Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.
Los rumores sobre la delicada salud del líder iraní, Alí Jameneí, han vuelto a aparecer durante el verano de 2023. La cuestión sucesoria se podría producir en un momento muy delicado para Irán, debido a los graves problemas de orden interno que atraviesa. A ello hay que sumar la posición de importancia de Irán en su ámbito regional y la trascendencia de sus actuaciones en el cambiante sistema internacional. La elección de un nuevo líder traerá consigo una enconada lucha entre los diversos grupos de poder iraníes, quienes intentarán que se produzca la victoria del candidato que más les convenga. Debido al tiempo transcurrido, el nuevo líder podría pertenecer a una generación que no participó en la revolución islámica ni en la guerra patriótica contra Irak. Sea cual fuere el resultado final, la situación será de mayor incertidumbre y desestabilización.
Introducción
La edad y la salud del líder iraní, Alí Jameneí, son temas de preocupación debido a la situación interna y externa de su país y a cuál será la senda que marque el próximo máximo dirigente en Irán.
Las dolencias del líder se remontan a 2014, cuando fue intervenido de un posible cáncer de próstata. Además, en septiembre de 2022 estuvo seriamente enfermo, teniendo que cancelar varios actos públicos y debiendo pasar por el quirófano debido a una obstrucción intestinal1. Durante el verano de 2023 volvieron a circular rumores sobre su salud, pero su jefe de gabinete tuvo una extraña forma de quitarle importancia al afirmar que «de vez en cuando se dice que el líder está enfermo»2.
Con su máxima autoridad en unas condiciones de salud, si no precarias, al menos delicadas, el régimen iraní se ha tenido que enfrentar a una desestabilización interna, con una fuerte repercusión en los medios sociales de todo el mundo. En septiembre y octubre de 2022 se produjeron una serie de violentas protestas tras la muerte de la activista de origen kurdo Mahsa Amini, retenida bajo custodia policial, con un saldo de más de 200 personas muertas y miles de detenidos3.
La existencia de movimientos sociales en Irán a lo largo de su historia y la represión por parte de las autoridades no es un hecho novedoso. Tradicionalmente los estallidos populares han tenido un carácter reivindicativo, buscando normalmente algún tipo de concesión económica o la modificación de determinada normativa. De este modo los grupos afectados intentaban, mediante la manifestación, el reconocimiento de algún tipo de derecho4.
Sin embargo, las últimas protestas marcaron un punto de inflexión, porque buscaban un cambio de régimen basado en la concesión de demandas políticas y de derechos humanos. Además, a pesar de que Mahsa Amini fuese mujer, kurda y sunita, las protestas aglutinaron a la mayoría de los grupos sociales frente a la discriminación por causas de género, origen o religión. Igualmente, ha existido una completa transversalidad en las clases sociales, unificando a las clases medias urbanas y a los trabajadores de las principales ciudades y extendiéndose tanto en el interior del país como en la diáspora. Todo ello además se produjo en un entorno de actividad en redes sociales, que derivó en la suspensión de los servicios de internet5.
A pesar de todo lo anterior parece que el gobierno de los ayatolás ha sido capaz de resolver esta crisis, teniendo en cuenta que ni los comerciantes del sistema bazarí ni los trabajadores del petróleo han secundado las protestas, que fueron desvaneciéndose a lo largo de 20236. También parece que las amenazas exteriores son un factor de cohesión para el pueblo iraní, que se siente enfrentado con Israel y EE. UU. Al tiempo Irán mantiene puntos de encuentro con su aliado de conveniencia ruso en torno al conflicto de Ucrania y las relaciones con los saudíes han mejorado exponencialmente gracias a los auspicios de China7.
Entretanto, las diferentes facciones de poder de la élite político-clerical esperan el cambio en el liderazgo. Una posible orientación del posicionamiento de estas élites podría haber sido el resultado de las pasadas elecciones presidenciales, en las que resultó ganador el ultraconservador Ebrahim Raisi, fiscal implacable durante la depuración de la revolución islámica y de presos políticos al final de la década de los ochenta8.
Hay que tener en consideración que los candidatos a presidente son seleccionados o descartados por el Consejo de Guardianes de la Revolución, por lo que tan solo pudieron postularse siete aspirantes. Entre todos los moderados solo fue seleccionado Abdolnaser Hemmati, presidente del Banco Central y con pocas posibilidades. Entre los moderados rechazados se encontraban Mostafa Tajzadeh, exministro del Interior y que había estado encarcelado por protestar contra el régimen y Alí Lariyaní, prestigioso expresidente del Parlamento. También fueron descartados los fundamentalistas más radicales, como el expresidente Mahmoud Ahmadinejad9.
