Miles de libaneses han salido a las calles para protestar contra el desplome de su moneda

Lunes de la ira en Líbano: manifestaciones en todo el país por la caída del precio de la libra libanesa

REUTERS/MOHAMED AZAKIR - Protesta contra la caída de la libra libanesa y las crecientes dificultades económicas, en Zouk, Líbano, el 8 de marzo de 2021

La caída récord de la libra libanesa en el mercado negro, desplomándose hasta rozar las 11.000 libras por dólar, ha provocado que miles de ciudadanos de Líbano salgan a las calles para protestar contra la situación económica que atraviesa el país. Desde el verano de 2019, la moneda ha perdido más de un 80% de su valor, a la vez que las reservas en dólares del Banco Central se agotaban. Incluso las tiendas de alimentación han sido testigos de la desesperación de la gente que ha ido a hacer acopio de bienes básicos de forma descontrolada, llegando a ocasionar enfrentamientos. Y es que el financiero no es el único problema con el que tiene que lidiar el país, el cual también hace frente a una gran crisis sociopolítica que aún está bloqueada.

Atalayar_Protestas Libano

La tensión que vive la población libanesa ha estallado en lo que los manifestantes han denominado el “lunes de la ira”, que ha teñido las calles de todo el país. Las carreteras de acceso a Beirut se han visto cortadas, especialmente la carretera del aeropuerto y en las regiones del norte, además de Bekaa, al este, según ha informado la Agencia Nacional de Noticias. Añaden que los manifestantes han incendiado contenedores de basura y han destrozado parte del mobiliario público. Uno de los manifestantes ha afirmado que “todo el mundo tiene cuatro o cinco personas a cargo, incluidos sus padres”. “Tienen que dimitir (los políticos). ¿No les da vergüenza matar de hambre a su propio pueblo?”, se preguntaba.

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“Cerramos todos los caminos de la zona hoy para decirles a todos: se acabó, ya no tenemos nada que perder, hasta nuestra dignidad la hemos perdido”, explicaba otra manifestante, Pascal Nohra, en declaraciones a la agencia AFP. La mujer, que ha participado en el cierre de una vía principal de Jal el Dib, al norte de Beirut, ha pedido al resto de la sociedad libanesa que salga a las calles a protestar contra la situación económica que atraviesa el país: “Queremos que toda la gente se solidarice con nosotros y salga a las calles a reclamar su derecho, ya que la crisis que vive afecta a todos los libaneses”.

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Los altercados en las calles de Líbano coinciden este lunes con la entrada en vigor de la última fase de la flexibilización de las medidas tomadas por el Gobierno contra la pandemia de la COVID-19. Desde el pasado mes de febrero las restricciones son muy estrictas, llegando incluso a establecer días de confinamiento absoluto en los que ni siquiera los supermercados podían abrir. Esas medidas ya ocasionaron incidentes en todo el país. Ahora, las protestas en las calles dificultan la llegada de material sanitario a los hospitales, por los que algunas empresas piden que “faciliten el paso de sus camiones por todas las carreteras para satisfacer la necesidad de oxígeno médico de los hospitales para necesidades humanitarias”.

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El Observatorio de Crisis de la Universidad Americana de Beirut, que es una iniciativa de investigación destinada a estudiar las implicaciones de las múltiples crisis en Líbano y las formas de abordarlas, avanza que lo peor aún está por llegar. Creen que, a pesar de conocer la caída del precio de su moneda, las consecuencias reales para el poder adquisitivo de la población aún no han llegado. También dice que las ayudas para los pequeños comercios son esenciales y llegarán, pero que es probable que, incluso con su llegada, la situación económica de muchos de ellos sea insostenible.

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A todo este ambiente de hostilidad hay que sumar que el espectro político no es mucho mejor. Desde que Hassan Diab renunciase a su cargo como primer ministro tras las explosiones de Beirut, los esfuerzos políticos no han obtenido resultados, siendo insuficiente la presión ejercida por la comunidad internacional. Muhammad Faour, investigador en asuntos bancarios y financieros, dijo en unas declaraciones a la agencia AFP que la caída de la libra libanesa “es solo una continuación de una clara tendencia a la caída del tipo de cambio desde el inicio de la crisis y de la inacción política crónica”. 

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