Opinión

Los cuentos de La Lechera

Yolanda, “la phasionaria”, tiene un sueño: ser la primera mujer en presidir este país a partir de diciembre porque el futuro es de las mujeres. Ha sido un corta y pega del discurso de Martin Luther King tras la Marcha sobre Washington el 28 de agosto de 1963 “I have a dream”, “Yo tengo un sueño”. La ministra gallega es una soñadora empedernida.

La señora Diaz no ha desvelado su programa después de ocho meses de escucha. Esta ausencia de ideas confirma que detrás de tanta reflexión solo hay humo de pajas. Simuló un resumen de las tres versiones del cuento de La Lechera (la de Esopo, la de la Fontaine y la de Samaniego) en el que, a partir de hoy, todos son derechos. Derechos sin deberes, naturalmente. 

Sumar es sanchismo y podemismo. Populismo para seguir adelante subidos a lomos del Presupuesto y del poder. Todos juntos. La ausencia de la dirección de Podemos es una táctica para no hipotecarse ella por adelantado. El 29-M, con un partido morado a la baja, Diaz habrá ganado la primera batalla sin presentarse a las municipales y autonómicas. Siempre gana Pedro.

Los 15 partidos de tienta desde IU a la Chunta pasando por Equo, Más País o Compromís, no representan más que a 15 personas que quieren seguir en el pesebre del presupuesto defendiendo las banderas del feminismo, del ecologismo, del sindicalismo subvencionado y moviendo abanicos para rebajar un grado el calentamiento global ¡Vaya tropa!

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En este país

Yolanda Díaz, la nueva estrella fulgurante, ha descubierto un Madrid inclusivo, que la ha acogido desde Galicia con los brazos abiertos. “¡To er mundo es güeno y aquí no sobra nadie”. ¡A Suuu-maaar!

Los asistentes aplaudían como si no hubiera un mañana no por la fecha histórica del 2 de abril -la del 1º de abril de 1939 está prohibida por la Memoria Histórica- sino porque hoy empieza todo. (Frase acuñada por Maduro en 2018). Recomenzar, decía el venezolano. Nada nuevo bajo el sol comunista bolivariano.

La candidata gastó casi una hora en desvelar un secreto prescindible. Será presidenciable. Iglesias la nominó vicepresidenta y don Pedro la consagró como compañera de calvario. 

A Yolanda le molesta la palabra España. Utilizó este vocablo en 4 ocasiones durante los 55 minutos de discurso. Dos, en el último minuto; desconoce el término Nación y se refiere a nosotros como “este país” (32 veces).  Me recuerda a Cambio16 cuando utilizaba esta expresión para referirse a la política nacional. Pronunciar España le da urticaria. Mal empezamos. Lo mismo le pasó a Pablo Iglesias. Y así continúan Belarra y Montero. España es franquismo, fascismo, derecha, ultraderecha, caverna; lo opuesto al progresismo de la izquierda. 

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Derechos sin deberes

Los escribanos del discurso no han leído al Mahatma Gandhi: “Ningún derecho sin un deber”, hizo saber durante su periplo sudafricano.

Para la “segunda presidenta”, todo son derechos: el salario mínimo permanentemente revisable, los derechos laborales, los sindicales, la reducción de horas semanales para dedicarlas al ocio y con el mismo sueldo; las pensiones  dignas,  el derecho a la vivienda pública, al alquiler social, a la educación de 0 a 3 años, a la higiene bucodental, ayudas a la juventud para que no tengan que emigrar -nunca les regalará una maleta a los licenciados para que busquen trabajo en el extranjero- como, según denunció, hizo Feijóo en Galicia. Y, por supuesto, derecho al aborto libre y gratuito en la sanidad pública y más derechos sin deberes al colectivo LGTBIQ+.