La selección del líder en el contexto de las facciones de poder
Las instituciones del Estado iraní aseguran su supervivencia mediante un sofisticado sistema redundante de equilibrios de poder y contrapesos entre los distintos organismos que componen el régimen. La posición del líder en este entramado es muy importante porque queda investido de grandes atribuciones. Por ello no solo dirige la acción del Estado desde un punto de vista religioso y político, sino que también puede autorizar o desautorizar la designación de las principales figuras de la vida pública, creando una estructura de dominio afín a su persona.
Todo este complejo entramado se refleja en la Constitución, en la que el carácter religioso impregna por completo su texto. La existencia de un líder se justifica en el artículo 5, ya que esta figura ocupa el puesto del Wali al-Asr10 durante su ocultación. Los poderes del líder son muy amplios y quedan reflejados en el artículo 110, donde se le concede el diseño de los grandes trazos de la política en general y la supervisión de su actividad durante su desarrollo. El líder igualmente ostenta el mando de las fuerzas armadas y la potestad para aceptar o destituir a las principales autoridades del Estado. El artículo 57 del texto constitucional marca que los poderes del gobierno son independientes entre sí y se encuentran constituidos por «los poderes ejecutivos, la legislatura y la judicatura». Sin embargo, todos ellos tienen que llevar a cabo sus funciones bajo la supervisión del líder supremo11.
Según el artículo 107 de la carta magna, la Asamblea de Expertos es el órgano encargado de nombrar o reemplazar al líder por causa de fallecimiento o falta de capacidad o idoneidad. Esta asamblea de 88 miembros se elige cada 8 años mediante una cuota proporcional a los residentes en cada una de las provincias. Además, el líder retiene la potestad del nombramiento, rechazo y cese de los miembros de la Asamblea. Se podría atisbar un control efectivo sobre las decisiones del líder ya que, según el artículo 110, el Consejo de Guardianes puede vetar a los candidatos. Sin embargo, el poder del líder sobre el Consejo de Guardianes es importante, pues nombra directamente a 6 de sus 12 miembros, entre destacados juristas. Los otros seis son nombrados por el Parlamento o Majlis12. Por ello, se aprecia que la concentración de poder en la figura del líder le da una gran capacidad para controlar a la Asamblea y al Consejo durante su mandato y de dejar a su fallecimiento a los miembros más afines a sus tendencias.
A pesar de los mecanismos formales para la sucesión del líder en Irán existen una serie de relaciones informales superpuestas a la estructura oficial y que se encuentra constituida por grupos de poder religiosos, culturales y económicos, así como el brazo armado de la revolución formado por la Guardia de la Revolución Islámica o Pasdarán. Dentro de esta organización cabe destacar a su élite, la Fuerza Quds, que se encuentra al mando del general Esmail Qaani y juega un papel muy activo13. A todo lo anterior se suman corrientes de afinidad y lazos familiares, que colocan a sus individuos en los nodos de la estructura del poder.
Hay que tener además en cuenta que muchos de los antiguos dirigentes de estos grupos influyentes pertenecían a una generación anterior y que una parte significativa de ellos ya han fallecido o se han retirado de la vida pública. Por ello el panorama de las estructuras de poder formal e informal se ha renovado con nuevos miembros que, a pesar de mantener una corriente ideológica, incorporan ideas nuevas a la política iraní.
El resultado de la configuración final de la vida pública iraní es consecuencia de la evolución del poder político a través de varias etapas. La primera de ellas se corresponde con los importantes líderes religiosos que encabezaron la revolución islámica. Los principales representantes estuvieron constituidos por los grandes ayatolás o marjas como pudieron ser el propio Jomeini o Montazeri.
La llegada de Jameneí marca una segunda etapa, pues su autoridad religiosa no se encontraba a la altura de los anteriores marjas, por lo que tenía que realizar cambios en la estructura para consolidarse en el poder. Por ello, durante este periodo se potenció el papel de las fundaciones, que fueron colocando en puestos claves a personas afines, quienes por lazos familiares o agradecimiento se posicionaban a favor de la facción que les había proporcionado su posición de privilegio. Al final de esta etapa quedó constituida una auténtica red clientelar y una maraña heterogénea y adaptativa de relaciones, en las que las diferentes facciones luchaban entre sí por colocar a sus acólitos para extender su poder. Por su parte, los individuos se iban adaptando a la situación según sus propios intereses y no era extraño ver determinados cambios de actitud con tal de no ser desplazados de sus posiciones.
