La marina del cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos y la guerra naval asimétrica

Atalayar_IEEE Guardias Revolucionarios Islámicos

Las prioridades estratégicas de Irán se basan en «consolidar el régimen» y «ser el líder regional interactuando en escenarios concretos»1. Para alcanzar estos dos objetivos desde el punto de vista marítimo opera dos fuerzas navales independientes: la Armada de la República Islámica de Irán (IRIN, por sus siglas en inglés), la rama naval del Artesh, y la Armada de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGCN, por sus siglas en inglés), creada en 1985. El comandante del IRIN es el contralmirante Hossein Khnzadi, y el del IRGCN el contralmirante Aireza Tangsir. El IRGCN defiende el empleo de una doctrina asimétrica para garantizar la seguridad iraní en el golfo Pérsico. Por su parte, el IRIN desarrolla una doctrina mucho más convencional. Ambas tienen las capacidades suficientes para influir en el estrecho de Ormuz, punto vital para el flujo de recursos y el comercio internacional2. Las dos marinas sufrieron un importante proceso de reorganización en el año 2007. No obstante, el objeto de este trabajo será el análisis de la doctrina y estrategia del IRGCN, quien a lo largo de los años se ha visto favorecido políticamente sobre el IRIN, lo que le ha permitido adquirir armamento avanzado y mejores plataformas para desarrollar sus capacidades asimétricas3.

El IRIN a pesar de dotarse de tres submarinos rusos clase Kilo en 1991 y de mejorar sus capacidades, está lejos de ser una marina de aguas azules, ya que cuenta con un pequeño presupuesto. Por su parte, el IRGCN sí ha alcanzado mayores éxitos, como la introducción en los años noventa del misil antibuque C-802, barcos de misiles Houdong en 1997; la prueba del torpedo propulsado por cohetes Shkval en 2004 o la introducción de los misiles balísticos antibuque Khalij-e Fars en 2014, además de aumentar el número de embarcaciones explosivas no tripuladas y de vehículos aéreos de ataque y vigilancia4.

El IRGCN está formado por unos 20 000 miembros y, aunque ha mejorado notablemente su armada desde el final de la guerra con Irak, ha preferido ser una fuerza que confía en alcanzar sus objetivos mediante el empleo de pequeñas plataformas armadas con una variada panoplia de armas. Es el principal operador de los cientos de lanchas de ataque rápido que Irán posee, aunque también opera con barcos de mayor calado, como son los diez barcos de misiles de la clase Houdong comprados a China. Originariamente armados con misiles C802, Irán los ha mejorado dotándolos de misiles Ghader ASCMs5.

La atención en los últimos años ha estado focalizada en el desarrollo del programa nuclear iraní, pero durante esos años Irán se dedicó a organizar importantes ejercicios navales, como el tan publicitado ataque a una maqueta del portaaviones norteamericano Nimitz. Además, todos los indicios apuntan a que utilizó su marina militar para reforzar a los rebeldes huthi en Yemen o para interceptar al mercante Maersk Tigris en el estrecho de Ormuz, demostrando lo que es capaz de hacer en las aguas del golfo Pérsico6. A pesar de las sanciones económicas, Irán ha seguido con la modernización de sus dos flotas con un marcado carácter disuasorio, amenazando la seguridad de unas aguas vitales para el flujo del petróleo, ya que en las costas del golfo Pérsico se produce aproximadamente la cuarta parte del petróleo mundial, con las graves consecuencias que esto podría tener para la economía mundial si Irán controlase esta región. Sin embargo, esta estrategia naval no se limita solo al golfo Pérsico, ya que también se extiende a Yemen y al golfo de Adén.

El objetivo de la profunda reorganización de las dos marinas militares llevada a cabo desde 2007 fue el de eliminar superposiciones y redundancias en las responsabilidades de ambas, mejorando así su eficacia7. A partir de 2007, Irán asignó a sus fuerzas navales regiones geográficas específicas en las que desarrollar sus actividades: el IRGCN recibió la responsabilidad exclusiva sobre golfo Pérsico y el IRIN sobre el golfo de Omán y el mar Caspio. Sin embargo, compartieron responsabilidades en el estrecho de Ormuz. Estas asignaciones geográficas han influido también en las distintas estrategias, misiones y unidades navales con las que cuentan ambas marinas8.

