Se puede utilizar la tecnología para aprender de una forma nueva

Cómo ayuda la tecnología a incorporar nuevas lenguas

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La tecnología ha cambiado radicalmente nuestra forma de vida en las últimas décadas. Hoy en día, estamos acostumbrados a utilizar la tecnología en la mayoría de nuestras tareas cotidianas; cuando nos comunicamos con nuestros amigos o familiares, cuando queremos comprar por Internet, cuando queremos distraernos y disfrutar de un rato de ocio jugando a videojuegos, o simplemente viendo nuestra serie favorita a través de cualquier dispositivo electrónico.

Aprender un nuevo idioma con la ayuda de las herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alcance hace la tarea mucho más accesible. De hecho, las escuelas de idiomas más eficientes y modernas, como Expanish, hacen uso de estas herramientas para ayudar a los alumnos a aprender el idioma de forma más eficaz y rápida. Así pues, la tecnología se ha convertido en una herramienta increíble y fundamental en nuestras vidas, y a la hora de aprender.

Ya no es necesario gastar mucho dinero en libros y pasar horas en un aula escuchando grabaciones para aprender el idioma y mejorar tus conocimientos lingüísticos; simplemente puedes utilizar la tecnología para aprender de una forma nueva, más sencilla, práctica y dinámica.

Por ejemplo, se sabe que una de las mejores formas de aprender un nuevo idioma es hacer una inmersión en persona; o hacer un viaje al extranjero para realizar el idioma deseado. Un ejemplo de esto podría ser viajar a España para tomar cursos de español para extranjeros en Madrid; sin embargo, esto puede ser muy difícil y costoso para la mayoría de las personas que quieren aprender español. Es ahí donde la tecnología hace su entrada triunfal, pues puede ayudar a realizar esta interacción inmersiva sin necesidad de viajar. 

¿Cómo? Pues a través de las redes sociales, por ejemplo, se pueden encontrar grupos de personas que sólo hablan español (que es sólo el ejemplo en este caso, podría aplicarse a cualquier otro idioma).

De esta forma, los estudiantes se comunican a distancia con hablantes fluidos del idioma que están estudiando, lo que les permite practicar a través de la interacción en el mundo real (como en la vida misma), algo que es imposible en un aula.

La tecnología ofrece muchas facilidades a la hora de aprender un idioma. Hasta ahora, sólo hemos esbozado el concepto y mencionado las principales ventajas, pero veamos todas las posibilidades que permite la tecnología en el aprendizaje de idiomas.

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¿Por qué es conveniente utilizar la tecnología a la hora de aprender un idioma? 

Estudiar un nuevo idioma con tecnología hace que el proceso sea mucho más eficaz, cómodo y fácil, ya que le permite aprender desde cualquier lugar y en cualquier momento, incluso cuando se desplaza de un lugar a otro. Sin embargo, la comodidad es sólo una de las ventajas que ofrece la tecnología; a continuación, desarrollaremos cómo puede optimizar la experiencia de aprendizaje.

Permite que el proceso sea mucho más eficiente

Las herramientas de la tecnología permiten a los estudiantes grabarse en cualquier momento, hablar el idioma que están estudiando fuera de las horas de clase, y luego compartirlo en clase con sus compañeros y profesores para que puedan evaluar los aspectos a corregir. También pueden utilizar la tecnología para comunicarse vía texto entre los alumnos, lo que les permite repasar y les da tiempo para pensar en lugar de comunicarse verbalmente.

Por otro lado, quienes enseñan el idioma también se benefician de la tecnología al hacer las clases más personalizadas para cada tipo de alumno, lo que hace que el aprendizaje sea más accesible y eficaz. En definitiva, la tecnología ayuda a resolver problemas y a enriquecer el proceso de aprendizaje. 

La digitalización permite disponer fácilmente de toda la información

Uno de los mayores beneficios de la tecnología a la hora de aprender un idioma (o cualquier otra cosa) es que nos permite acceder a cualquier información que necesitemos en cuestión de segundos. Esto significa que ya no es imprescindible disponer de toneladas de libros y diccionarios para aprender un nuevo idioma, puesto que los textos se han digitalizado y pueden adquirirse a través de Internet.

Hoy en día, cientos de libros pueden almacenarse en cualquier smartphone o tableta, y cualquier diccionario puede consultarse con acceso a Internet. Además, cientos de aplicaciones, traductores y diccionarios en línea facilitan el estudio de una nueva lengua. Ya no hay barreras porque el material está al alcance de todos en cualquier momento y lugar.

Aprender jugando

Muchas aplicaciones y sitios web permiten a los niños aprender nuevos idiomas a través de distintos tipos de juegos. Los niños pueden prácticamente jugar e interactuar a través de la pantalla para incorporar un nuevo idioma sin darse cuenta, ya que para ellos es sólo un juego.

Estos juegos enseñan principalmente vocabulario, permitiendo a los niños escuchar y repetir las palabras simultáneamente y asociarlas con las imágenes correspondientes para entender de qué se trata. Así, incorporan el lenguaje sin esfuerzo y sin presiones y sólo se divierten mientras juegan.

Y esto no sólo se aplica a los niños; muchas aplicaciones enseñan varios idiomas a través de juegos también para adultos. Son ideales para aquellos mayores que prefieren (o tienen la necesidad) de aprender de una forma más relajada.

La tecnología permite el autoaprendizaje

Hoy en día, hay tanta información en Internet que cualquiera puede acceder a ella para aprender un nuevo idioma por su cuenta sin la ayuda de profesores particulares ni asistir a una academia de idiomas. Quienes sean lo suficientemente disciplinados pueden recurrir a aplicaciones y clases en línea que les permiten acceder a todo el material necesario para aprender el idioma que deseen. Las posibilidades son miles; todo depende de qué tipo de aprendizaje le guste o le sirva más; puede tomar clases virtuales, realizar un curso en línea o simplemente estudiar a través de una de las cientos de aplicaciones para aprender idiomas que están disponibles en las tiendas de aplicaciones.

La mayoría de las aplicaciones se dividen en módulos o secciones en función de los conocimientos adquiridos. Pueden ser útiles para quienes no disponen de mucho tiempo para estudiar y quieren incorporar un nuevo idioma en los pocos ratos lentos que tienen entre actividad y actividad.

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