Las deportaciones masivas en Estados Unidos y las realidades de los niños migrantes no acompañados

- Situación actual en Estados Unidos
- La cruda decisión de las familias migrantes
- El destino incierto de los menores
La llegada de la nueva Administración Trump a la Casa Blanca ha traído consigo múltiples reformas en la política estadounidense. Una de las que más afectan al tejido social es el endurecimiento de la política migratoria, que ha multiplicado las deportaciones, provocando que los menores no acompañados se enfrenten a una realidad desgarradora, marcada por la violencia, el abandono institucional y la incertidumbre jurídica.
Situación actual en Estados Unidos
El inicio del mandato de Donald Trump estuvo marcado por decisiones que generaron polémica desde múltiples frentes, incluyendo crisis comerciales y tensiones globales. Sin embargo, uno de los temas que más alarma ha generado, especialmente en el continente americano, han sido las extremas medidas migratorias implementadas desde su campaña y a lo largo de su gobierno.
Actualmente, tanto ciudadanos estadounidenses como extranjeros califican al presidente como obsesivo con el tema migratorio, señalando que ha llegado incluso a manipular leyes con el aparente objetivo de deportar a todo migrante que intente evadir su política. Una de las propuestas más controversiales recientes ha sido la de eliminar el “habeas corpus”, principio legal que permite pedir la liberación inmediata si la detención se considera ilegal y no tiene justificación ante el juez. De aprobarse, se pondría en riesgo el derecho a un proceso judicial justo para miles de personas.
A pesar de la incertidumbre legal en torno a esta propuesta, las deportaciones masivas continúan. Miles de familias han sido separadas y devueltas a sus países, tratadas como criminales y esposados cuando en realidad sólo buscaban una oportunidad de vida digna para ellos y sus seres queridos.

La cruda decisión de las familias migrantes
Una de las problemáticas más graves que se vive actualmente en Estados Unidos, y que suele ser minimizada o ignorada por los republicanos, es la vulnerabilidad extrema de los niños migrantes no acompañados. Menores de 18 años cruzan la frontera norte solos, enviados por sus padres con familiares, conocidos o, en muchos casos, con los llamados “coyotes” (quienes cruzan migrantes de forma ilegal a Estados Unidos a cambio de dinero). Lamentablemente, muchos de ellos no logran llegar a su destino.
¿Qué sucede con estos menores? ¿Qué motiva a los padres a enviarlos solos? ¿A qué tipo de daños (físicos, psicológicos y emocionales) se exponen en el trayecto?
Según UNICEF, muchos niños abandonan sus países a causa de condiciones adversas: conflictos armados, violencia intrafamiliar, pobreza, discriminación o falta de acceso a servicios básicos. Durante su travesía, se enfrentan a peligros como abusos y actos de violencia, además de la separación permanente de sus familias. Muchos, especialmente los menores de seis años, no comprenden lo que ocurre y asumen que han sido abandonados por sus padres.
En la mayoría de los casos, los padres cruzaron la frontera antes, con la esperanza de establecerse y, una vez lograda cierta estabilidad, toman la decisión de enviar por sus hijos. Para ello, confían ciegamente en conocidos o pagan grandes sumas de dinero a traficantes de personas, con la esperanza de que los menores también logren cruzar. Incluso se han registrado casos en los que adultos se hacen pasar por padres de los menores para introducirlos en el país ilegalmente por vía aérea, lo cual representa mayores riesgos. En estos escenarios, al llegar al servicio de migración, las autoridades detectan fácilmente la falsedad al interrogar a los supuestos tutores, procediendo inmediatamente a retirarles la custodia.

El destino incierto de los menores
En todo caso, cuando los menores son detenidos por las autoridades migratorias, son trasladados a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), institución responsable de proporcionar alimento, albergue y atención médica hasta que se decida su destino: ser devueltos a sus países de origen o ser acogidos en los hogares de patrocinadores legales. No obstante, las barreras legales han ido en aumento, dejando como única alternativa la deportación y perpetuando el ciclo de vulnerabilidad al que están expuestos estos menores.
Medios estadounidenses han informado de que un comité del Congreso propone eliminar las protecciones clave para los niños inmigrantes no acompañados, como las contempladas en la Ley de Protección a las Víctimas de Trata de 2008. Esta propuesta permitiría deportaciones sin audiencia ni debido proceso, exponiéndolos nuevamente a situaciones de abuso, violencia y trata de personas. Además, impondría costos prohibitivos, como 8.500 dólares para liberar a un menor y más de 15.000 dólares para solicitar asilo, haciendo inaccesible la protección legal.
La medida también exigiría que se comparta el estatus migratorio de los familiares con las autoridades, lo que desincentivaría su participación en el proceso y dejaría a muchos niños detenidos de forma indefinida.
Como indicó Jason Boyd, vicepresidente de Política Federal de Estados Unidos, “este texto de conciliación otorga a la CBP (Dirección de Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos) una nueva autoridad para devolver sumariamente a muchos de esos niños a sus países de origen sin que se les haya escuchado y prácticamente sin el debido proceso. Esto garantizaría el retorno de muchos niños a la trata, el abuso y otros peligros incluso si los niños no son devueltos sumariamente”.