Estrategia

La estrategia del IRGCN no es más que una «extensión de la estrategia de defensa de Irán, que busca disuadir ante un ataque marítimo, la escalada rápida si falla la disuasión, y librar una guerra prolongada si es necesario». Para ello será fundamental aprovechar las características geográficas de las aguas bajo su responsabilidad y el empleo de una doctrina asimétrica, ya que se las tendría que ver con unas fuerzas navales tecnológicamente muy superiores. Mediante el uso de pequeñas plataformas móviles y aprovechando las poco profundas aguas del golfo Pérsico y las angostas aguas del estrecho de Ormuz, los mandos del IRGCN se ven en condiciones de vencer a sus posibles enemigos9. Irán es plenamente consciente de sus debilidades económicas, militares y tecnológicas tras años de sanciones, por lo que ha de recurrir a este tipo de estrategias que le pueden resultar muy beneficiosas a corto plazo, aunque se antoja difícil que pudiese resistir un conflicto de mayor envergadura contra un rival como EE. UU., que ha desplegado recientemente el submarino nuclear USS Georgia, de la clase Ohio. Además, el pasado 3 de enero Christopher Miller, secretario de Defensa interino de los EE. UU., anunció que el portaaviones USS Nimitz permanecería desplegado en Oriente Medio ante las recientes amenazas emitidas por Irán contra Donald Trump y otros miembros del Gobierno de EE. UU.10.

Esta estrategia puesta en práctica, en los últimos 20 años, por Irán ha sido desarrollada a partir de las lecciones aprendidas en la guerra contra su vecino Irak en los años ochenta, donde enjambres de lanchas Boghamman 49 de origen sueco y tripuladas por miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica, también conocidos como Sepah o Pasadarán, atacaron a petroleros de Kuwait y Arabia Saudí, países que entonces apoyaban a Irak, con el objetivo de debilitar la economía de su adversario, en lo que fue conocida como la Guerra de los Petroleros. En este escenario, el 14 de abril de 1988, la fragata FFG 58 USS Samuel B. Roberts sufrió la explosión de una mina. Según EE. UU., en la zona se encontraron minas del tipo M 08, «cuyos números de serie concordaban con el de las minas encontradas en el Iran Ajr», barco de transporte iraní abordado un año antes por una sección SEAL, mientras fondeaba minas en aguas internacionales. A consecuencia del incidente del USS Samuel B. Roberts, EE. UU. lanzó una operación de castigo, conocida como PRAYING MANTIS, que resultó el combate naval más importante tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y que se saldó para Irán con la pérdida de una fragata, otra con graves daños y el hundimiento de una patrullera lanzamisiles, «sin que ningún buque estadounidense resultara alcanzado»11.

Como resultado de la guerra contra Irak, Irán identificó una serie de requisitos para sus fuerzas navales, que son los que ha adoptado principalmente el IRGCN: uso de importantes cantidades de misiles antibuque; lanchas rápidas fuertemente armadas con cohetes o misiles antibuque; amplios números de plataformas para colocar minas; mejora de sus capacidades submarinas, mediante el uso de diversos tipos de submarinos y sensores; plataformas de difícil localización, como vehículos sumergibles y aéreos no tripulados; una mejora en la formación de su personal; mejoras en la tecnología y en las comunicaciones y coordinación de su personal, o la «importancia de la iniciativa», pero también tratar de evitar choques frontales con una potencia superior12.

Esta forma de actuar de las fuerzas navales de Irán se vio plasmada años después en el ejercicio MILLENIUM CHALLENGE 2002, organizado por el Mando Conjunto de Fuerzas de Estados Unidos (USJFCOM) entre julio y agosto de 2002. El ejercicio consistió en un conflicto entre EE. UU. y un país sin definir del golfo Pérsico. Al mando del bando que representaba al país del golfo Pérsico se puso al teniente general (retirado) Paul K. Van Riper que, consciente de su inferioridad frente al otro bando, decidió atacar con enjambres de lanchas rápidas en ataques suicidas contra la flota adversaria, además de realizar ataques masivos de misiles antibuque desde la costa.

