El coronavirus sigue avanzando en Irán, pero, a tenor de los datos oficiales, lo hace a un ritmo cada vez más lento. Las cifras acumuladas de contagiados sobrepasan ya las 92.000 personas y es previsible que, a lo largo de los próximos días, alcancen las 100.000. Sin embargo, la tasa de crecimiento del patógeno es mucho menor que la registrada entre finales de marzo y principios de este mes de abril, cuando el país atravesó el denominado “pico” del brote.
La cifra de nuevos contagios registrada este martes asciende hasta los 1112, según ha informado Kianush Jahanpur, jefe del Centro de Relaciones Públicas e Información del Ministerio de Salud y Educación Médica iraní. La cifra es algo peor que la registrada este lunes, 27 de abril, que fue el primer día en que el país asiático confirmó menos de mil nuevos contagios en un día desde el pasado 22 de marzo. Los días anteriores, sin embargo, los nuevos contagios sí se habían mantenido entre los 1100 y los 1200 diarios, según el portal Worldometers, lo que representa una mejora significativa con respecto a la semana anterior.

La cifra de muertos diarios – 71 – ha experimentado un brusco descenso con respecto al día anterior; el lunes, se registraron 96 decesos, una cifra acorde con los valores registrados la semana pasada, pero que significó un repunte con respecto al fin de semana. Irán lleva registrando menos de 100 muertos al día desde mediados de abril, aunque, por el momento, no ha conseguido profundizar de forma estable la tendencia a la baja. En total, el Gobierno de Teherán lleva contabilizados 5877 fallecidos al cierre de este texto, lo que sitúa la tasa de mortalidad de la COVID-19 en el país en más de un 6,3% y deja a Irán como el territorio más golpeado por la pandemia en la región de Oriente Medio.
Según los datos oficiales, el número actual de casos activos se sitúa un poco por debajo de los 15.000, de los cuales uno de cada cinco presenta pronóstico grave o crítico. La cifra de recuperados supera ampliamente los 70.000. Si bien es cierto que el ritmo de recuperación de pacientes ha descendido a lo largo de la última semana, esa circunstancia puede deberse al descenso progresivo del número de contagios en general. Según el portavoz Jahanpur, cerca de 450.000 iraníes ya han sido sometidos a test de detección del patógeno.

Cuando el coronavirus empezó a propagarse fuera de China, entre finales de febrero y principios de marzo, Irán fue uno de los principales centros de propagación. En particular, la ciudad de Qom, con un componente religioso muy importante, fue el punto inicial de contagio hacia el resto de provincias del país. Entonces, muchas voces críticas con el Gobierno de Teherán acusaron al régimen de los ayatolás de maquillar el impacto real de la enfermedad en la sociedad iraní.