Túnez podría afrontar sus últimos días sin Gobierno. Con el Parlamento suspendido y con todos los poderes políticos bajo la figura de Kais Saied, el presidente tunecino ha anunciado en sus últimas declaraciones su intención de reformar la Constitución del 2014, aprobada tres años después del estallido de las Primaveras Árabes. Además, Saied ha declarado a varios medios locales que “brevemente” informará sobre una nueva formación de Gobierno.
El pasado 26 de julio, en medio de la crisis económica, social y sanitaria, el presidente tunecino decidió suspender todos los poderes parlamentarios durante 30 días, asumiendo plenos poderes gubernamentales bajo su persona con el objetivo de “salvar el país”. Esta decisión fue ejecutada como respuesta a las manifestaciones de cientos de tunecinos que demandaban una reforma política, además de medidas sanitarias acordes a la crisis pandémica. Seguidamente, Saied ceso al primer ministro, Hichemi Michechi, desencadenando una crisis política en el país sin precedentes desde el estallido de las Primaveras Árabes.

En esta línea, Saied decidió acogerse al artículo 80 de la actual Constitución tunecina que predispone que “en caso de amenaza inminente que ponga en peligro la entidad de la nación, la seguridad nacional o su independencia y que impida el normal funcionamiento institucional del Estado, el presidente de la República podrá adoptar las medidas exigidas por este estado de excepción”.
Un mes después de la decisión, el presiente Saied afirmó que estas medidas se llevaron a cabo con el objetivo de “proteger el Estado” y poner fin a las medidas que “aumentaron la miseria y la pobreza de las personas”. Además, el mandatario agregó que “no quisimos recurrir a medidas a pesar del cumplimiento de las condiciones constitucionales, pero, por otro lado, mucha gente fue engañada por la hipocresía y la traición”.

A pesar de que el mes estipulado para la formación de un nuevo Gobierno ya ha expirado, Saied se ha comprometido a nombrar cuanto antes a un nuevo primer ministro. Respecto a la actual Constitución ha informado sobre la posibilidad de “ver posible” introducir enmiendas, a pesar de sentir “respeto” por la misma, apelando, de esta forma, a las supuestas criticas ciudadanas a la Carta Magna actual.
Por otro lado, el presidente tunecino continúa desmarcándose de las críticas que le acusan de haber cometido un golpe de Estado. El mandatario en declaraciones ofrecidas a SkyNews ha reiterado que su movimiento político “es contrario” de un supuesto golpe. Asimismo, asegura que todas sus decisiones se han llevado a cabo en “la legitimidad” y ha criticado a todos aquellos políticos que han “traicionado” sus compromisos con la Constitución.

A pesar de que Túnez había conseguido relativos avances como consecuencia de las Primaveras Árabes y se erigía como el único éxito de las revueltas, la lentitud de dichos progresos había desembocado en un creciente malestar ciudadano. La crisis económica, los sonados casos de corrupción y la consecuente crispación social, sumado a la fallida gestión de la crisis sanitaria han derivado en una crisis que han transformado al país en un nuevo ejemplo de fracaso democrático, según lo califican varios observadores internacionales.
Además, durante los casi dos meses que Saied está en el poder como única figura política legítima, la represión policial ha aumentado de manera considerable. De acuerdo con Human Rights Watch, tres parlamentarios han sido detenidos y encarcelados por delitos relacionados con la libertad de expresión. Igualmente, al menos 50 ciudadanos habrían sido detenidos, “de forma arbitraria”, bajo arresto domiciliario.
Tras estas detenciones, el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell mantuvo un encuentro con Kais Saied para mostrarle la preocupación que mantiene la Unión Europea respecto a los últimos acontecimientos ocurridos en el país. Además, en una declaración a los medios de comunicación Borrell declaró que ha “transmitido al presidente los temores europeos, temores con respecto a la preservación del acervo democrático en Túnez, que es el único que puede garantizar la estabilidad y la prosperidad del país”.

Junto a esto ha afirmado que dependiendo de lo que ocurra en las próximas semanas la Unión Europea decidirá su posición respecto a Túnez en función de “las medidas concretas que se adopten a lo que el mandatorio tunecino respondió que “Túnez no puede aceptar jugar el papel de alumno que espera a recibir las lecciones, las notas o los comentarios en su boletín”.