La tercera etapa ha sido la integración de los poderes anteriores de tipo religioso, económico y político, con los elementos del poder militar vinculados a las élites revolucionarias. Por ello se entiende que hayan aparecido en la vida pública personajes provenientes de los Pasdarán como han podido ser Ahmadinejad, Qalibaf o Shamkhani. Esta organización de carácter militar, pero vinculada a los restantes elementos del poder y con sus propias disidencias internas, aspira a ocupar cuotas de poder elevadas y suele ser favorecida por las tendencias más conservadoras.
Es viable que el relevo generacional dé lugar a una cuarta etapa, en la que ocupen posiciones clave nuevos individuos que no hayan vivido la revolución islámica en primera persona. Independientemente de su sesgo y afiliación, estos nuevos elementos probablemente impondrán nuevas ideas dentro de sus corrientes de pensamiento, dando paso a una posible evolución del régimen iraní.
A lo largo de esta sucesión de etapas tan solo se ha producido una vez un relevo en el liderazgo, tras el fallecimiento de Jomeini y el nombramiento de Jameneí como nuevo líder. Tal como se ha planteado en los párrafos anteriores, el proceso hasta su designación fue tortuoso y en cierto modo poco previsible.
En 1985 se había designado al gran ayatolá Montazeri como sucesor de Jomeini, pero en 1989 perdió el favor del líder por criticar la pérdida de derechos sociales y libertades causada por las posturas gubernamentales y por las ejecuciones de presos. Es posible que el cambio de actitud por parte del líder fuese consecuencia de una campaña de descrédito por parte de los reformistas, que de este modo quitaban a Montazeri del camino al liderazgo. Esta campaña pudo ser urdida por el entonces portavoz parlamentario Rafsanjani, junto al primer ministro Mousavi, quienes anteriormente habían apoyado las tesis de Montazeri, pero que se habían distanciado de él por su oposición a los tratos con los estadounidenses para obtener armamentos, en lo que se denominó Irán-Contra14.
Tras la destitución de Montazeri, Jameneí fue designado por Jomeini para dirigir la plegaria pública de los viernes en Teherán. Tras su muerte, ese mismo año, se produjo una reunión de la Asamblea de Expertos a puerta cerrada, donde cada grupo de poder buscaba posicionar a su aspirante. Sin embargo, de cara al exterior la Asamblea declaraba que tenía varios candidatos. Lo cierto es que los principales marjas, como Golpayegani, fueron eliminados y aparecieron los nombres de los respaldados por los grupos más influyentes, destacando los de Rafsanjani y Jameneí. Incluso durante algunas jornadas se barajó la posibilidad de una solución de consenso formando un liderazgo colegiado entre el entonces presidente, Alí Jameneí, el presidente de la asamblea de expertos, ayatolá Alí Meshkini y la cabeza de la judicatura, Abdul-Karim Mousavi Ardebili. Cuando la terna estuvo configurada fue el momento en que Rafsanjani, en calidad de portavoz parlamentario, se decantó por Jameneí esperando posiblemente una recompensa a cambio15.
Finalmente, la asamblea eligió a Jameneí, quien no tenía el más alto rango en la escala clerical, por lo que oportunamente se modificó la Constitución para que esto no fuese un escollo. Seguidamente se le elevó a la categoría de ayatolá y de paso se suprimió en la Constitución la figura del primer ministro, sacrificando a Mousavi para potenciar la figura de Rafsanjani como futuro presidente16.
Como puede comprobarse a la vista de los hechos, el faccionalismo de los grupos unido a los intereses personales de los individuos dio un resultado relativamente inesperado.
De esta forma se produjo un vuelco en una situación en la que debería haberse nombrado sucesor de Jomeini a un reputado religioso, con una alta posición en la jerarquía clerical y que además tuviese un importante apoyo por parte de los reformistas. Sin embargo, los conservadores más radicales, partiendo de una posición de debilidad, llegaron finalmente a aglutinar otros intereses que llevaron al liderazgo a Jameneí. No debe descartarse que a la muerte de este se produzca de nuevo una situación parecida a lo que en su día se calificó de «intervención divina inesperada» y se produzca una suerte de similares características17.
El proceso de designación del futuro líder
La trama para la elección del próximo líder va a ser cuando menos controvertida. Tal como se ha visto en el epígrafe anterior, muchos de los responsables de la selección pertenecen a grupos de poder y serán fuertemente influenciados por estos.
