Francia, “momentum” decisivo para el Sáhara marroquí

Los últimos cambios geopolíticos están empujando a París a revisar su postura neutral respecto al Sáhara Occidental
Emmanuel Macron - REUTERS/ CHRISTOPHE SIMON
Emmanuel Macron - REUTERS/ CHRISTOPHE SIMON

Marruecos ha dejado ver sus cartas a todos los que quieran fortalecer los lazos diplomáticos con los alauíes. La carpeta del Sáhara Occidental es fundamental, básica para poder establecer unos fuertes vínculos con el reino marroquí. Y Francia no es la excepción. Las buenas relaciones que históricamente han unido a París y Rabat, a pesar de los últimos años algo más tensos, requieren un paso adelante que socios como Estados Unidos o España ya han dado, como es el reconocimiento de la propuesta de autonomía saharaui bajo soberanía marroquí.

  1. Un paso decisivo en las relaciones Marruecos-Francia
  2. Olvidar las disputas diplomáticas
  3. El momento de desequilibrar la balanza
  4. Un almuerzo conciliador en el Elíseo
  5. Una cuestión personal
  6. Lecourtier aprieta por el reconocimiento del Sáhara marroquí

Un paso decisivo en las relaciones Marruecos-Francia

Es lo que supondría para ambos países. Un cambio radical, ya sea para su reconocimiento o no. Y lo es porque el tiempo corre, porque la situación en todo el mundo es cada día más inestable, y porque Marruecos quiere dejar atrás definitivamente, si no lo ha hecho ya, a Argelia en la pugna por el liderazgo regional. De ahí que la decisión de Francia o, mejor dicho, el anuncio de esta que muchos dan por hecho que será favorable a los intereses marroquíes, sea o, al menos así se espera, inminente.

Francia está dando los pasos en esa dirección. El viaje de cinco ministros franceses a distintas ciudades marroquíes en el transcurso de este mes de abril será la muestra definitiva de la reconciliación. El "lazo excepcional" que une a ambos países y del que ha hablado el portavoz adjunto del Ministerio francés de Europa y Asuntos Exteriores, se verá reforzado con las visitas de ministros como el delegado de Comercio Exterior, Franck Riester, que fue ayer el primero en llegar a tierras marroquíes, el del Interior, Gérald Darmanin, o el de Agricultura, Marc Fesneau, que seguirán los pasos del líder de la cartera de Exteriores, Stéphane Séjourné, quien viajó a Rabat en febrero de este año.

Fotografia de archivo, el rey marroquí Mohammed VI y el presidente francés Emmanuel Macron, izquierda, discuten después de inaugurar una línea de alta velocidad en la estación de tren de Rabat, Marruecos, el jueves 15 de noviembre de 2018
PHOTO/ Christophe Archambault vía AP
Fotografia de archivo, el rey marroquí Mohammed VI y el presidente francés Emmanuel Macron, izquierda, discuten después de inaugurar una línea de alta velocidad en la estación de tren de Rabat, Marruecos, el jueves 15 de noviembre de 2018 PHOTO/ Christophe Archambault vía AP

Francia ya ha dejado ver su postura a través de actos de acercamiento al gran paso que ansían desde Marruecos. París, junto a otros 12 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, votó a favor de una resolución que apoya la posición de Marruecos sobre la cuestión del Sáhara, en la que Rusia y Kenia se abstuvieron de votar. De esta forma, se ha renovado por un año más el trabajo de la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) en la región.

Pero en Rabat son conscientes de que con esto no es suficiente. Si sus socios más cercanos, como han evidenciado Estados Unidos y España, entre otros, reconocen el Sáhara como marroquí, Francia no puede ser menos. Al menos si quiere seguir formando parte del elenco de socios fuertes de Rabat. Porque Marruecos sabe que en esta carpeta no puede haber punto intermedio, el funambulismo diplomático en el que Emmanuel Macron es experto, no tiene cabida en esta cuestión. Deben dar un paso, y lo deben dar cuanto antes.

Abdelmadjid Tebboune y Emmanuel Macron
Abdelmadjid Tebboune y Emmanuel Macron

Olvidar las disputas diplomáticas

Marruecos se muestra inflexible en este asunto y no tiene intención de dejar de hacerlo. Francia es quien debe recuperar el terreno perdido a raíz de las brechas que abrió con, por ejemplo, las restricciones a las visas de ciudadanos procedentes de la región del Magreb en septiembre de 2021. Fue uno de los motivos que empujó a Rabat a solidificar unas ya de por sí buenas relaciones con otros países europeos, como es Reino Unido.

Durante la última década la asociación marroquí-británica ha crecido de forma exponencial y, aunque no comparten los lazos históricos y culturales que sí mantienen con Francia, se ha postulado como uno de los socios más fuertes del reino alauí. Algo similar a lo que ha ocurrido con España, uno de los aliados más cercanos de Marruecos, debido en buena parte precisamente al reconocimiento del Sáhara como marroquí.

Ahora le toca a Francia hacer olvidar una serie de actitudes que le alejaron de los marroquíes. Y en ese sentido, el distanciarse de Argelia va implícito, aunque no parece algo demasiado complicado, a la vista de los últimos movimientos entre París y Argel. Aunque desde que llegó Macron, el Elíseo ha hecho grandes esfuerzos por mejorar sus relaciones con el país presidido por Abdelmajdid Tebboune, la crisis de Argelia, cuyo viento arrecia desde hace meses, ha empujado a Francia a priorizar a Marruecos, lo que se espera materializar de forma total con el reconocimiento del Sáhara.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Stéphane Séjourné, y el jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita - PHOTO/@Marocdiplo_EN
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Stéphane Séjourné, y el jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita - PHOTO/@Marocdiplo_EN

El momento de desequilibrar la balanza

“Marruecos puede contar con Francia para defender sus prioridades nacionales hoy y mañana”, asegura Stéphane Séjouré, ministro francés de Exteriores. Francia quiere mostrar su cara más cercana respecto a Rabat, pero si las palabras no se convierten en hechos, de poco habrán servido. Porque desde París llevan tiempo regalando los oídos a los marroquíes, pero sin dar el paso definitivo que terminaría por desequilibrar la balanza de poder en el norte de África.