«Los jueces del ejercicio determinaron que un portaaviones nuclear, diez escoltas y cinco buques de asalto anfibio fueron hundidos»13.

Con estas premisas, el IRGCN se marca como objetivo la disuasión ante un posible ataque contra las aguas iraníes «proyectando una imagen de fuerza militar» y advirtiendo de las graves consecuencias económicas que este hecho podría acarrear. Sus oficiales no han dudado en aludir las capacidades de Irán para cerrar o atacar barcos comerciales en el estrecho de Ormuz abocando a una segura crisis económica14.

Por el estrecho de Ormuz transitan más de 17 millones de barriles de petróleo diarios, por lo que las amenazas iraníes de cerrar el estrecho dotan al país de una poderosa herramienta de presión política a la que recurre con periodicidad15. No obstante, es poco probable que Irán recurriese a cerrar por completo el tráfico por el estrecho de Ormuz, lugar por el que transitan buena parte de sus exportaciones, ya que las consecuencias económicas que esta acción tendría se dejarían sentir en una economía que depende básicamente de las exportaciones de crudo16. Para Irán sería más conveniente llegar a un acuerdo político con sus vecinos árabes para acabar con décadas de tensión con EE. UU. y otras potencias occidentales. La interrupción del comercio en el golfo Pérsico tendría unas consecuencias catastróficas para su ya debilitada economía y tampoco sería capaz de mantener un conflicto armado sostenido con EE. UU., Reino Unido y los países árabes del golfo Pérsico17.

Doctrina

Dadas las condiciones de inferioridad en las que se encuentran frente a posibles enemigos como los EE. UU., país al que no podría infligir una derrota naval, los líderes del IRGCN han propiciado una doctrina asimétrica que hunde sus raíces en la guerra contra Irak en los años ochenta, como se señaló anteriormente. En ella se ven reflejados los principios clásicos de la guerra irregular, como son «la sorpresa, el engaño, la rapidez, flexibilidad y el uso de unidades altamente móviles y maniobrables». Es una doctrina  que  va  a enfatizar  el golpe  rápido  y  por  sorpresa  y la  posterior  fuga  o la «acumulación de un gran número de armas poco sofisticadas para abrumar las defensas enemigas». Esta acumulación de numerosas y pequeñas unidades navales ha sido descrita en numerosas ocasiones como «enjambres de pequeñas embarcaciones»18. Así, Irán tendrá que recurrir al uso de minas y al aprovechamiento de la velocidad, maniobrabilidad y sigilo de las lanchas rápidas frente a buques más grandes y pesados, como los que pueda operar EE. UU. en la zona, además de utilizar grandes números de estas lanchas para abrumar al enemigo. Dentro de la doctrina asimétrica iraní también entran en juego conceptos tales como espíritu revolucionario, yihad y martirio19. Asimismo, es importante la amenaza antiacceso y de negación aérea (A2/AD, por sus siglas en inglés), ya que impide el acceso del enemigo en una zona determinada.

La filosofía del sacrificio y del sufrimiento se encuentra ampliamente en la «escatología chií y en la cultura iraní», viéndose reforzada desde la Revolución Islámica de 1979 a través de interpretaciones radicales del islam y se plasmó en los numerosos ataques suicidas perpetrados por miles de voluntarios iraníes durante su guerra con Irak, en la creencia de que el martirio por su religión era un deber de todo verdadero creyente. Esta filosofía ha sido moldeada por los pasdaran, quienes creen que la tecnología, las habilidades o el entrenamiento no son suficientes para el éxito militar, «si se utilizan sin la implementación adecuada del factor humano, moldeado decisivamente por el islam». Así, y desde 2004, los líderes militares y políticos iraníes llevaron a cabo una profunda revisión de estos conceptos, agregando nuevos elementos obtenidos de los ataques suicidas de la insurgencia iraquí y palestina e incluso de Al Qaeda. Además, se llevó a cabo una importante campaña pública para reclutar voluntarios dispuestos al martirio que, según estadísticas oficiales, consiguió reclutar a más de 53 000 voluntarios locales y extranjeros20.

