Macron recibe a Haftar para buscar una solución para Libia

Henar Hernández
Pie de foto: El presidente francés Emmanuel Macron y el general Jalifa Haftar, comandante del Ejército Nacional Libio (LNA). Haftar afirma a Macron que "no se dan las condiciones" para un alto el fuego en Trípoli. AFP/ JACQUES DEMARTHON
El presidente francés Emmanuel Macron ha recibido en el Palacio del Elíseo de París al mariscal Jalifa Haftar, cuyo Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés) empezó, el pasado 4 de abril, una ofensiva sobre la capital de Libia, Trípoli, con el objetivo de liberarla de los terroristas y recuperar el control del que es considerado un Estado fallido.
En el encuentro, Macron le solicitó al mariscal “garantizar la protección de las poblaciones civiles, así como trabajar para establecer un alto el fuego y reanudar las negociaciones políticas”, según recogió un comunicado del Elíseo posterior a la reunión. En respuesta, Haftar descartó, por el momento, el cese de las hostilidades, pues las condiciones requeridas para ello “no se cumplieron”. En esta línea, según un funcionario francés, el mariscal denunció que el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) que opera en Trípoli con el respaldo de Naciones Unidas “está completamente infestado por milicias” y que, por tanto, “no le corresponde a él negociar con los representantes de estas milicias”. No obstante, el funcionario del Elíseo declaró que, durante el encuentro, Haftar reconoció la necesidad de un “diálogo político inclusivo” para poner fin al enfrentamiento con el GNA, presidido por Fayez Sarraj.
Pie de foto: Miembros del Ejército Nacional Libio (LNA) salen de Bengasi para reforzar las tropas que avanzan hacia Trípoli, en Bengasi, Libia, el 21 de abril de 2019. REUTERS/ESAM OMRAN AL-FETORI
En una entrevista concedida a Euronews, el primer ministro apoyado por la ONU acusó al Ejército de Haftar de estar formado por “bandas criminales, grupos ideológicos, matones y forajidos” y, de acuerdo con Reuters, Sarraj también descartó un alto el fuego y advirtió de que los combates no se detendrían hasta que el LNA se retirase al este, desde donde Haftar comenzó su incursión por el resto del territorio libio.
Asimismo, cabe recordar que Macron recibió a Sarraj hace una semana, en un intento de “facilitar el diálogo entre los actores libios en el contexto de las operaciones militares en curso cerca de Trípoli”, como se expone en el documento del Elíseo. Tras ambos encuentros, el Gobierno francés ha incidido en las prioridades del país galo en Libia: “luchar contra los grupos terroristas, desmantelar las redes de tráfico, particularmente relacionadas con la migración ilegal, y estabilizar a Libia a largo plazo”.
Pie de foto: Combatientes leales al internacionalmente reconocido Gobierno libio del Acuerdo Nacional (GNA) disparan una ametralladora pesada durante los enfrentamientos contra fuerzas leales al hombre fuerte Jalifa Haftar, en la zona de Salah al-Din al sur de la capital libia, Trípoli. 21 de mayo de 2019. AFP/MAHMUD TURKIA
Sin embargo, la postura de Francia parece que ha mutado de un apoyo total a Haftar a mostrar públicamente sus simpatías por el GNA. Así, en julio de 2018, Macron invitaba al mariscal a París, lo que le dotaba de legitimación política y suponía “un antes y un después en el conflicto de Libia”. Cuatro meses más tarde, en la Conferencia de Palermo sobre Libia de noviembre de 2018 organizada por Naciones Unidas, el país galo era el primero en insinuar que no se opondría a la ofensiva de Haftar sobre Trípoli. Ya en 2019, concretamente en abril, las autoridades francesas bloqueaban un comunicado conjunto de la Unión Europea en el que se pedía a Haftar que detuviese la operación militar sobre la capital. El punto de inflexión tuvo lugar el pasado 8 de mayo, con la visita de Sarraj a París invitado por Macron: “El Presidente de la República reafirmó el apoyo de Francia al Gobierno de Acuerdo Nacional, con el que Francia continuará su cooperación”, versaba el comunicado del Elíseo.
Desde que comenzara la ofensiva sobre la capital libia, la Organización Mundial para la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) ha registrado, al menos, 510 muertes y más de 2.467 heridos. En este sentido, en una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas este martes, el Representante Especial de la ONU en Libia, Ghassan Salamé, alertó de que “la violencia en las afueras de Trípoli es solo el comienzo de una larga y sangrienta guerra”, lo que, además, pone en peligro “la seguridad de los vecinos inmediatos de Libia y el Mediterráneo más amplio”. Además, recordó que el conflicto armado ha forzado a más de 75.000 personas a huir de sus hogares.
Pie de foto: El presidente francés Emmanuel Macron se encuentra entre el primer ministro libio Fayez Sarraj (izq.) y el general Jalifa Haftar (der.), comandante del Ejército Nacional Libio (LNA), que se dan la mano tras las conversaciones sobre un acuerdo político para ayudar a poner fin a la crisis de Libia en La Celle-Saint-Cloud, cerca de París, Francia, el 25 de julio de 2017. REUTERS/PHILIPPE WOJAZER
Salamé también hizo especial hincapié en la necesidad de acabar con la venta de armas a las partes en el conflicto libio, ya que opera sobre él un embargo establecido por Naciones Unidas desde 2011 que se está incumpliendo: “Sin un mecanismo de aplicación sólido, el embargo de armas en Libia se convertirá en una broma cínica. Algunas naciones están alimentando este sangriento conflicto; las Naciones Unidas deberían ponerle fin”, subrayó el Representante Especial. Este lunes se conocía la noticia de que el GNA se jactaba, a través de fotos y vídeos, de tener nuevas armas procedentes de Turquía.