Existen multitud de ejemplos de luchas enconadas entre las diversas facciones a lo largo del devenir histórico de Irán. Una de las más significativas fue en 2011 cuando el presidente Ahmadinejad destituyó al ministro del Petróleo, Masud Mirkazemi, antes de una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)18. Esta lucha interna dentro de la línea dura de los conservadores acabó con la retirada del apoyo del líder a Ahmadinejad, quien estaba ocupando demasiadas cuotas de poder. Mientras, se permitió la continuidad de Mirkazemi en las estructuras de gobierno, llegando este a vicepresidente en el ejecutivo de Raisi antes de ser cesado19.
El conflicto en el ámbito de las facciones no solo trasciende a la vida política, sino que también lo ha hecho a las relaciones entre instituciones. Una muestra paradigmática es la pugna entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Fuerza Quds en zonas críticas para Irán como pueden ser Oriente Medio, Afganistán o Pakistán. Su jefe, el general Esmail Qaani, decidió en 2022 no contar con representantes de exteriores para una reunión en Nayaf con el líder chiita iraquí Muqtada al-Sadr. El efecto de la reunión dio como resultado un aumento de la tensión en Irak entre las facciones chiitas proiraníes y las nacionalistas iraquíes y la consecuencia fue un alejamiento entre Bagdad y Teherán20.
Los escándalos mediáticos se encuentran igualmente a la orden del día. Sirva como mención la filtración a los medios de comunicación de un posible caso de corrupción dentro de los Pasdarán en el año 2022, difundiendo una cinta de audio en la que su anterior jefe, el general Qasem Soleimani, discutía abiertamente con sus generales sobre este tema21. Hay que tener en cuenta que la noticia fue difundida por Yashar Soltani, antiguo candidato a la alcaldía de Teherán en 2017 y director de la agencia Memari News. Soltani fue arrestado en 2015 por difundir noticias sobre otros posibles casos de corrupción en Teherán, hechos criticados por el reformista Ali Motahari cuando ocupaba el cargo de vicepresidente del Consejo Islámico22.
Dadas las muestras que exponen los casos anteriores, se prevé que la designación del nuevo líder se constituirá en un conflicto de poderes con posibles resultados dañinos entre ellos. Lejos de la búsqueda de una solución consensuada, lo que surja probablemente será el resultado de una lucha exacerbada de intereses por la selección del candidato de cada grupo, alejándose la posibilidad de elegir al más virtuoso y preparado para ese cargo.
Al no existir un código de conducta ético, es muy posible que se vean alianzas volátiles que se apoyen unas a otras a cambio de obtener puestos de importancia de sus miembros dentro de los nodos de la estructura de poder formal e informal. También es posible que se aireen determinados escándalos personales, conductas licenciosas o vínculos familiares que puedan restar credibilidad a los diferentes aspirantes o que impidan determinados apoyos por miedo a caer en desgracia.
El enigma de los posibles candidatos
La previsible contingencia del fallecimiento de Jameneí se encuentra contemplada desde hace varios años. En 2019 la Asamblea de Expertos anunció que desde hacía dos años había establecido un comité para examinar a los personajes más relevantes que podían aspirar a la posición de liderazgo. Los resultados de sus trabajos permanecieron en secreto, siendo tan solo informado el actual líder23.
Para explorar las posibilidades de los candidatos con perspectivas de futuro, los estudios prospectivos suelen dividirlos en tres categorías. La primera de ellas estaría integrada por caballos ganadores. Estos serían aquellos individuos que hayan ostentado una posición de relevancia en el gobierno, que posean un estatus clerical al menos similar al de Jameneí cuando fue elegido líder y que tengan experiencia en cargos públicos. En segundo lugar, se podrían considerar a los de tiros largos, constituidos por aquellos aspirantes que, aunque no posean una gran experiencia en la administración, tengan potentes lazos familiares, carisma popular u ocupen puestos relevantes en instituciones importantes. La tercera posición en esta carrera estaría reservada a los caballos negros, constituidos por aquellos clérigos que sin tener gran experiencia administrativa han mostrado una conducta tan virtuosa que les haya granjeado la afinidad de Jameneí24.
Dentro del primer grupo habría que considerar posibles candidatos como el presidente Raisi, despiadado fiscal y próximo al líder, con quien comparte importantes afinidades. No obstante, Raisi tiene la consideración de hojatolislam dentro de la jerarquía clerical, lo que le colocaría en una posición media y no parece que el líder vaya a cambiar este estatus. Además, su puesto de presidente le ha ocasionado un importante desgaste, perdiendo los apoyos de los más conservadores, mientras los reformistas piden directamente su dimisión. Parece ser que Raisi ha sido ninguneado por el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Shamkhani, quien ha marginado a su ministro de exteriores al asumir directamente importantes cuestiones como el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Arabia Saudita25.