Las estrategias de ataque en enjambre (swarming) fueron descritas por vez primera por John Arquilla y David Ronfeldt en su obra Swarming & The Future of Conflict, donde indicaban que el enjambre, aunque aparentemente «amorfo», es realmente una estructura «deliberadamente estructurada y coordinada, así como una forma estratégica de golpear en todas las direcciones»21. Irán suma cientos de embarcaciones ligeras, bien civiles o militares, capaces de actuar de manera coordinada, que pueden causar importantes daños económicos en la región en las que están presentes, así como a las marinas desplegadas en el golfo Pérsico. Recuerdan en muchos aspectos a las conocidas manadas de submarinos alemanes que durante la Segunda Guerra Mundial acecharon a los convoyes aliados.

Los requisitos fundamentales para llevar a cabo un ataque en enjambre son: «poder golpear a un adversario desde múltiples direcciones gracias a un gran número de pequeñas unidades que puedan coordinarse y comunicarse entre sí, y ser capaces no solo de actuar en operaciones de combate, sino también como elementos de vigilancia y observación. Además, el objetivo final de un ataque en enjambre puede centrarse más en acabar con la cohesión del adversario que la destrucción física de este»22.

Al igual que los japoneses frente a los rusos en batallas como las de Puerto Arturo y Tsushima, Irán trataría de emplear una «táctica del débil» que bien podría cosechar los éxitos que Japón tuvo contra Rusia empleando torpederos y minas. Estaría recuperando conceptos propios de la Jeune École francesa, con la que París pretendió hacer frente a la otrora todopoderosa Royal Navy23. Esta doctrina francesa de finales del siglo XIX y principios del XX, abogaba por el empleo de pequeños barcos, torpederos por lo general, que harían frente a los poderosos acorazados de la Royal Navy. Doctrina revolucionaria entonces y que se ajusta perfectamente a las necesidades y planteamientos de la IRGCN en la actualidad. Se confiaba en la relativa dificultad para avistar a esos pequeños buques, el bajo coste de estos y en la posibilidad de poder construirlos en un número elevado, consiguiéndose plantear un serio desafío a las marinas más potentes del momento24.

Con esta doctrina Irán, utilizando minas, lanchas rápidas y misiles, podrían infligir importantes daños a marinas como las de EE. UU. a cambio de unos costos relativamente pequeños, ya que un combate convencional entre las dos marinas estaría fuera de lugar. Así, y mediante estrategias propias de la zona gris, Irán pretende controlar el estrecho de Ormuz, apoyándose también en su complicada geografía. Los fines buscados por Irán con esta estrategia se orientan a proteger al país y al régimen de los ayatolás de injerencias extranjeras y fortalecer su papel como gran potencia en la región. Irán no cuenta con unas fuerzas convencionales poderosas y su economía no está lo suficientemente desarrollada. Por tanto, si quiere enfrentarse a sus principales adversarios, EE. UU., Israel o Arabia Saudí, solo lo puede hacer en la zona gris del conflicto. Y esto se traduce en actuaciones tendentes a influir en los sistemas políticos de sus enemigos, en operaciones de influencia, en proxy wars, ciberataques, asesinatos selectivos fuera de sus fronteras o “disuasión militar coercitiva”. Pero si nos limitamos a la estrategia puramente marítima, habría que distinguir las actuaciones llevadas a cabo por sus intermediarios de Hezbolá en el Líbano y los huzíes en Yemén y las llevadas a cabo por el IRGCN. Si Hezbolá fuese dotada de la necesaria capacidad antibuque, «incrementaría la flexibilidad estratégica de la República Islámica de Irán en términos de disuasión frente a Israel vía intermediario (proxy25. Y lo mismo ocurriría con los huzíes en relación con Arabia Saudí, donde Irán «desgasta y ocupa ancho de banda político y militar de Arabia Saudí y Emiratos»26.