Se hizo tres o cuatro preguntas retóricas. Un ejemplo: ¿por qué no llega la gente a final de mes? No encontró solución. Pero sí contestó a la más sencilla: ¿quién paga esta fiesta del despilfarro? La culpa es de los ricos. Y también la desigualdad. ¿Por qué existe más desigualdad hoy que hace 20 años? No hubo respuesta. Otra vez el PCE, con laca y modelito blanco, a rescatarnos del neoliberalismo.

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Frases hueras

Como he sido un negro electoral, conozco bastante bien cómo se articula un discurso para un mitin. Hay que poner pasión, empatía, ilusión, mezclarlo con ataques a los adversarios, inyectarle demagogia y personalizarlo con nombres propios presentes para que el aplauso sea facilón cada dos o tres minutos. Y hablar de esperanza -como la de la II República- y de futuro. Que no falte el futuro que nunca llega. Una macedonia de ideas vacías escritas en el escenario del pabellón de Magariños madrileño sin canastas de baloncesto. En suma; visceralidad, sentimentalismo y dramatismo. Y mucho teatro.

El discurso fue una impostura repleta de frases hueras. Guionistas de tercera regional. Repaso mis notas. “Hoy empieza todo; sumar es dialogar, acordar, unir voluntades; nunca renunciaré a nuestros sueños, hay otra forma de hacer política (Roca Junyent, 1977), vamos a hacer política de la grande (sic); no queremos ganar el país, queremos transformarlo, no abandonaremos a los jóvenes, no se puede cambiar la vida sin imaginar a las mujeres; hacemos política para que la gente sea feliz; vivan las mujeres libres”. 

Y continuó: “Mirad: yo no soy de nadie; no pertenecemos a nadie porque solo pertenecemos a nosotras mismas; este es un país feminista. Hay que trabajar menos para vivir mejor”. Y luego maridó churras con merinas pidiendo pactos, entre la ciudad y “el rural”, otro pacto verde, otro energético, pacto para cuidar a los dependientes y un pacto más con los  hombres y mujeres de la cultura “que nos hacen reír y llorar”. Denunció los algoritmos “por no ser neutrales “, y alcanzó la cumbre del éxtasis al pronunciar sus ideas más brillantes y cursis: “Nadie puede morir [en el Mediterráneo,] buscando un mundo mejor; no se puede hacer política sin ternura e igualdad es libertad”, según le enseñaron en su familia. (Un slogan del PSOE de los 80).

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Confesó que la política “no va de engañar”, (¿se lo ha contado Pedro?) y anunció que ha llegado “el tiempo de las mujeres”; tras confundir honestidad con honradez se mostró europeísta, progresista y exigió una nueva Carta de Derechos Humanos interminables hasta consagrar la “democracia económica”. Ni una mención a la Carta Magna del 78.

No se cortó un pelo en sentirse orgullosa de Ada: “Barcelona es un referente internacional”; Joan: “Valencia es una ciudad sostenible”; Alberto: “Sabes dónde hay que estar”; Enrique: “Gracias por tu altura de miras”; Mónica. “Referente de la sanidad pública”; Rita: “Gracias por enseñarnos a sumar”, e Iñigo: “Tu inteligencia por apoyar nuestro proyecto de país”. Y luego nombró a los partidos que se han adherido a Sumar. “Gracias por estar aquí”. Le faltó cantar el “Bienvenidos” de Miguel Ríos.

El público aplaudía como si se tratara de un concierto de rock and roll. He de reconocer que los teloneros gastaron más de una hora en trillar ideas populistas rindiendo vasallaje a la nueva lideresa. El clima se incendió más que en Asturias y Castellón cuando anunció humildemente que, tras muchas dudas, se presentará a las generales como candidata a la presidencia de nuestro país, de España, por su padre, por su madre y por su hija.

