Paco Soto
Pie de foto: Dos agentes de fuerzas antiterroristas marroquíes custodian una dependencia policial.
La Oficina Central de Investigaciones Judiciales (BCIJ), la brigada que lucha contra el terrorismo en Marruecos, o FBI marroquí, como lo llaman especialistas en antiterrorismo, puso en marcha a partir del 19 de julio una redada contra el yihadismo combatiente en la que han sido arrestadas 143 personas sospechosas de militar o mantener algún tipo de vínculo con el grupo Daesh. Según un comunicado del Ministerio del Interior difundido por la agencia MAP, 52 personas serán procesadas y de momento están siendo interrogadas en el marco de la legislación antiterrorista. La Policía trata en esta etapa de la investigación de determinar el grado de implicación de los detenidos en actividades violentas en Marruecos y fuera del país. Los investigadores acusan a muchos de los arrestados de haber utilizado las redes sociales para captar y “manipular a menores para después enviarlos a zonas de conflicto” como Siria e Irak. La Policía requisó armas de fuego y armas blancas y gran cantidad de munición, así como material para la fabricación de explosivos, en los domicilios de varios detenidos. Según el Ministerio del Interior, esta operación policial “ha permitido desmantelar proyectos terroristas que se estaban preparando contra establecimientos policiales, lugares sensibles, festivales y centros de ocio en varias ciudades de Marruecos, y también el asesinato de policías, militares y turistas”.
Un país con experiencia
Los detenidos también preparaban “ciberataques de sitios estatales”, según la nota del Ministerio del Interior. Los 52 detenidos procesados declararán ante la Justicia una vez que haya acabado la operación de la BCIJ. Desde su creación en marzo de 2015, la BCIJ ha impedido varios atentados y desarticulado numerosas células terroristas. Marruecos es junto con Argelia en el Magreb el país con mayor experiencia y eficacia en la lucha contra el terrorismo yihadista. Las fuerzas de seguridad (Policía Nacional y Gendarmería Real) y los servicios secretos marroquíes mantienen fuertes vínculos de colaboración con sus homólogos occidentales, especialmente con España, Francia y Estados Unidos. Las relaciones entre las fuerzas policiales y los aparatos de inteligencia de España y Marruecos son especialmente intensas. Esta colaboración bilateral ha permitido impedir atentados y desmantelar redes terroristas tanto en territorio español como marroquí. Marruecos también desempeña un papel importante en el control de fronteras y en la lucha contra el tráfico de personas y la delincuencia organizada. Para poder llevar a cabo este cometido exitosamente, el Reino de Marruecos recibe ayuda económica y técnica de la Unión Europea (UE).
Pie de foto: Operación policial contra el yihadismo en Marruecos.
Proteger el turismo
El país magrebí dedica mucho dinero y personal especializado a la lucha antiterrorista. Entre otros motivos, porque tiene que garantizar la seguridad de la población local y de los numerosos turistas que visitan sus ciudades, playas y zonas de montaña. El turismo español fue en 2012 el segundo mercado emisor más importante para Marruecos, con 730.000 viajeros. De cara al 2020, las autoridades marroquíes se han fijado el ambicioso objetivo de doblar el número de turistas españoles. Marruecos, que sabe que compite con una gran potencia turística como España, hará todo lo posible por impedir que ocurran atentados como el que golpeó al café Argana el 28 de abril de 2011, en la plaza Jemaa el-Fna de Marrakech, y causó la muerte de 17 personas e hirió a 25. La mayoría de los muertos eran turistas extranjeros. “Marruecos ha tomado medidas de protección del territorio para frenar la amenaza terrorista”, asegura el ministro de Turismo, Lahcen Haddad.
Pie de foto: Un miembro de las Fuerzas Auxiliares vigila la plaza de Jemaa-el-Fna de Marraquech.
Balance positivo
En la vanguardia de la lucha antiterrorista se encuentran policías y gendarmes expertos y agentes de los servicios de espionaje que vigilan de cerca a grupos y personas sospechosos de pertenecer o simpatizar con redes yihadistas. Las detenciones de presuntos terroristas son frecuentes. El balance entre 2012 y 2015 es muy positivo: 133 estructuras terroristas desmanteladas y 2.720 presuntos yihadistas detenidos. Algunos colectivos como la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) han acusado a las fuerzas de seguridad marroquíes de practicar la tortura a los detenidos y cometer otras ilegalidades en la persecución del terrorismo. El Gobierno marroquí lo niega y la Justicia ha abierto muy pocas investigaciones para esclarecer hechos de esta naturaleza.
Islam moderado versus wahabismo
Por su parte, la Casa Real controla de cerca la difusión del islam en Marruecos y hace esfuerzos por impedir que circulen y se consoliden las ideas salafistas integristas. “El mejor atractivo de Marruecos es su islam tolerante que sirve de modelo en África y Europa”, apunta Abderrafie Zouiten, director general de la Oficina Nacional Marroquí de Turismo (ONMT). Algunas voces críticas creen que esta estrategia sería más eficaz si Marruecos no mantuviera vínculos tan estrechos con países musulmanes integristas como Arabia Saudí. La introducción del wahabismo saudí, doctrina ultrareaccionaria dentro del islam, en Marruecos fue impulsada en el mundo universitario y político por el rey Hasan II para frenar el auge del movimiento estudiantil progresista y de la oposición laica y de izquierda. En la actualidad, además de los fuertes vínculos políticos entre monarcas, Marruecos recibe ayuda económica e inversiones de Arabia Saudí y otros países árabes del Golfo.