Israel, Irán y el alto precio económico y humano de la guerra
La guerra no solo desdibuja las fronteras, sino que son un pozo sin fondo que marca las economías por el resto de su historia.
- Los costes de la defensa y el ataque
- ¿Cuánto presupuesto tiene Irán?
- ¿Qué intereses tienen Rusia y China?
- ¿Cuánto están dispuestos a gastar los aliados de Israel?
- ¿Cómo afectarán las elecciones norteamericanas?
Desde el 7 de octubre de 2023, la escalada de la violencia ha desencadenado una tensión sin precedentes, que ha dejado más de 40.000 muertos y 91.000 heridos en Gaza, más de 1.400 israelíes muertos y 250 secuestrados, más del 60 % del territorio gazatí en ruinas, miles de heridos en el Líbano, y revueltas en Siria, Irak y Yemen, que han provocado centenares de heridos.
Bloqueo de rutas, sanciones, alza de precios… son solo algunas de las consecuencias económicas que han puesto el punto de mira de la guerra en el coste de esta. ¿Cuántas más víctimas tiene que haber ?, ¿Cuánto tiempo podrán aguantar Irán e Israel? ¿Y sus aliados?
Israel, debido a la lejanía de sus objetivos y la protección necesaria, no puede enfrentarse a Irán por sí solo ni destruir todo su programa nuclear. Además, las graves consecuencias económicas e industriales de la destrucción de infraestructuras petroleras y la dificultad en mantener seguro el paso por el estrecho de Ormuz hacen que esta opción sea complicada. En cambio, Irán se aprovecha de estas complicaciones y espera que la Comunidad Internacional evite que Israel actúe.
Mientras tanto más de 164 millones de personas conviven con ataques en sus calles, sin saber cuándo será el día en el que serán objetivo de alguno de estos.
Los costes de la defensa y el ataque
Las repercusiones de cada misil lanzado entre Irán e Israel afectan los bolsillos de las familias de todo el mundo. Lo que en otra época empezaría como un conflicto regional, hoy amaga con generar un impacto inmediato en todos los mercados.
Un impacto que en Israel e Irán se está comenzando a sentir. Si bien se dice que no hay mejor defensa que un buen ataque, cuando el rival golpea existe una necesidad imperiosa de defenderse. En este caso, la defensa requiere mucho más gasto que el ataque.
“Nunca se ha librado una guerra que, en su transcurso, no haya resultado más larga y dura de lo esperado”, Winston Churchill
En esta encrucijada se encuentra ahora mismo las FDI (Fuerzas de Defensa Israelíes): mantener la paz sin que civiles pierdan la vida.
Las cifras de fallecidos en Gaza, contabilizada por el Ministerio de la Salud de Hamás, es poco creíble, pero la prestigiosa revista The Lancet situó que la cantidad de muertos en el enclave palestino de forma directa e indirecta pronto alcanzará los 196.000 personas, es decir, el 13 % de la población.
El último ataque iraní del 4 de octubre ha puesto bajo el foco la capacidad de Israel de defenderse de los misiles balísticos iraníes. Si bien antes del 7-O nadie cuestionaba el poder militar del país hebreo, el impacto de varios misiles iraníes en territorio judío ha planteado la cuestión sobre cuánto puede aguantar Israel y cuál será el precio de la resistencia.
Según las FDI, se calcula que los 200 misiles lanzados por Irán, con un alcance cada uno de entre 1.500 y 2.000 kilómetros, tuvieron un coste aproximado de 1 millón de dólares cada misil. Este coste es irrisorio para Teherán ya que supone el mismo valor que el beneficio de las exportaciones petroleras de dos días. Las defensas israelíes debido al alto coste de sus misiles interceptores (3 millones los Arrow-2 y 2 millones los Arrow-3) pagan muy caro cada ataque iraní.
No se especificó el número de misiles receptores israelíes, pero, si se utilizara un misil por cada uno de los lanzados por Irán, el coste de la operación superaría en dos al coste del ataque propiciado por la República Islámica, unos 450 millones de dólares. Un gasto que será difícil de mantener.