Nuestra Yoli quiere ser la primera presidenta del Gobierno. Esta vez sí enfatizó la palabra ESPAÑA. Un patriotismo de hojalata. Un proyecto de país para la próxima década con el objetivo de “cambiar las vidas de nuestras gentes”. Un proyecto imparable. El Imperio Bizantino de los próximos dos lustros. 

La ministra de Trabajo nos ha contado el cuento de La Lechera. Ya saben cómo termina: la niña resbala, el cántaro se hace añicos, la leche se derrama y adiós a todos los sueños. Cierto que soñar no nos cuesta nada.

Una puesta en escena perfecta de La Moncloa avalada por el PSOE para hacer pinza contra Podemos. Ojalá se presenten tres izquierdas “nacionales” en diciembre. PP y VOX pueden rozar la mayoría absoluta. La última palabra la tienen todavía los 1,5 millones de votos de Ciudadanos. 

Gato blanco, gato negro

La historia para la estrella de los cabellos de oro y los modelos “fashion” ha comenzado este Domingo de Ramos. Demasiadas palmas. Es una gran muesca para su “currículum vitae”.

Pero la actualidad de los últimos días ha sido frenética y Bahía de Ítaca no termina ni empieza aquí. 

Nuestro viajero presidente se presentó en China, tras saluda a 40 dirigentes mundiales. Calificamos de valiente su actitud, si es verdad que defendió las tesis del presidente ucraniano Zelensky en el Salón del Trono, y pidió que Xi Jinping presione a Putin para retirarse de los territorios ocupados del Dombás. Pedro Sánchez no ha desvelado la respuesta de Pekín. Mala señal. 

De la Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, el presidente, desafiando el “jet lag” caribeño desvió el Falcon para sofocar los fuegos prematuros de Levante. Acusó a los negacionistas del cambio climático y a la Junta de Castilla y León de los fuegos del último verano. Sánchez y su rosario de ministros nunca son responsables de nada. 

Horas después, Cantabria y Asturias ardían por los cuatro costados intencionadamente. Después de las 250.000 hectáreas quemadas en España el pasado año y de la sequía, este Gobierno no ha hecho nada por cambiar la ley, perseguir a los culpables y almacenar agua cuando llueve en demasía. Ni una política de reforestación ni vigilantes en los montes ni una norma que castigue con dureza al terrorismo pirómano. 

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Mientras, la guerra del agua no cesa entre la antigua Castilla La Nueva y el Oriente mediterráneo. ¿Para cuándo un Plan Hidrológico Nacional? Nunca. Le encanta la división. Sumar es una plataforma de restas y restos. 

Al menos esperábamos que el presidente trajera de China un compromiso de reducir la deuda comercial española, (25.000 millones de Euros/año),  pero el inquilino de La Moncloa no ha movido ficha para rebajar el saldo entre los dos países, con relaciones diplomáticas desde hace medio siglo. Ni gato blanco ni gato negro. Los ratones siguen ahí.

El presidente se cambió de muda en La Moncloa y voló a apoyar a Illa (don Salvador) para que llegue a la Presidencia de la Generalitat y así no tener que pagar al contado sus acuerdos secretos con ERC. 

La golpista amnistiada Clara Ponsatí y la expresidenta del Parlamento catalán Laura Borras se siguen riendo de nuestro Estado de derecho. La eurodiputada ha venido a provocar al Gobierno de España en nombre del huido Puigdemont y la segunda ha sido condenada a cuatro años y medio por malversación de caudales públicos. Incomprensiblemente, el TSJC aconseja al Ejecutivo que la indulte para que no vaya a la cárcel. Una bomba de relojería para Sánchez e Illa en vísperas de los comicios locales en Cataluña. Podrían haberse callado y luego informar a favor de la corrupta expresidenta. Hay togas con demasiadas puñetas.

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Sin ministros y sin oposición

Mientras tanto, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo en su primer año al frente del PP, mete la pata hasta el corvejón, acusando al presidente de rendir pleitesía a dictadores sudamericanos en presencia de Felipe VI en la menguante Cumbre Iberoamericana. No aprende adecuadamente.  