Gholam Hossein Mohseni Ejeí es jefe del poder judicial e igualmente ostenta la categoría clerical de hojatolislam. También se encuentra próximo a Jameneí, siendo prueba de ello su cese como ministro de inteligencia durante la segunda presidencia de Ahmadinejad, cuando este se encontraba en una posición de discrepancia con el líder26. Desde hace tiempo se ha distanciado del presidente Raisi, expresando su preocupación por la situación económica27. No obstante, se ha mostrado inflexible en el aumento de penas de muerte, declarando que «las sentencias serán ejecutadas sin dudar»28.
Otro importante candidato podría ser Sadeq Amoli Larijani, perteneciente a una importante dinastía y de probada lealtad a Jameneí, a pesar de las relaciones con su familia. Su trayectoria ha sido muy significativa, ya que ha sido jefe del Poder Judicial, ha pertenecido a la Asamblea de Expertos y al Consejo de Guardianes y actualmente preside el Consejo de Discernimiento. Aunque posee una amplia carrera administrativa y profundos conocimientos de la ley islámica, existen sobre él acusaciones de corrupción, lo que unido a la pérdida de poder de su familia restan credibilidad a su posible candidatura. Teniendo en cuenta que Raisi fue quien dirigió la investigación contra Larijani, es posible que el primero pueda utilizar determinada información en contra de este29.
El expresidente Hasán Rohaní es otro elemento de peso a la hora de postularse para el liderazgo. Su carrera política y clerical ha sido importante, ocupando cargos como el de secretario del Consejo Nacional de Seguridad, negociador nuclear o miembro de la Asamblea de Expertos. Aunque su carácter es moderado y pragmático se ha mostrado siempre en consonancia con las disposiciones de Jameneí, pero perdió el apoyo del líder después de que el anterior presidente estadounidense, Donald Trump, abandonase el acuerdo en materia nuclear que la administración Obama había conseguido30.
Dentro de la segunda clasificación de candidatos podría encontrarse, hijo del líder y yerno del ex portavoz parlamentario Gholamalí Haddad Adel. Su categoría en la jerarquía clerical no llega a la de hojatolislam, siendo solo la de ajund, considerado un nivel básico. Su recorrido en la administración no ha sido importante, lo que le resta credibilidad. Además, el ser hijo de Jameneí perjudica su designación porque su nombramiento sería una fuente de disgregación y enfrentamientos dentro del propio régimen. No obstante, Mojtaba ha sido un facilitador de las actuaciones de su padre y sus seguidores, lo que le ha colocado en una posición de poder en la sombra que ha influido trascendentalmente en la vida política iraní31. Actualmente el hijo del líder dirige su oficina, compuesta por más de 4000 miembros, desde donde se controla el devenir del día a día en Irán a través de dos nodos de poder. De un lado se encuentra el nodo de inteligencia, que coordina 17 agencias y el órgano de propaganda y de otra parte se hallaría un nodo de influencia, encargado de la dirección para la oración de los viernes32.
A la vista de los hechos anteriores parece ser que el hijo del líder no parte de una posición ventajosa para alzarse con la designación, pero es tal su trascendencia en la sombra que cualquier grupo de poder deberá contar con su apoyo.
Otro posible candidato de esta categoría podría ser Hasan Jomeini, nieto del primer líder y perteneciente a otro importante linaje. Ha dedicado la mayor parte de su vida a los temas religiosos y en 2016 intentó postularse como candidato a la Asamblea de Expertos. Sin embargo, su candidatura fue rechazada por el Consejo de Guardianes33. Posiblemente este rechazo fuese ocasionado por el carácter reformista de Jomeini y por su participación en las revueltas del año 2009, tras la segunda victoria electoral del expresidente Ahmadinejad, situado en la línea más dura del espectro político34. Tras las protestas producidas por la muerte de Mahsa Amini, Jomeini se mostró a comienzos de 2023 partidario del diálogo para no perder el apoyo social, aunque reconoció que existen fuerzas que quieren derrocar al régimen y que la solución es una vuelta a los principios de la revolución islámica35.