Durante los últimos años, el IRGCN ha centrado sus adquisiciones navales en cuatro capacidades: embarcaciones de ataque rápido, embarcaciones pequeñas, misiles antibuque y minas. Capacidades que, si bien en solitario serían ineficaces contra un adversario dotado de superior tecnología, sí serían efectivas si se empleasen conjuntamente en «espacios operativos reducidos como el golfo Pérsico o el estrecho de Ormuz»27. Las especiales características geográficas de la región, como son lo angosto del estrecho de Ormuz y la poca profundidad de las aguas del Golfo, a lo que se añade una multitud de ensenadas, bahías, pequeñas calas y un sinfín de islas, facilitan la acción de una fuerza naval ofensiva de las características planteadas.

Dado que el IRGCN no tiene como objetivo proyectar poder marítimo e influencia regional, tareas de las que se encarga el IRIN, sino controlar y proteger las aguas del estrecho de Ormuz y el golfo Pérsico, se ha dotado de numerosos buques patrulla muy maniobreros, veloces y con una considerable potencia de fuego. También comparte el uso de minisubmarinos con el IRIN. Esto se complementa con una gran cantidad de baterías de misiles de crucero para la defensa costera, «móviles y fáciles de ocultar». Con el tiempo, Irán será capaz de desarrollar u obtener misiles con mayor alcance y precisión, lo que le permitirá cubrir el golfo Pérsico y el de Omán. Esta combinación del poder naval del IRGCN hace de esta marina una herramienta asimétrica para tener en cuenta y capaz de contrarrestar a las fuerzas navales convencionales de la región28.

Como reconoce el analista Michael Connell, la base de la estrategia marítima iraní ha sido «arreglárselas con lo que hay», como el uso de misiles de defensa costera, lanchas rápidas, profusión de minas y submarinos de pequeño tamaño, además de aprovecharse de las ventajas que la geografía del golfo Pérsico proporciona. Todo esto juega en favor de las tácticas asimétricas iraníes que darían lugar a emboscadas con pequeñas unidades, que atacarían y se darían a la fuga rápidamente, tácticas propias de grupos guerrilleros llevadas a un conflicto marítimo. Connell señala también otra peculiaridad de las fuerzas navales iraníes, que no es otra que su mando y control descentralizado, delegándose más autoridad a los comandantes de nivel inferior. Esto puede traer consigo serios problemas, ya que el IRGCN suele recompensar a comandantes agresivos tendentes a correr riesgos29.

En los últimos años, Irán ha amenazado con relativa frecuencia ataques a la libertad de navegación. En mayo y junio de 2019, fue acusado de atacar con minas lapa a varios mercantes en el golfo de Omán. Al mes siguiente, el IRGCN incautó un petrolero con bandera del Reino Unido en el estrecho de Ormuz como respuesta al apresamiento por este país de un petrolero iraní cerca de Gibraltar30. Los roces entre Irán y EE. UU. se están volviendo constantes. Sin embargo, el nivel de descentralización que tienen las dos marinas iraníes hace difícil precisar a qué nivel se han autorizado estas operaciones. En cada momento en el que el país sufre presiones a nivel nacional echa mano de su marina de guerra para «hostigar a otros países en un esfuerzo por aumentar las tensiones, crear unidad nacional y desviar la atención de otros problemas». Y estos problemas en la actualidad son la inflación, el elevado desempleo de su población, las sanciones y la COVID-19, que están haciendo mucho daño a una economía que depende básicamente del petróleo31.