La ilusión tras relevar a Casado cotiza a la baja a pesar de los errores continuos del Gobierno de coalición. 

Y entre esos errores, los de Marlaska, vapuleado por el Tribunal Supremo como nunca lo ha sido ningún ministro desde la Transición al exigirle que reponga en su puesto al coronel Diego Pérez de los Cobos, apartado por cumplir con su obligación de colaborar con la Justicia y no con el Ministerio. La venganza de Marlaska, indigno funcionario público, es infinita y aduce que no cumplirá la sentencia porque “ha perdido la confianza del ejemplar miembro de la Guardia Civil. 

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Al menos, debería rehabilitarlo para recuperar sus derechos de ascenso al generalato. E indemnizarlo tras la humillación. Su soberbia e incompetencia le han convertido en un ministro calcinado. Y encima, cobarde: “Yo no cesé al coronel de los Cobos, lo hizo el secretario de Estado a petición de la directora general”.  ¡Qué valiente este hombre!

Acuérdese de los tres miembros del IRA asesinados en Gibraltar el 6 de marzo de 1988. Margaret Thatcher, compareció ante el Parlamento: “Yo disparé”, aseguró. A eso se le llama responsabilidad política, señor Marlaska. 

Para escarnio del ministro del Interior ha intentado además acusar al mando de la Guardia Civil en sede parlamentaria de cometer irregularidades con los fondos reservados. 

Es una acusación falsa y difamatoria. Este es el perfil verdadero de un miembro del Gobierno sectario, que ha intentado interferir en la Justicia. Un juez al borde de la prevaricación. Por sus hechos los conoceréis.

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La foto de los cuatro tenientes generales obligados a escoltar a la exdirectora general de la Guardia Civil, María Gámez, en su despedida, deshonra a toda la Institución. Ya sabemos que, mientras dirigía a la Benemérita, compraba varios pisos de lujo con créditos bancarios sin aval y que su marido y sus dos hermanos acaparaban cargos y comisiones de los EREs en la Junta de Andalucía durante el califato del PSOE-A.

Y Marlaska, tras culminar su trabajo sucio de devolver a Euskadi a los terroristas de ETA, sale en defensa de esta señora, -presuntamente corrupta-, alabando su “intachable decencia democrática” en plena crisis de la Institución por el asunto cuarteles. Otra nueva roldana andaluza y socialista.

Un ministro recusado por las Cortes con antecedentes tan ignominiosos como los 30 muertos de Melilla, la dejación de funciones en Ceuta, su connivencia con Marruecos, sus antecedentes de las balas en campaña electoral, el joven gay de Malasaña, la navajita plateá y el desprecio por todas las FSE a su cargo. Una joya.

Pensiones y nucleares

El ministro Escrivá consigue aprobar las pensiones en el Congreso con la abstención de VOX. Ponen a parir el Real Decreto-Ley y no votar en coherencia. Los mismo que Cuca Gamarra e Inés Arrimadas con la moción de Tamames. Y luego dicen que el pescado es caro. Las pensiones son un tipo electoral que tiene una fecha de caducidad: enero de 2025. Pensiones provisionales sin memoria económica. Una carga de dinamita en el Pacto de Toledo. 

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Cerramos este mes de marzo preocupados porque España se asoma al punto sin retorno para el apagón nuclear de nuestras cuatro centrales en uso. No se ha comprado uranio enriquecido este año. Eso significa que este Gobierno y los que vengan (el PP y VOX no contestan) han abandonado esta energía declarada verde por la Comisión Europea. Y que todo lo apostamos al sol, al viento y a las desaladoras. Pensiones y renovables, otros dos cuentos de La Lechera. Feliz Semana Santa. 

Antonio REGALADO dirige BAHÍA de ÍTACA en:

aregaladorodriguez.blogspot.com