También se puede incluir en este segundo grupo al ayatolá Seyed Ahmad Khatami, quien fue nombrado miembro del Consejo Constitucional a la muerte del ayatolá Yazdi. Ha ocupado puestos de relieve como miembro de la Asamblea de Expertos, pero no posee experiencia en el campo de la administración y se ha posicionado siempre en contra de las reformas, dentro de la línea más dura de los conservadores. Respecto a las últimas manifestaciones, a finales de 2022 se mostró partidario de aplicar los «castigos más duros» contra los alborotadores36.
Igualmente, otro posible miembro de esta segunda opción podría ser el ayatolá Alireza Arafi, con un amplio perfil académico y religioso y miembro del Consejo de Guardianes. No obstante, su falta de experiencia en la administración es también un escollo a su posible elección37.
Como terceras opciones se podrían barajar nombres de candidatos que, sin partir de posiciones ventajosas, podrían dar un vuelco a la situación en un escenario de bloqueo entre facciones de poder y contrapesos entre estas. Entre estos posibles candidatos se podría incluir al popular hojatolislam Mohammad Ali Ale-Hashem38.
Conclusiones
La cuestión sucesoria en Irán es un tema de honda preocupación, debido a la evolución del régimen hacia una cuarta etapa, en la que muchos de sus futuros dirigentes no han participado directamente en la revolución islámica y en la que existe una serie de tensiones dentro del propio régimen, llegando los reformistas y fundamentalistas a posiciones difícilmente reconciliables. Además, Jameneí ha otorgado amplios poderes de tipo religioso, político, económico y cultural a los Pasdarán, quienes constituirán un importante grupo decisorio que se añadirá a las facciones que pugnan por ocupar sus respectivas cuotas de poder. A esto hay que sumar una nueva generación de iraníes que no conocieron la revolución ni la guerra contra Irak y que claman por mayores libertades y derechos sociales.
En el caso de que el conjunto de poderes se decantase por un clérigo orientado hacia el fundamentalismo, la transición sería más rápida y menos conflictiva para el sistema de gobierno iraní. En este caso podríamos contemplar las posibles opciones de Ebrahim Raisi o Mojtaba Jameneí, pero ninguno puede contar con grandes apoyos iniciales.
El futuro liderazgo de cualquiera de los dos anteriores marcaría una línea continuista con las políticas de Jameneí, aunque posiblemente partirían de posiciones de mayor debilidad, debido a la disminución del apoyo popular y a la presión que ejercerían los otros grupos de poder. En esta situación el nuevo líder tendría que buscar el sustento de los Pasdarán, quienes ya se encuentran suficientemente empoderados debido a las necesidades de apoyos del líder Jameneí. En este caso una mayor acumulación de poder en manos de los Pasdarán podría constituir un contrapeso a la autoridad del nuevo líder.
Otra opción con menor probabilidad es que un clérigo moderado o reformista llegase a ser nombrado líder supremo. En este caso se podría contar con candidatos como Rohani o Jomeini. Si bien el apoyo popular posiblemente aumentaría ante esta opción, el sistema de poder se vería muy resentido, ya que contaría con la oposición de los fundamentalistas y los Pasdarán.
Una posibilidad añadida es que no se llegase a un consenso y se dilatase en el tiempo el nombramiento del líder, evitando de este modo las disputas directas y dando tiempo para las negociaciones entre grupos de poder. Aunque se consiguiese un apaciguamiento entre las facciones rivales, lo cierto es que se produciría un estancamiento en la toma de decisiones en un momento en que el mundo se encuentra cambiando de forma vertiginosa, por lo que los iraníes podrían perder opciones de influencia si no fuesen capaces de posicionarse ventajosamente en el sistema internacional. Igualmente, la falta de directrices podría afectar a la larga al bienestar económico y social del país, pudiendo llegar a situaciones de descontento popular.
Una variante de la posibilidad anteriormente descrita podría ser la formación de un triunvirato o una diarquía provisional, al igual que se contempló durante el proceso decisorio que llevó a Jameneí al liderazgo. Esta mezcla de representantes de varias facciones no sería la solución ideal, pero al menos permitiría tomar las decisiones más importantes para el progreso del país. Sin embargo, la debilidad de este órgano colegiado frente a los Pasdarán daría a estos últimos una gran capacidad para influir en las disposiciones de mayor importancia para el devenir iraní. Dado el carácter de esta organización, posiblemente Irán llevaría a cabo una política más agresiva y expansiva en el ámbito regional.
Otra variante a la falta de consenso podría venir de la mano del enfrentamiento entre las diferentes facciones, incluyendo la posibilidad de que se desatase la violencia. En ese caso los Pasdarán podrían ser el elemento que pacificase la vida pública iraní, pero de nuevo se verían aumentadas sus cuotas de poder frente a otros grupos fácticos.