¿Cuánto presupuesto tiene Irán?
Recién nombrado entre las 15 potencias mundiales, el Ejército iraní sigue siendo uno de los más avanzados de la región. El poder iraní no solo sobresale por la ingente cantidad de misiles, sino por los carros de combate. La posición geográfica del país ha sido la base del crecimiento de su milicia. Rodeado de montañas y con salida al mar, la invasión terrestre de Irán es siempre un planteamiento utópico.
El presupuesto de Defensa de Irán es de 24.100 millones dólares, el equivalente a un 2,6 % de su Producto Interior Bruto (PIB), mientras que el de Israel es de 10.000 millones, un 4,51 %. Con más de 600.000 militares en el Ejército y 450.000 reservistas, más de 3.000 misiles balísticos, 2.000 tanques, 550 aviones, 120 helicópteros y miles de drones, el Ejército iraní es de los más temidos, sobre todo, por las ayudas, en forma de armas nucleares, que podría recibir de sus aliados.
Sin embargo, la duda de la tenencia y uso de la bomba nuclear se cierne sobre Irán. Pese a que no tienen un programa nuclear concreto, la sospecha sobre si poseen el arma nuclear siempre estará. Teniendo en cuenta que hacen falta 25 kilogramos para la fabricación de una bomba nuclear, es más que presumible que hayan logrado desarrollarla debido a las grandes cantidades de uranio enriquecido que ha recibido Teherán, en su mayoría de su aliado Rusia y de exrepúblicas soviéticas.
El potencial iraní es real y las cifras lo avalan, pero mantener ese mastodóntico Ejército es una quimera. Estrangular su economía es una de las pocas posibilidades que existen para terminar con la amenaza que supone el poder militar iraní.
¿Qué intereses tienen Rusia y China?
Rusia y China se encuentran a la espera del desarrollo de los acontecimientos, conocedores de que el paso del tiempo juega a su favor.
El papel de China en los conflictos en los últimos años siempre ha sido como mediador o como actor neutral. Pese a que la República Popular posee un Gobierno autoritario, abiertamente aliado, no solo de Irán, sino de Corea del Norte, Cuba, Venezuela o Eritrea, China es un Estado que vela por la estabilidad global y por la búsqueda de diálogos que acerquen la paz y eviten la escalada de conflictos. En su pelea con Estados Unidos por ser la primera potencia económica mundial, la economía china es la primera interesada en la estabilidad de Oriente Medio.
Como buen aliado de Irán, China se ha hecho cargo de comprar el 92 % del petróleo iraní desde el estallido del conflicto tras los atentados de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023. Sin embargo, a su vez, China – y Rusia – tienen un acuerdo de defensa mutua con Irán, por lo que, si el conflicto avanza, Pekín se verá envuelta en el conflicto que tanto ansía detener.
Del otro lado está Rusia. Envuelto en una cruzada contra la OTAN por la invasión del este de Ucrania, Moscú sí ha tomado parte en la guerra contra Israel, tanto de forma directa proporcionando a Irán uranio enriquecido y drones, como de forma indirecta, no condenando los ataques terroristas perpetrados por Hamás en territorio iraní.
Rusia, a diferencia de China, sí ha mostrado un carácter más belicista. Con varias amenazas a Occidente, la diplomacia rusa es uno de los principales interesados en que el conflicto avance. Una escalada en Oriente Medio permitiría al Ejército ruso poder utilizar armas más potentes en el frente de combate ucraniano.
Al igual que Irán, Rusia es un país sancionado que también está evitando el colapso gracias a la compra de materias primas de China, principalmente, acero, petróleo y madera. La retroalimentación de los tres países, también conocidos como el “triángulo de hierro” o “los países del eje” es total y se focaliza en derrocar, no a Israel, sino a su enemigo situado a 9.437 kilómetros del país hebreo: Washington.
¿Cuánto están dispuestos a gastar los aliados de Israel?
