Sin grandes celebraciones y sin poder despedirnos de los seres queridos, sin besos ni abrazos. La pandemia derivada de la COVID-19 se ha llevado los gestos con los que habitualmente nos comunicábamos, alterando nuestra forma de relacionarnos: la mayor parte de nuestras interacciones sociales se producen ahora desde la frialdad de una pantalla. Esta premisa marca el punto de partida del coloquio ‘¿Qué perdemos cuando no podemos celebrar los ritos sociales?’, que acoge CaixaForum en el marco del ciclo de conversaciones ‘Fuera de eje. Desplazamientos de una pandemia’, impulsado por la Fundación ”la Caixa”.
En este encuentro, la estudiosa de la literatura Nora Catelli conversa con el antropólogo Manuel Delgado, con la complicidad de la periodista Milagros Pérez Oliva. Juntos, transitan desde los gestos de saludo, que han quedado suspendidos, hasta el contacto físico, la relación con el aire libre o la demonización de los espacios sociales. Con sus aportaciones, configuran un espacio “para hacer bailar las neuronas” al ritmo de interesantes reflexiones plagadas de referencias literarias y filosóficas, como las que aportan Byung-Chul Han, Carmen Laforet, Michel Foucault y Friedrich Nietzsche.
Celebrar Fin de Año, el cumpleaños, el Carnaval, una comida familiar durante la Navidad o una boda son algunos de los primeros rituales que nos vienen a la mente. Pero el término abarca más contenido: “La vida cotidiana está saturada de actos rituales, que, en el fondo, son aquellos que nos permiten advertir de una forma inequívoca nuestra lealtad a un grupo específico”, arranca Manuel Delgado. Y, en esta línea, añade Nora Catelli, “como los humanos tenemos la necesidad de compartir, los rituales se convierten en una forma de asegurarnos la condición humana”.
Uno de los aspectos que ha alterado la pandemia es la forma de vivir la Navidad. Para Delgado, este nuevo escenario ha dejado al descubierto una paradoja: “Por un lado, la Navidad es un fastidio por el cúmulo de obligaciones, pero, por otro, si las personas que vienen a casa por Navidad cada año no vienen, nos sentimos ofendidos”. Porque el ritual, entre otros aspectos, implica una “unificación de aquellos que celebran”.
La desaparición de los rituales por la pandemia ha arrojado luz sobre nuestra idiosincrasia. “El ritual consiste en obligaciones sociales, y lo que nos angustia es no tener obligaciones sociales, porque eso implica que no tenemos sociedad”, en palabras de Delgado. Por ello, según apuntan los dos expertos, durante el confinamiento salimos al balcón a aplaudir, buscando establecer un nuevo ritual. “Es una forma de acceder a la simbolización, de ocupar la letanía”, valora Catelli.

Otro de los rituales que se han visto alterados es el de los funerales. “No nos hemos podido despedir de nuestros seres queridos. Y, además, a los mayores no se les ha considerado como parte activa del ritual, sino que eran el objeto del ritual. Son ciudadanos que tienen derecho a ser ambivalentes frente a la muerte”, sentencia Catelli.
“No puedes estar vivo y luego muerto. Es necesario que exista un territorio intermedio, un colchón que asegure que la vida y la muerte no se toquen. Y eso es justamente lo que hace el funeral. La despedida tiene ese valor de ritual, para asegurarte de que un ser querido realmente está muerto y se ha ido del todo”, apunta Delgado.
Ante el nuevo contexto de distancia social, los rituales sociales han quedado relegados a un segundo plano, aunque para los ponentes “será temporal” y más adelante recuperarán su terreno. “Será un episodio muy largo, pero volveremos a bajar la guardia y retomaremos el hábito de un contacto humano”, pronostica Catelli. Delgado, por su parte, lo ejemplifica desde el ámbito educativo. “Gran parte de la vida académica transcurre en el bar. La clase es oficiar una ceremonia y, después, llevar a cabo esa inversión de roles en el bar. Si de pronto se pierde la ritualización de este aspecto, automáticamente la academia se pierde. Ya nada tendría sentido”.
Este coloquio se enmarca en el ciclo de conversaciones ‘Fuera de eje. Desplazamientos de una pandemia’, organizado por la Fundación ”la Caixa” sobre cuestiones centrales que, a raíz de la aparición de la COVID-19, han adquirido nuevos matices y requieren nuevas respuestas.
La ética, las relaciones y los vínculos, los diálogos entre el norte y el sur, la comunicación y la tecnología, la educación y las narraciones de futuro son los seis ejes del ciclo, que se pueden seguir íntegramente en el Ágora Digital de CaixaForum. En esta línea, la entidad también ha impulsado ‘¿Y ahora qué?’, un eje que plantea cómo estamos actualmente y las perspectivas de futuro que se nos presentan. Además, durante los meses de enero y febrero se abordarán temáticas como la vejez, la salud mental y la comunidad.
Se puede visualizar la conversación a través de este enlace: https://caixaforum.es/es/digital/p/-que-perdemos-cuando-no-celebramos-los- ritos-sociales-_a13620559

Nora Catelli fue profesora de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, hasta su exilio en 1976. En Barcelona, se doctoró en Filología Hispánica y es profesora emérita de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Barcelona. Es traductora y ha prologado a Franz Kafka, George Eliot, Henry James, Virginia Woolf, Clarice Lispector y Miquel Bauçà, entre otros. Además de numerosos artículos, es autora de ‘El espacio autobiográfico y Testimonios tangibles. Pasión y extinción de la lectura en la narrativa moderna’.
Manuel Delgado es catedrático de Antropología en la Universidad de Barcelona, director de GRECS y miembro del Observatorio de Antropología del Conflicto Urbano. Ha publicado especialmente sobre violencia ritual y apropiaciones sociales del espacio público, temas de libros como ‘La ira sagrada’, ‘Ciudad líquida, ciudad interrumpida’, ‘El animal público’, ‘Sociedades movedizas’, ‘El espacio público como ideología’ y ‘Ciudadanismo’.