Conclusiones

El 4 de enero del presente año, el IRGCN apresó un petrolero de bandera surcoreana con la excusa de estar contaminado las aguas del Golfo con productos tóxicos. Lo que se esconde detrás de esta nueva —y no última— acción del IRGCN es la polémica en torno a los cerca de 7000 millones de dólares que bancos surcoreanos tienen congelados a causa de las sanciones impuestas por EE. UU. a su sector petrolero32. El juego se repite e Irán vuelve a tratar de ejercer presión para lograr levantar unas sanciones impuestas durante la Administración Trump. Y esa presión la ejerce a través de parámetros de guerra asimétrica, que parecen ser para Irán uno de los medios que concibe para defenderse o atacar a sus múltiples enemigos, y es una estrategia que parece ni limitarse únicamente a sus fuerzas navales, sino que tiende a englobar a todo su sistema militar. Quizá la nueva Administración Biden sea más proclive a levantar las sanciones, revirtiendo todo lo andado por su antecesor Trump, pero mientras tanto Irán seguirá tensando la cuerda en busca de lograr sus objetivos y alcanzar sus prioridades estratégicas.

A pesar de las provocaciones iraníes, la posibilidad de una escalada militar en el golfo Pérsico se antoja difícil, ya que Irán es consciente de sus debilidades militares y económicas tras años de sanciones frente a rivales como EE UU., Israel o Arabia Saudí. Irán juega una estrategia de disuasión y no parece que vaya a renunciar a su programa nuclear ni a sus deseos de convertirse en la potencia rectora de la zona, pero eso no quiere decir que se vaya a embarcar en un conflicto naval de envergadura con EE. UU. No obstante, sí que puede hacer mucho daño en la región mediante el empleo de una estrategia asimétrica original, en la que se mezclan elementos tan dispares como el fervor religioso y el martirio con elementos propios de la guerra irregular. Con este proceder estaría en condiciones de causar importantes bajas a sus potenciales enemigos y alterar en buena medida la economía regional y mundial. Irán ha demostrado ser un maestro en la guerra irregular llevada al mar, a pesar de las dificultades que este tipo de guerra puede tener en espacios marítimos. EE. UU. ha tomado buena cuenta de ello, algo que quizá otras armadas con intereses en la región deberían hacer si no quieren llevarse una desagradable sorpresa.

Alberto Guerrero MartínDoctor en Historia Contemporánea.

BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS A PIE DE PÁGINA
  1. ECHEVERRÍA, Carlos. “Las prioridades estratégicas de Irán”, Revista General de Marina, diciembre de 2020, pp. 925-926.
  2.  Office of Naval Intelligence, “Iranian Naval Forces. A tale of two navies”, 2017, p.5.
  3. Office of Naval Intelligence, “Iran’s Naval Forces. From guerrilla warfare to a modern naval strategy”, 2009, p. 1.
  4. CONNELL, Michael, NADIMI, Farzin y MILLER, John. “Iran’s Asymmetric Naval Response to Maximum Pressure”, Washington Institute for Near East Policy, junio 2020. Disponible en: https://www.washingtoninstitute.org/policy-analysis/irans-asymmetric-naval-response-maximum-pressure
  5. Defence Intelligence Agency, “Iran military power”, 2019, pp. 51-54. 
  6. Office of Naval Intelligence, “Iranian Naval Forces. A tale of two navies”, 2017, p.5.
  7. LAYTON, D.M. “Iran’s Hybrid Naval Force: Flexibility is the Key to Sea Power”, Canadian Forces College, 2015, p. 8.
  8. Office of Naval Intelligence, “Iranian Naval Forces. A tale of two navies”, 2017, p. 11.
  9. Office of Naval Intelligence, “Iranian Naval Forces. A tale of two navies”, 2017, p. 21.
  10. “What to Make of the Latest Uptick in Iranian Aggression”. Disponible en: https://worldview.stratfor.com/article/what-make-latest-uptick-iranian-aggression
  11. PÉREZ TRIANA, Jesús. “Irán y la guerra naval asimétrica”, Revista General de Marina, julio de 2011, pp. 90-91.
  12. HAGHSHENASS, Fariborz. “Iran’s Asymmetric Naval Warfare”, Policy Focus 87, septiembre de 2008, p. 6.
  13. PÉREZ TRIANA, Jesús. “Irán y la guerra naval asimétrica”, Revista General de Marina, julio de 2011, pp. 87-88.
  14. Office of Naval Intelligence, “Iranian Naval Forces. A tale of two navies”, 2017, p. 22.
  15. Office of Naval Intelligence, “Iran’s Naval Forces. From guerrilla warfare to a modern naval strategy”, 2009, p. 6.
  16. ARASLI, Jahangir. “Obsolete Weapons, Unconventional Tactics, aand Martyrdom Zeal: How Iran would Apply its Asymmetric Naval Warfare Doctrine in a Future Conflict”, George C. Marshall European Center for Security Studies, abril de 2007. Disponible en: https://www.marshallcenter.org/en/publications/occasional-papers/obsolete-weapons-unconventional- tactics-and-martyrdom-zeal-how-iran-would-apply-its-asymmetric-naval
  17.  Office of Naval Intelligence, “Iranian Naval Forces. A tale of two navies”, 2017, p. 23.
  18.  Office of Naval Intelligence, “Iran’s Naval Forces. From guerrilla warfare to a modern naval strategy”, 2009, p. 6.
  19. ARASLI, Jahangir. “Obsolete Weapons, Unconventional Tactics, aand Martyrdom Zeal: How Iran would Apply its Asymmetric Naval Warfare Doctrine in a Future Conflict”, George C. Marshall European Center for Security Studies, abril de 2007. Disponible en: https://www.marshallcenter.org/en/publications/occasional-papers/obsolete-weapons-unconventional- tactics-and-martyrdom-zeal-how-iran-would-apply-its-asymmetric-naval
  20. Office of Naval Intelligence, “Iranian Naval Forces. A tale of two navies”, 2017, p. 23.
  21. Ibidem, pp. 22-23.
  22. Ver también: PÉREZ TRIANA, Jesús. “Irán y la guerra naval asimétrica”, Revista General de Marina, julio de 2011.
  23. CONTE, Augusto. “Irán resurge de sus cenizas”, Global Strategy, 2020. Disponible en: https://global- strategy.org/iran-resurge-de-las-cenizas/#_ftn6
  24. GONZÁLEZ, Agustín Ramón. “Política naval europea a comienzos del siglo XX”, Cuaderno n.º 15 del Instituto de Historia y Cultura Naval, 1991, pp. 28-33.
  25. Durante la Guerra de Líbano de 2006, Irán suministro misiles antibuque a Hezbolá que causaron graves daños en la corbeta israelí INS Hanit.
  26. JORDÁN, Javier. “Estrategias de Irán en la zona gris del conflicto: su dimensión marítima”, Revista General de Marina, noviembre de 2018, p. 724-731.
  27. Office of Naval Intelligence, “Iranian Naval Forces. A tale of two navies”, 2017, p. 27.
  28. LAYTON, D.M., “Iran’s Hybrid Naval Force: Flexibility is the Key to Sea Power”, Canadian Forces College, 2015, pp. 10-11.
  29. CONNELL, Michael, NADIMI, Farzin y MILLER, John. “Iran’s Asymmetric Naval Response to Maximum Pressure”, Washington Institute for Near East Policy, junio 2020. Disponible en: https://www.washingtoninstitute.org/policy-analysis/irans-asymmetric-naval-response-maximum-pressure
  30. CORDESMAN, Anthony H. “Iran and the changing of military balance in the Gulf”, informe del CSIS, marzo de 2019, p. 127. Disponible en: https://csis-website-prod.s3.amazonaws.com/s3fs- public/publication/20200326_Iran_Gulf_Net_Assesment.Complete.Reduced.GH6%281%29.pdf?NYletbt9 Ym.zLwS0ZoPFkH4yH2GOCFe4
  31. CONNELL, Michael, NADIMI, Farzin y MILLER, John. “Iran’s Asymmetric Naval Response to Maximum Pressure”, Washington Institute for Near East Policy, junio 2020. Disponible en: https://www.washingtoninstitute.org/policy-analysis/irans-asymmetric-naval-response-maximum-pressure
  32. Disponible en: https://www.abc.es/internacional/abci-iran-captura-petrolero-corea-medio-tensiones- entre-paises-202101041606_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F