En todo caso y dado el poder ostentado por los Pasdarán, no sería descartable que un militar con gran prestigio dentro de este grupo sorprendiese con su nombramiento. Aunque la figura más carismática fuese en el pasado Qasem Soelimani, su sustituto en la Fuerza Quds, Esmail Qaani, también es prestigioso y posee numerosos apoyos.
Finalmente se debería contemplar la posibilidad, más remota que las anteriores, de un posible cambio de régimen. Aunque Irán haya evolucionado desde los tiempos de la revolución islámica, parece ser que la sociedad iraní aún no está preparada para ello y el sistema revolucionario posee todavía una estructura lo suficientemente robusta para que esto no suceda.
Ocurra lo que ocurra, el escenario de cambio de líder será una fase crítica por la que tendrá que atravesar Irán en un momento geopolítico en el que no se puede permitir cometer errores o dejar pasar oportunidades. Debido a ello se prevé que, independientemente de la orientación del nuevo líder, las grandes líneas de la estrategia iraní a largo plazo seguirán manteniéndose.
José Ignacio Castro Torres*
COR. ET. INF. DEM
Doctor en Estudios de Paz y Seguridad Internacional
Analista del IEEE
Referencias:
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3 WINCHESTER, Nicole. «Protests in Iran: Death of Mahsa Amini», In Focus. House of Lords Library. October 21, 2022. https://lordslibrary.parliament.uk/protests-in-iran-death-of-mahsa-amini/#heading-3 (consultado 8/8/2023)
4 Para un seguimiento evolutivo de las protestas sociales en Irán se sugiere la lectura del documento CASTRO TORRES, José Ignacio. Diez años del Movimiento Verde en Irán. Documento Informativo IEEE 14/2019. https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_informativos/2019/DIEEEI14_2019CASTRO-VerdeIran.pdf (consultado 8/8/2023)
5 HRANA, Human Rights Activists news agency. «Woman, life, freedom; Comprehensive report of 20 days of protest across Iran». October 12, 2022. https://www.en-hrana.org/woman-life-freedom-comprehensive-report-of-20-days-of- protest-across-iran/ (consultado 8/8/2023)
6 SAMMY, Dana. «Anti-Government Demonstrations in Iran. A Long-Term Challenge for the Islamic Republic», The Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED). April 12, 2023. https://acleddata.com/2023/04/12/anti- government-demonstrations-in-iran-a-long-term-challenge-for-the-islamic-republic/ (consultado 8/8/2023)
7 SARIOLGHALAM, Mahmood. «Diagnosing Iran’s emerging pivot toward Russia and China», Middle East Institute. June 1, 2023. https://www.mei.edu/publications/diagnosing-irans-emerging-pivot-toward-russia-and-china (consultado 8/8/2023)
8 THE IRAN PRIMER. «Raisi: Profile of President-elect». July 20, 2021. https://iranprimer.usip.org/blog/2021/jun/21/profile-president-elect-ebrahim-raisi (consultado 9/8/2023)
9 BENÍTEZ, Juan Carlos. «Ali Khamenei’s Succession Within the Iranian Political Framework», The Geopolitics (TGP). December 19, 2021. https://thegeopolitics.com/ali-khameneis-succession-within-the-iranian-political- framework/ (consultado 9/8/2023)
10 Doceavo imán o mahdí. Líder mesiánico que al final de los tiempos vendrá para restablecer la justicia y la religión. 11 Constitution of the Islamic Republic of Iran 1989. Iran Chamber Society. https://www.iranchamber.com/government/laws/constitution.php (consultado 9/8/2023)
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13 AL MANAR. «General Qaani: Irán impidió que EE. UU. estableciera su control sobre la región de Asia Occidental». 23 febrero, 2023. https://spanish.almanar.com.lb/729808 (consultado 12/8/2023)
14 HAGHIGHATNEJAD, Reza. «Montazeri and the Men who Mattered: Iran Then and Now», IranWire. August 16, 2016. https://iranwire.com/en/features/61942/ (consultado 10/8/2023)
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21 IRAN INTERNATIONAL NEWSROOM. «Hard To Deal With Massive Corruption In Iran, Says Whistleblower». Monday, 10/31/2022. https://www.iranintl.com/en/202210317807 (consultado 10/8/2023)
22 BBC News Persian. «لی ع مطهری از ادامه شت ازدا ب شار ا ی ی، لطان س یر سردب معماری یوز ن قاد ت ان رد ک / Ali Motahari criticó el arresto continuo de Yashar Soltani, el editor de Memari News». 15 de octubre de 2016. https://www.bbc.com/persian/iran-37665917 (consultado 10/8/2023)
23 RADIO FARDA. «Influential Ayatollah Says No One Designated To Succeed Khamenei». January 27, 2019. https://en.radiofarda.com/a/iran-ayatollah-says-no-one-designated-to-succeed-khamenei/29734096.html (consultado 11/8/2023)
