Arranca el mes del ayuno o sawm para 1.800 millones de musulmanes en todo el mundo y más de 2 millones de fieles en España. En un momento excepcional de emergencia sanitaria, la comunidad islámica en nuestro país apuesta por el equilibrio entre la libertad religiosa y las restricciones por la COVID-19.
No será un mes fácil para los musulmanes. Después de superar el Ramadán el año pasado en pleno confinamiento, este 2021 las restricciones van a seguir alterando una celebración cuya principal esencia es compartir. Más allá de no comer, beber, fumar o mantener relaciones sexuales durante el ayuno diurno, el Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam cuyo objetivo es purificar el espíritu.
En el que será su segundo Ramadán en tiempos de pandemia, la comunidad musulmana pide responsabilidad y buen hacer. El principal problema es que tanto la primera oración del día como el último rezo coinciden en algunas comunidades con el toque de queda nocturno. Incompatibilidad que abre un abanico de dudas en la comunidad musulmana.
El año pasado estábamos en pleno confinamiento domiciliario y los lugares de culto estaban totalmente clausurados. En 2020 la comunidad musulmana en nuestro país solicitó fervientemente a los fieles que respetaran –sin excepción- el confinamiento decretado por el Gobierno. Eran motivos de fuerza mayor. Pero ahora, desde la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri), entienden que la situación ha cambiado.
La Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, en contacto estos días con los gobiernos de las comunidades autónomas, ha llegado solicitar sin éxito que flexibilicen el toque de queda durante su mes sagrado. En un comunicado piden “comprensión, colaboración y sensibilidad –sobre todo- en estos momentos tan difíciles”.
Feeri alega que los horarios del toque de queda nocturno en algunas comunidades no son compatibles con el primer rezo (Fajr) que se produce con el alba y tampoco con las últimas oraciones de día. Otro de los obstáculos que se presentan de cara al Ramadán son las restricciones de movilidad. Es cierto que la Sharía no exige que los rezos sean colectivos, pero sí que sugiere que los viernes -y especialmente durante el Ramadán- lo hagan en una mezquita y escuchen en grupo el sermón del imán. De ahí que Feeri haya pedido que, por motivos religiosos, se permitan los desplazamientos que coincidan con la oración.
La Federación Española de Entidades Islámicas avala sus argumentos en el ejercicio de la libertad religiosa y de culto, derecho garantizado por la Constitución española, Naciones Unidas y el resto de instituciones europeas. Y piden además en un comunicado que “las administraciones pongan todos los medios necesarios para que la comunidad musulmana pueda cumplir con el Ramadán 2021 en las mejores condiciones”. En definitiva, pretenden “las mismas exenciones que tienen las personas que trabajan por la noche, cuyo desplazamiento no tiene por qué afectar a la seguridad ciudadana ni poner en peligro al resto”.
La Asociación Watani -que agrupa a la comunidad musulmana de Lleida- solicitó formalmente al ayuntamiento poder saltarse el toque de queda durante los 30 días que dura el ayuno. “El Tarawih es el rezo más importante del día y se puede alargar hasta pasada la medianoche”, recuerda Mourat El Boudouhi, portavoz de la asociación. En Lleida hay cuatro mezquitas que ofrecen cobijo a unos 5.000 habitantes que profesan la religión musulmana. Proponen una especie de salvoconducto para rezar.
Preguntado por este asunto, el presidente de la Fundación Ibn Battuta apuesta por la coherencia y la mesura. Mohammed Chaib pide responsabilidad y prudencia a los musulmanes en España porque estamos en un momento excepcional que requiere soluciones excepcionales. Reconoce que a todos nos gustaría “hacer las cosas como antes de la pandemia, pero debemos afrontar el momento en el que estamos con responsabilidad”. No cree que se tenga que flexibilizar el toque de queda sólo para los musulmanes, si no que las comunidades y el gobierno de España deben proteger la libertad religiosa en general y brindar esta posibilidad a todas las religiones sin asumir riesgos innecesarios. Se trata de estar a la altura de las circunstancias.
El momento de romper el ayuno se llama iftar. Las mesas se llenan de dátiles y agua, tal y como se cree que lo hizo el profeta Mahoma. Después rezan y cenan. Por eso, el presidente de la Fundación Ibn Battuta anima a los fieles a que las últimas oraciones del día las lleven a cabo en la intimidad del hogar, con sus seres queridos más cercanos para evitar contagios. “Todos sabemos que la ruptura del ayuno se hace en familia, y por eso recomendamos que se comparta este año sólo con los convivientes y no con otros familiares o amigos”, añade Chaib.
