Esta reunión se enmarca en las rondas de negociaciones impulsadas por Naciones Unidas para Libia

Sirte acoge las conversaciones libias del Comité Militar 5+5

PHOTO/AFP - Miembros de la Comisión Conjunta Militar 5+5 en Ghadames, Libia

Tras 18 meses de combates entre las partes implicadas en el conflicto libio, las conversaciones de paz, que han tenido diferentes escenarios: Marruecos, Egipto y Suiza, vuelven al país norteafricano para llegar a una solución final.

La ciudad escogida ha sido Sirte, ciudad a 400 kilómetros de la capital del país donde han estado replegados los componentes del Ejército Nacional de Liberación (LNA), dirigida por el mariscal Jalifa Haftar. Esta ciudad fue donde nació Muamar El Gadafi y el lugar donde se refugió antes de ser atrapado, por lo que el simbolismo de esta nueva ronda de conversaciones es total. Además, posee grandes yacimientos petroleros.

Hace una semana, Naciones unidas hizo oficial el regreso de las conversaciones libias a territorio nacional, en la ciudad de Gahdamés. Esta mesa de negociación tuvo una duración de tres días, donde se reunieron representantes del Comité Militar Conjunto 5+5 y la representante especial interina de la ONU para Libia, Stephanie Williams.

Este lunes, la misión de la ONU en un comunicado decidió realizar la segunda ronda del Comité Militar dentro de Libia en Sirte por un periodo de tres días.

La misión, en un comunicado agregó que esta reunión tiene como objetivo acelerar la implementación de un acuerdo de alto el fuego firmado el 23 de octubre en Ginebra.

Stephanie Williams, enviada especial para la misión de la ONU en Libia

Además, indicó que se espera que en esta ronda se completen los mecanismos de implementación del acuerdo del cese de las hostilidades totales.

"Esta ronda de conversaciones se produce tras la firma de un acuerdo de alto el fuego por ambas delegaciones el 23 de octubre en Ginebra. Los participantes iniciarán debates sobre la aplicación del acuerdo de alto el fuego, incluyendo el establecimiento de subcomités y un mecanismo de seguimiento y verificación", explicó el domingo la misión de la ONU para Libia (UNSMIL) en un comunicado.

En el marco de estas conversaciones, se alcanzaron 12 puntos comunes sobre la implementación de un alto el fuego permanente en Libia. Dentro de estas negociaciones, se creó un subcomité militar para supervisar “el regreso de las fuerzas militares a su cuartel general y la retirada de elementos extranjeros de las líneas de contacto militares”.

Los artículos acordados incluyen la protección de las instalaciones petroleras, el intercambio de detenidos entre las partes -aunque no se dio más detalles sobre un intercambio de prisioneros-, y la creación de equipos técnicos para la retirada de minas, arreglos en los aeropuertos y la lucha contra el discurso de odio. También acordó definir las actividades del comité conjunto sobre arreglos de seguridad en el área designada, unificar la Guardia de instalaciones petroleras y abrir viajes periódicos a Sebha y Ghadames.

Nasser Bourita
Fin bloqueo petrolero

El acuerdo conseguido en Ginebra también sirvió para acabar con los más de ocho meses de bloqueo de las instalaciones petroleras, que están en manos de las milicias que respaldan al LNA.

Las milicias pro-Haftar bloquearon las instalaciones petroleras y obligando a la Compañía Nacional de Petróleo de Libia (NOC) a decretar "el estado de fuerza mayor" el pasado mes de febrero, en plena ofensiva de las milicias afines al Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA) contra las fuerzas de Haftar, que asediaban la capital desde abril de 2019.

Desde que un levantamiento respaldado por la OTAN derrotara al líder libio Muamar El Gadafi, Libia ha sido un país sacudido por la violencia. Desde entonces, el país ha estado dominado por grupos armados, dividido por conflictos locales entre dos bandos: el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Trípoli, gestionado por la ONU y apoyado por Turquía, encabezado por el primer ministro Sarraj, y una administración rival en el este de la nación afiliada a Haftar, respaldada por Egipto, Rusia y Emiratos Árabes Unidos.