Los enfrentamientos con Hezbolá en el Líbano, con Hamás en la Franja de Gaza, los hutíes en Yemen, Siria e Irak y el régimen de los ayatolás en Irán están suponiendo un gran sobrecoste para la defensa israelí. Occidente conocedor de ello ha aprobado una serie de ayudas económicas que han supuesto la aprobación de más de 20.000 millones de dólares en ayudas militares, principalmente de Estados Unidos y Alemania quienes, desde el 7 de octubre de 2023, han donado 17.900 millones, es decir, el 88,3 %.
Israel ha sido desde 1959 el valedor de la seguridad de Occidente en Medio Oriente. Es por ello por lo que Washington ha aportado, desde entonces, más de 251.000 millones de dólares en armamento militar. Desde que comenzara el conflicto, las ayudas a Israel cada vez son más cuestionadas.
“Las guerras costosas no solo desangran naciones, también arruinan sus economías”, George Washington
El uso de armamentística pesada norteamericana en las diferentes operaciones especiales de las FDI (Fuerzas de Defensa Israelí) ha sido una constante durante los enfrentamientos en el enclave palestino, y, ahora, en territorio libanés. Pero los cuestionamientos no han llegado hasta el pasado mes de julio donde la Corte Internacional de Justicia solicitó a los países aliados de Israel la suspensión el comercio e inversiones que contribuyan a, según el documento oficial de la Corte, “la ocupación israelí”.
La muerte de más de 40.000 personas en la Franja, la movilización forzada de más de 2 millones y los miles de personas que se encuentran sin hogar comienzan a tener eco en los estamentos europeos. Pero no fue hasta que se desató la polio en el enclave palestino que se comenzaron a concienciar.
A pesar de la solicitud, los países miembros no parece que vayan a frenar el envío de material militar a Tel Aviv. Sin embargo, líderes como Emmanuel Macron, presidente de la República francesa, han aconsejado que se paralice el envío de armas. Pero, de momento, no se prevé que las remesas de armas dejen de llegar a suelo israelí.
¿Cómo afectarán las elecciones norteamericanas?
Como principal socio de Israel, Estados Unidos, y todo lo que le concierne, es clave en el conflicto. Una escalada de este podría cambiar por completo las encuestas y, por ende, la naturalidad de la guerra.
Aunque la crisis actual se desató tras la masacre perpetrada por los terroristas de Hamás del 7 de octubre pasado, el todavía presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nunca ha podido -al menos hasta ahora- influir para que la respuesta de Israel fuera proporcionada y que todos los planes de un cese de los ataques hayan terminado naufragando.
Sin embargo, la invasión israelí del Líbano, por orden del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha puesto en jaque la postura de la Administración Biden, ahora de Kamala Harris, candidata demócrata. La posición siempre amigable de Estados Unidos con Israel presume que tendrá que apoyarlo así se desate una guerra total contra Irán, precisamente, por la cercanía de las elecciones.
En la esquina contraria, se encuentra Donald Trump, principal valedor y un símbolo de paz en Israel, desde la firma de los Acuerdos de Abraham. A diferencia de con el conflicto de Ucrania, el candidato republicano siempre ha defendido la manutención de las ayudas a Israel bajo el lema de “hagamos todo lo posible para defender sus hogares y su pueblo”.
En todo caso, lo que acontezca en las próximas semanas no solo será decisivo en las elecciones a la Casa Blanca, sino que marcará el devenir de las familias que han perdido todo en el conflicto.
Mientras, 370 días después, el conflicto entre Irán e Israel se sigue encrudeciendo y dejando huella en el comercio global. La guerra, aunque no haga más ricos a los vencedores, hace más pobres a los vencidos. Cada gota de sangre derramada, proyectil, bomba o arma disparada serán recursos malgastados y sacrificios económicos que solo resultarán en más inestabilidad.
Al final, la guerra solo es un mal que deshonra al género humano. El conflicto no dejará vencedores, pero si la muerte de cientos de miles de personas. La realidad es que tras cada ataque no solo se destruyen infraestructuras, sino que se hipoteca el bienestar de las familias que, pese a que no están involucradas, son las principales afectadas.