24 UNITED AGAINST NUCLEAR IRAN. «Who Will Be Iran’s Next Supreme Leader?». Op. cit., p. 4.
25 STIMSON CENTER. «Raisi failures boost Mojtaba Khamenei’s chances of becoming Iran’s next Supreme Leader». April 12, 2023. https://www.stimson.org/2023/raisi-failures-boost-mojtaba-khameneis-chances-of-becoming- irans-next-supreme-leader/ (consultado 11/8/2023)
26 SANCHEZ, Alba. «El conservador Mohseni Ejei, nombrado nuevo jefe del poder judicial iraní», Atalayar. 1 de julio de 21. https://www.atalayar.com/articulo/politica/conservador-mohseni-ejei-nombrado-nuevo-jefe-poder-judicial- irani/20210701162545151907.html (consultado 11/8/2023)
27 CRITICAL THREATS. «Iran Crisis Updates, January 2023». January 31, 2023. https://www.criticalthreats.org/analysis/iran-crisis-updates-january-2023 (consultado 11/8/2023) 28 DAWI, Akmal. «Rights Group: Iran Executed 142 People in May», VOA News, June 01, 2023.
https://www.voanews.com/a/rights-group-iran-executed-142-people-in-may/7119143.html (consultado 11/8/2023) 29 United Agaisnt Nuclear Iran. «Sadegh Amoli Larijani Chairman of Iran’s Expediency Council», UANI. 3 de agosto de 2023. https://www.unitedagainstnucleariran.com/sadegh-amoli-larijani-chairman-of-irans-expediency-council (consultado 11/8/2023)
30 FRANCE24. «Iran's Khamenei says experience shows 'trusting West does not work». 28/7/2021. https://www.france24.com/en/live-news/20210728-iran-s-khamenei-says-experience-shows-trusting-west-does-not- work (consultado 11/8/2023)
31 GOLKAR, Saeid y AARABI, Kasra. «Why Khamenei is unlikely to pick his son to succeed him as Iran’s supreme leader», Middle East Institute. September 21, 2022. https://www.mei.edu/publications/why-khamenei-unlikely-pick- his-son-succeed-him-irans-supreme-leader (consultado 11/8/2023)
32 BUCHTA, Wilfried. «Will Khamenei’s Son Play a Role in Iranian Succession?», The Washington Institute. Apr 7, 2021. https://www.washingtoninstitute.org/policy-analysis/will-khameneis-son-play-role-iranian-succession (consultado 11/8/2023)
33 THE GUARDIAN. «Reformer Hassan Khomeini barred from Iran clerical body ballot». 26 Jan, 2016. https://www.theguardian.com/world/2016/jan/26/iran-reformer-hassan-khomeini-barred-assembly-experts-ballot (consultado 11/8/2023)
34 LIM, Kevjn. «Iran: The Ayatollah Succession Question», The Diplomat. October 11, 2014. https://thediplomat.com/2014/10/iran-the-ayatollah-succession-question/ (consultado 11/8/2023)
35 ASHARQ AL-AWSAT. «Khomeini’s Grandson Warns against Regime Popular Base Shrinking». January 29, 2023. https://english.aawsat.com/home/article/4125866/khomeini%E2%80%99s-grandson-warns-against-regime-popular- base-shrinking (consultado 11/8/2023)
36 IFMAT. «Seyyed Ahmad Khatami Info». https://www.ifmat.org/03/20/seyyed-ahmad-khatami/ (consultado 11/8/2023)
37 VATANKA, Alex. «The Islamic Republic's next generation of leaders: A profile of Alireza Arafi», The Middle East Institute. July 6, 2020. https://www.mei.edu/publications/islamic-republics-next-generation-leaders-profile-alireza-arafi (consultado 11/8/2023)
38 IRAN FRONT PAGE. «Popularity of Iranian Friday Prayers Imam Growing in Tabriz». March 17, 2018. https://ifpnews.com/popularity-of-iranian-friday-prayers-imam-growing-in-tabriz/ (consultado 11/8/2023)