinos vuelve a ser una quimera.
Mientras tanto, Europa se pregunta por el curso que tomarán las negociaciones. A sólo dos semanas de las elecciones al Parlamento Europeo, el auge de los populismos de extrema derecha supone un importante obstáculo para el consenso y la elaboración de una política común europea de cara al conflicto entre Israel y el Pueblo Palestino. La ex ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, afirma que “Europa tiene que tener una voz unida para pesar” en estos conflictos y que la ascensión de la extrema derecha no hace sino debilitar la unidad que Europa necesita para que su política exterior tenga un impacto real en el proceso de paz.