Una mezquita abre sus puertas a los homosexuales en África del Sur

Por Lorenzo Medina
Foto: Taj Hargey, el teólogo musulmán que ha abierto una mezquita a los homosexuales en Ciudad del Cabo.
Los estereotipos sobre el islam están muy arraigados en Occidente, y frente a las emociones y pasiones negativas sobre la religión y la cultura islámicas poco puede hacer la razón. La imagen negativa del islam y los musulmanes no quiere ni necesita matices. Rechazar en bloque todo lo que esté vinculado al mundo islámico y ver en cada musulmán a un terrorista o a una persona intolerante y anacrónica, es un comportamiento común en todos los países europeos y occidentales. Y, sin embargo, el mundo islámico es diverso, plural y contradictorio, como lo es el mundo occidental. Cada musulmán es un ser humano único e indivisible. Los hay para todos los gustos: conservadores y tradicionales, fanáticos y sectarios, liberales, modernistas, progresistas, de derecha y de izquierda, creyentes, ateos, agnósticos, practicantes, ajenos al culto… La variedad entre los musulmanes, aunque la mayoría de los medios no lo quieran reflejar, es una constante desde los primeros tiempos del islam. La civilización islámica ha tenido luces y sombras y sigue teniendo en su seno a grandes pensadores y también a personas que simplemente son musulmanas y no utilizan la religión como una ideología reaccionaria, machista y homófoba. Un ejemplo ilustrativo de que existe un islam abierto y tolerante es una mezquita de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, que ha abierto sus puertas a los homosexuales, trata correctamente a las mujeres y respeta a los cristianos.
Críticas y amenazas
Esta mezquita ha recibido críticas verbales de sectores integristas y es vista con hostilidad por algunos musulmanes locales, que se manifestaron delante del modesto complejo religioso gritando sandeces como “Irán al infierno” y “Acabaremos con esto, cueste lo que cueste”. Los integristas no pueden tolerar que la ‘Open Mosque’ (La Mezquita Abierta), como la llaman los medios sudafricanos, se dirija a los seres humanos y no sólo a los creyentes y los musulmanes. Y mucho menos que respete a los homosexuales y los trata como personas. Taj Hargey, nacido en África del Sur, y director del Centro de Educación Musulmana de Oxford (Reino Unido), es el fundador de esta ‘Open Mosque’, que busca “una revolución religiosa”, según sus propias palabras, y sigue los pasos cívicos de Nelson Mandela. En sus intervenciones, este teólogo condena la tensión creciente entre musulmanes y cristianos y denuncia la “teología pervertida” que abunda en países como Arabia Saudí y Pakistán, de donde han surgido muchos grupos islamistas violentos y terroristas. Antes del rezo del pasado viernes, el imam Taj Hargey dijo a un grupo de periodistas que se encontraban en la mezquita: “Me han amenazado con castrarme, decapitarme, colgarme por los pies. Pero África del Sur tiene la Constitución más liberal del mundo, y éstos [los integristas] no pueden impedir que yo abra las puertas de la mezquita a la gente”. En el Reino Unido, el teólogo Hargey ya provocó una polémica entre los musulmanes integristas, al lanzar una campaña contra el uso del burka. África del Sur es una gran potencia emergente desde el punto de vista económico y también una democracia. Las desigualdades sociales, la pobreza y la enorme corrupción amenazan la democracia, pero afortunadamente la cohabitación religiosa es buena y está muy anclada en la cultura nacional. África del Sur es un país mayoritariamente cristiano, pero existen múltiples confesiones religiosas y hay 737.000 musulmanes (1,5% de la población). La mayoría son de origen indio.