El accidente del helicóptero de Raisi podría deberse a interferencias externas

El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes publicó su segundo informe sobre los aspectos y las razones del reciente accidente de helicóptero que provocó la muerte del presidente Ebrahim Raisi y de la delegación que le acompañaba el 19 de mayo. A pesar del gran número de versiones, que circulan en los medios de comunicación, Irán continúa su propia investigación y no tiene intención de apresurarla, evitando sacar conclusiones antes de tiempo. Llama la atención que la investigación del siniestro siga su curso, ya que no existe un relato claro y preciso del accidente del helicóptero. 

Se descartó la posibilidad de que se hubiera producido una explosión como consecuencia de un sabotaje o un atentado terrorista durante el vuelo, ya que uno de los pasajeros del helicóptero se puso en contacto con el equipo de rescate. Durante estas breves negociaciones por radio negó la aparición de situaciones extrañas o de alerta a bordo. Estos hechos también refutan la teoría sobre el helicóptero como objetivo de las armas antiaéreas o el misil guiado. Además, no se registraron objetos no detectados dentro del espacio aéreo iraní. 

Según el informe mencionado anteriormente, el personal del servicio meteorológico proporcionó datos que indicaban que las condiciones meteorológicas eran satisfactorias para el vuelo. Por eso, otros dos helicópteros -el Bell 212 estadounidense, similar al “Board No. 1” del líder iraní, y el Mi-171 soviético- llegaron sin problemas al aeropuerto de destino. Estas circunstancias permiten descartar la teoría de las duras condiciones meteorológicas como posible causa del accidente del helicóptero de Raisi. 

Además, los especialistas e investigadores examinaron detenidamente todos los documentos de vuelo, las notas de la tripulación y la documentación técnica del helicóptero. Tampoco descubrieron nada extraño ni ninguna pista que pudiera arrojar luz sobre el motivo del accidente. El peso total de los pasajeros y el equipo era el normal y no podía sobrecargar el helicóptero. 

Mientras se investigan las posibles razones del accidente, es necesario tener en cuenta que todos los pilotos, aprobados para transportar a funcionarios de alto rango, suelen ser profesionales experimentados y cualificados. Es difícil creer que una tripulación tan bien entrenada pudiera desorientarse por la niebla o la nubosidad o no se diera cuenta de la peligrosa aproximación a las montañas: los pilotos estaban familiarizados con el terreno local y los riesgos de los vuelos en actitudes bajas. Las conversaciones entre los pilotos también dejaron al descubierto que el último contacto se produjo sólo dos segundos antes del accidente y que todo a bordo estaba bajo control. Tampoco se informó de ninguna llamada de emergencia. 

Al mismo tiempo, existe la teoría de que el capitán Mustafawi, piloto del helicóptero Bell 212 de Raisi, era un agente de la inteligencia extranjera y dirigió el “Board No. 1” hacia la roca. Eso podría explicar su orden a otros pilotos en unos minutos antes del accidente de elevarse en una actitud más alta para no caer bajo sospecha en un comportamiento extraño y desbaratar el asesinato de Raisi y Abdollahian. La misma razón podría obligarle a permanecer en contacto con el aeropuerto y otros pilotos todo el tiempo antes del accidente. 

Otra posible razón del incidente es el origen estadounidense del helicóptero Bell 212 accidentado. Este tipo de helicópteros está anticuado hoy en día y necesita suministros continuos de piezas originales con la calidad adecuada. Después de que el Gobierno estadounidense impusiera sanciones a Irán, se prohibió al fabricante de helicópteros suministrar a Teherán el material necesario. El portavoz del Departamento de Estado estadounidense Matthew Miller confirmó este hecho afirmando que “el Gobierno iraní es el culpable del accidente”. 

Una de las teorías más divertidas sobre lo ocurrido el 19 de mayo fue la expresada por Dogu Perinchek, líder del partido turco “Watan”, quien afirmó que el accidente del helicóptero de Raisi fue causado por el sabotaje de los servicios de inteligencia estadounidenses. A pesar de la declaración oficial del Estado Mayor iraní, afirmando que los investigadores no han encontrado ningún fallo técnico o intentos de apagar los sistemas de comunicación durante el vuelo del “Board Nº 1”, especialmente mediante el uso de la guerra electrónica, el helicóptero podría ser forzado fuera de acción por otros medios. 

Vale la pena señalar que los Estados Unidos tienen leyes específicas que permiten al Gobierno interferir y cambiar los ajustes del programa en conjuntos clave de suministro de energía de los vehículos y equipos que se venden fuera de los EE. UU. En particular, fuentes de la empresa “Boeing” han confirmado la posibilidad de interferencias en su material exportado. El ejemplo más notable de este tipo de interferencias externas en el funcionamiento de equipos eléctricos es la invasión estadounidense de Irak en 2003. En aquella época, el Ejército estadounidense privó al Ejército iraquí de toda posibilidad de comunicación apagando todos los terminales y emisoras de radio portátiles fabricados en Estados Unidos. 

Varios analistas siguen preocupados por el hecho de que los servicios inteligentes estadounidenses dispongan de medios técnicos para incidir en elementos clave de los vehículos producidos por Estados Unidos desde una distancia de largo alcance. Su funcionalidad es diferente de la del sistema de guerra electrónica. Teniendo en cuenta el prolongado conflicto entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán, Washington podría provocar fácilmente el accidente del helicóptero del presidente Raisi, alegando que la razón de la tragedia fueron las sanciones, las difíciles condiciones de vuelo o el grosero error de la tripulación del helicóptero. En cualquier caso, parece bastante extraño que sólo uno de los tres helicópteros con el jefe de Estado y el ministro de Asuntos Exteriores a bordo colisionara con la montaña, dadas las mismas condiciones meteorológicas, la misma ruta y unos pilotos bien entrenados.