Tánger, la entrada a Marruecos


Por Isabel Garrido Mingo
Foto: La Medina de Tánger, con calles estrechas, casas típicas y tradicionales, patios y miradores con vistas al mar, es un lugar emblemático de la ciudad.
 
Tánger es una ciudad situada en la zona oeste del Rif, limitada al norte con el Estrecho de Gibraltar, al este con la provincia de Tetuán y al oeste con el océano Atlántico. Con una superficie de 253,5km² y 700.000 habitantes, la ciudad conserva restos de presencia fenicia, y fue conquistada por los Vándalos de Genserico en el 429 d.C. Un siglo después pasó a formar parte del Imperio Bizantino hasta que Muza, un caudillo militar musulmán yemení, gobernador y general del califato Damasquino Omeya, con el apoyo de las tribus de Gomara, la puso bajo dominio árabe e inició desde allí la conquista de la península Ibérica. Durante la Edad Media, Tánger estuvo bajo el dominio del califa andalusí Abderramán III y más tarde de su nieto Hisham II, con Almanzor y el hijo de éste, Abd al-Malik, y con Hisham III. En 1148 es ocupada por el califa almohade Abd al-Mumin y en 1196 por Abu Yaqub Yusuf al-Mansur. Ya en el año 1464 la flota portuguesa bajo el reinado de Alfonso V de Portugal, intenta conquistar la ciudad tras haber fracasado en 1437, y finalmente en 1471, la ciudad es ocupada por las tropas de Alfonso V y don Juan, hijo del Duque de Braganza, quedando bajo el dominio de Portugal y España hasta 1661, año en el que pasó al dominio británico debido al matrimonio entre la infanta Catalina de Braganza con el rey Carlos II de Inglaterra para asegurar la alianza entre los dos países.
 
El bloqueo del sultán Ismaíl
En 1684, tras un duro bloqueo dirigido por el sultán Ismaíl de Marruecos, se produce la retirada británica y con la independencia de Marruecos el 20 de octubre de 1956, se inicia un proceso de desmantelamiento del gobierno internacional sobre la ciudad y el 18 de abril de 1960 las tropas marroquíes entran en la urbe incorporándola a Marruecos. En la actualidad, Tánger es el segundo centro industrial del país después de Casablanca y un enclave multicultural de comunidades musulmanas, judías y cristianas que ha atraído a múltiples artistas e historiadores, y ha visto nacer a algunos de los escritores más considerados del norte de África como Mohammed Chukri. Cuenta con un aeropuerto que se encuentra a unos 11 kilómetros al suroeste del centro de la ciudad y con numerosos trayectos en ferry que parten desde las ciudades de Algeciras, Tarifa o Almería, entre otras ciudades europeas. En Tánger hay numerosos hoteles de gran categoría pero si nuestra intención es hospedarnos en un sitio más pequeño, la ciudad dispone de numerosas pensiones en los que en la mayoría el número de habitaciones no supera las cinco o seis y el trato que se recibe es familiar. El casco histórico lo encontramos en la Ciudad Vieja o “Medina” en la que descubrimos calles estrechas, casas típicas y tradicionales, patios y miradores con vistas al mar. Su Ciudad Nueva está edificada alrededor de la misma y fue construida por los franceses a principios del siglo XX siguiendo sus criterios arquitectónicos.
 
Una experiencia para los sentidos
El Gran Zoco o Gran Mercado lo encontramos a la entrada de la Medina y nos introduce en una experiencia sensorial producida por el tumulto de comerciantes, compradores y visitantes que se mezclan entre intensos olores de especias y brillantes colores de las mercancías que a tantos artistas han seducido. Cerca del Gran Zoco, encontramos el Mercado Artesanal, especializado en cuero, calzado, vestimenta marroquí y manufacturas de madera y plata. La plaza del Pequeño Mercado o Pequeño Zoco, rodeada de cafés y viejos hoteles, es el lugar ideal para sentarse a descansar y disfrutar del maravilloso té de Marruecos. La Gran Mezquita que fue construida como mezquita, pasó a ser iglesia durante varias generaciones y volvió a ser mezquita a finales del siglo XIX, es uno de los mayores lugares de interés de la ciudad. El Palacio del Sultán es otro de los reclamos culturales más importantes, y al norte de este palacio encontramos el Café Hafa, frecuentado por personalidades de todo el mundo. Al oeste de la Medina encontramos La Kasbah, en ella se encuentra el Dar el Makhzen, antiguo palacio del gobernador y sede actual del Museo de Artes Marroquíes, cuyas salas decoradas con objetos llegados de todo Marruecos como joyas, alfombras o cerámica, se encuentran alrededor de un patio decorado con azulejos. Los amantes del mar pueden disfrutar tanto de playas típicamente mediterráneas como la bahía de Tánger, como de otros lugares espectaculares en el Atlántico como la playa Miramonte, el Cabo Malabata o el Cabo Espertel que está rodeado de un bosque lleno de especies de robles, encinas, palmeras y brezos. Tánger, la ciudad más próxima al continente europeo y situada en un lugar estratégico, está llena de lugares que descubrir e historias que conocer al haber sido escenario de numerosos pueblos y acontecimientos que han sido el motivo de la inspiración de numerosos artistas e intelectuales.