Los esfuerzos por mantener la cercanía con Marruecos y Argelia, aunque sin llegar a caer en saco roto, deben tener un punto de inflexión. La rivalidad entre ambos obliga a Francia a decantarse por uno y, si todo sigue su curso, la decisión parece estar tomada. Porque la cuestión del Sáhara es “existencial para Marruecos y para los marroquíes” y “Francia lo sabe”, se encarga de repetir Séjouré.

El ministro francés de Europa y Asuntos Exteriores, Stéphane Sejourne – PHOTO/JUAN MABROMATA/AFP
El ministro francés de Europa y Asuntos Exteriores, Stéphane Sejourne – PHOTO/JUAN MABROMATA/AFP

Hace poco menos de un mes, durante su viaje a la capital marroquí, el ministro de Exteriores francés se refirió a una “solución política justa, duradera y aceptable conforme a las resoluciones de Consejo de Seguridad”. Aunque evitaba hablar acerca de la idea de reconocer la propuesta marroquí. Cuando era preguntado por las formas de avanzar en esta carpeta, se limitaba a apostar por “mesas redondas” entre todas las partes para alcanzar una solución realista.

Un almuerzo conciliador en el Elíseo

Los encuentros apaciguadores entre esposas o hijas de mandatarios no son una estrategia novedosa, pero no por ello dejan de ser efectivas. A finales de febrero de este año, las princesas marroquíes Lalla Meryem, Lalla Asmaa y Lalla Hasnaa visitaron el Elíseo por invitación de Brigitte Macron, mujer del presidente francés.

El almuerzo se interpretó como el fin de las hostilidades entre ambos países y, sobre todo, el comienzo de una etapa próspera para ambos Estados. Desde diversos medios locales se apuntaba que la visita “marcaba el fin oficial de la crisis silenciosa entre los dos países”, aunque de silenciosa tuviese poco. El fuego cruzado entre las administraciones francesa y marroquí llevó a una crisis en la que el embajador francés en Rabat, Christophe Lecourtier, ha trabajado por reconducir.

Las princesas Lalla Meryem, Lalla Asmae y Lalla Hasnaa fueron recibidas por Brigitte Macron en Francia
Las princesas Lalla Meryem, Lalla Asmae y Lalla Hasnaa fueron recibidas por Brigitte Macron en Francia

Una cuestión personal

Macron, a pesar de su inicial acercamiento a Argelia, sabe que su mejor baza para volver a ganar influencia en el norte de África pasa por complacer a Marruecos. Y no porque deba obedecer a los deseos alauíes, pero sí porque sabe que pecó de acercarse en demasía a una Argelia venida menos y que, sobre todo en el tema del Sáhara Occidental, está cada día más aislada.

Mientras Estados Unidos, Alemania, Emiratos Árabes Unidos, Israel o España muestran su apoyo al plan marroquí, Argelia ha quedado como el único Estado que defiende la proposición opuesta del Frente Polisario, que reclama la celebración de un referéndum de independencia de la población saharaui. La complejidad de esa opción aleja cualquier posible socio, especialmente cuando la cartera de socios de Marruecos cada vez está más llena, en buena parte motivado por tener la única propuesta viable, al menos que se haya planteado hasta la fecha.

El embajador francés en Rabat, Christophe Lecourtier, en un evento sobre las relaciones franco-marroquíes, organizada en la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales - PHOTO/FILE
El embajador francés en Rabat, Christophe Lecourtier, en un evento sobre las relaciones franco-marroquíes, organizada en la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales - PHOTO/FILE

Y reforzar de forma definitiva esa idea pasa por el respaldo de Francia. Un respaldo que se ha convertido en un asunto primordial para las relaciones franco-marroquíes, que para Stéphane Séjouré se ha convertido en una “cuestión personal”. 

“El presidente de la República me pidió personalmente que invirtiera en la relación franco-marroquí y que escribiera también un nuevo capítulo en nuestra relación. Voy a seguir adelante”. Stéphane Séjouré, ministro de Asuntos Exteriores de Francia

Lecourtier aprieta por el reconocimiento del Sáhara marroquí

Si hay alguien en la diplomacia gala que está trabajando por dar el paso definitivo en la cuestión saharaui es Christophe Lecourtier. Ha sido el propio embajador el que ha instado a su Gobierno a dejar clara su postura. Cree que es necesario para consolidar la figura francesa en el Magreb, y el momento es perfecto. Y aunque no lo fuese, el tiempo corre en su contra, porque cada día sin reconocimiento es un día menos de cooperación con Marruecos, mientras que otros países se acercan a Rabat en vistas de su crecimiento.

Lecourtier se refirió al asunto del Sáhara Occidental en una charla universitaria en la que señaló que “sería completamente ilusorio e irrespetuoso creer que construiremos lo que espero que podamos construir, ladrillo tras otro, para tranquilizar a nuestros países y a algunos otros vecinos, sin aclarar este tema, sabiendo que todos en París conocen y entienden la naturaleza fundamental del Reino, ayer, hoy y mañana”. De esta forma, da a entender sus intenciones que, aunque positivas para Marruecos, deben contar con el respaldo de su Gobierno que sigue demorando su anuncio quién sabe si demasiado.