Los templos en España estarán abiertos durante el día con restricciones de aforo. Muchos musulmanes se están acercando estos días a preguntar por el Ramadán a la famosa mezquita de la M30 (Madrid). Una de ellas es Samira, una marroquí madre de 7 hijos y 10 nietos, que llega con muchas dudas y se va con pocas respuestas. Sin soltar el Corán, Samira nos explica que ella y su familia son muy conscientes de que no deben bajar la guardia. Por “prudencia y responsabilidad” cumplirá las normas y pide al resto de musulmanes que hagan lo mismo. “Lo haremos con cautela, pero sin renunciar a nuestra fe”, porque “la salud está por encima de todo lo demás, y no vamos a jugarnos la vida cuando ya tenemos la vacuna a la vuelta de la esquina”, relata Samira.
La Comisión Islámica de España, que son los interlocutores con el Gobierno, se suma a este llamamiento a la responsabilidad. Con la incidencia acumulada al alza, en su página web recuerdan que el “ayuno es un deber religioso personal, individual e íntimo”, y que si algún fiel se viera incapaz de cumplirlo por motivos de salud más allá de los casos estipulados excepciones (como por ejemplo las embarazadas) lo recomendable es consultar a un médico y acabar con el ayuno si fuera necesario. Además desde la Comisión Islámica de España recuerdan a los fieles que es muy importante evitar las aglomeraciones, las reuniones masivas, y en ese caso reducir en la medida de lo posible el tiempo de permanencia en las mezquitas.

En Ceuta la situación epidemiológica empeora cada día. Ante el aumento de contagios con una incidencia acumulada que roza los 500 casos por cada 100.000 habitantes, las 33 mezquitas ceutíes han acordado echar el cierre cuando finalice el último rezo. La Unión de Comunidades Islámicas de España en Ceuta (UCIDE) y la Comisión Islámica de España habían solicitado la ampliación del toque de queda nocturno entre las 23.30h y las 00.00h para que de tiempo a los últimos rezos del día (Tarawih e Isha). Finalmente podrán acoger el rezo de Maghrib antes del anochecer y de la ruptura del ayuno a las 21.00 horas, pero no el resto. Así que, como no abrirán sus puertas hasta las 06.00h del día siguiente, la comunidad islámica aconseja a los fieles que realicen los últimos rezos de manera voluntaria con la familia en casa. Entienden la gravedad de la situación sanitaria y en este caso, dicen, prevalece la salud sobre la libertad religiosa que seguirán ejerciendo en sus hogares.
Pese a ello, el Ramadán ha comenzado con protestas en Ceuta. Una caravana de vehículos y cerca de un centenar de personas han recorrido las calles de la ciudad autónoma para pedir la derogación del decreto que ha adelantado 60 minutos el toque de queda hasta el 25 de abril, es decir hasta las 22.00h.
En Melilla los datos de contagios tampoco son buenos. Esta semana, cuando se han superado los 500 casos por 100.000 habitantes, el gobierno de la ciudad autónoma ha anunciado el cierre del interior de los bares y los gimnasios. Pese a ello, la Comisión Islámica de Melilla también intentó retrasar el toque de queda argumentando que el retraso del inicio del toque de queda, quedaría sobradamente compensado por la ausencia de vida social durante el día debido al ayuno. Una petición que, de nuevo, ha sido denegada por parte del gobierno de la ciudad autónoma por razones estrictamente sanitarias.
Son muchas las dudas que sigue habiendo en torno a la vacunación. De nuevo en la explanada frente a la mezquita de la M30, Said nos cuenta que le han llamado para pincharle la semana que viene con AstraZeneca. Pese a los miedos y las reticencias en torno al antídoto de Oxford, Said se siente privilegiado y no dudó en confirmar su cita inmediatamente. “Es un regalo de Alá”, confiesa este marroquí de 67 años.
El imán de Ceuta insiste en que “no hay excusa para no vacunarse, ni siquiera durante el mes del Ramadán”. Ahmed Laziz aclara que no existe ningún tipo de incompatibilidad entre ser vacunado contra la COVID-19 y respetar el ayuno durante el mes sagrado. “No es nutrir, es curar. Es una obligación salvaguardar la vida antes de salvar la religión”, según explica Laziz. Conclusión: la vacuna contra el SARS-CoV2 ni entiende de religiones ni rompe el ayuno, aunque la duda esté en el aire y el debate en la calle.