Una mujer en la Presidencia de México

En los más de doscientos años desde que México es un país independiente y luego de 65 presidentes, el pasado 2 de junio un total de 35,5 millones de mexicanos votaron por Sheinbaum en unas elecciones en las que estaba cantado que una mujer llegaría por vez primera a la Presidencia.
En total sufragaron 59.307.000 personas de una lista nominal de 98.517.000 personas en una contienda para elegir presidente y otros 20.708 cargos de representación popular dado que se renovó también el Congreso, Senado, 9 gobernaturas y muchas alcaldías.
Xóchitl Gálvez luchó contra Sheinbaum por la coalición Fuerza y Corazón por México (una suma de improbables que unió a partidos de la derecha, el centro y el centro izquierda), primero reconoció su derrota el mismo día de las elecciones y, 24 horas después, anunció que impugnará los resultados.
Gálvez objeta que la elección estuvo manchada por la participación del crimen organizado, por las amenazas y asesinatos a candidatos en varios estados en los que se disputaba un cargo público. En total fueron asesinadas 34 personas entre candidatos y aspirantes a algún puesto de representación popular.
Nunca en la historia de la democracia mexicana habían sido amedrentadas y asesinadas tal cantidad de personas por aspirar a contender por un cargo público.
El propio The New York Times dedicó un extenso reportaje para señalar la enorme cantidad de candidatos masacrados en el proceso electoral 2023-2024 a manos del crimen organizado.
No se sabe si va a prosperar que Gálvez impugne las elecciones después de reconocer primero su derrota y luego dar un paso atrás; el propio INE sigue avanzando en el recuento de votos e indica que la líder opositora habría obtenido poco más de 15 millones de votos, es decir, menos de la mitad que los obtenidos por Sheinbaum.
Desde luego que la incertidumbre es siempre mala consejera y lo es fundamentalmente para la economía, los mercados financieros y la toma de decisiones de los inversores.
Ya el peso y la Bolsa Mexicana de Valores reaccionaron al resultado de las elecciones del domingo 2 de junio: el primero con una depreciación promedio de 4% frente al dólar y de 4,11% respecto al euro y la segunda, con una pérdida de 6,11% su peor caída desde marzo de 2020.
Algunos analistas hablan de una reacción “natural” de los mercados que no quieren otro Gobierno de MORENA y ejecutivas como Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, advierten que se ha pasado de la “fase de miedo” a la de “pánico” en la economía mexicana.
¿Por qué asusta Sheinbaum? Por la posibilidad de que al terminar el recuento de votos su partido MORENA tenga mayoría en el Congreso (compuesto por 500 diputados) y también logre un relevante control del Senado.
Eso implicaría darle a la nueva presidenta un gran margen de acción y de control legislativo para sacar avante una cantidad de reformas impopulares para el capital, pero populares para las clases más bajas.
Durante su mitin para cantar su victoria, Sheinbaum afirmó que en su Gobierno será construido el segundo piso de la Cuarta Transformación y prometió trabajar primero para los pobres.
Esta física de formación profesional por la UNAM y con un doctorado tiene una sólida carrera política y ha ganado varias elecciones como sucedió con la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. De padres con raíces judías, tiene sobre todo una profunda formación y convicción comunista.
Desde adolescente era una declarada marxista-leninista algo que la distingue del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador; aunque fundaron juntos el partido MORENA, López Obrador es un populista al estilo del PRI de 1970 y de 1980. De hecho, AMLO, como se le conoce popularmente fue un militante priísta, hasta que se dio cuenta que nunca obtendría el apoyo del PRI, para ser gobernador de su tierra natal Tabasco y emprendió así su propia carrera contra el oficialismo priísta del momento.
Ya Sheinbaum ha aventurado que vendrán algunas reformas y que tendrá una agenda muy feminista: “Con relación a la violencia de género aseguró que durante su gestión enviará una propuesta al Congreso para elevar a rango constitucional la igualdad sustantiva de las mujeres en todas sus formas y el derecho a tener una vida libre de violencia, así como reformas legales para garantizar gabinetes paritarios, la erradicación de la brecha salarial, la creación de fiscalías especializadas de feminicidios y la obligatoriedad de que cada muerte de una mujer sea investigada como feminicidio”.
Pero también se ha comprometido a darle seguimiento a todas las reformas que AMLO no podrá hacer prosperar, por ejemplo: “Elevar a rango constitucional programas como la pensión de adultos mayores o el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, hasta la prohibición del maltrato animal, el comercio del fentanilo, el fracking para la explotación minera, el uso de factureras y que la Guardia Nacional quede en manos del Ejército”.
Las reformas de AMLO que podría llevar a cabo Sheinbaum también incluyen: “Eliminar a organismos constitucionales autónomos como la Comisión Federal de Competencia Económica; el Instituto Federal de Telecomunicaciones; la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación; la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Y, lograr, además, la fusión del Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social con el INEGI”.
Desde luego que toda reforma e incluso alteración en la Constitución podrían lograrse de contar con la mayoría constitucional para hacerlo en ambas Cámaras.
¿Qué viene para México? La continuidad de la austeridad en la que se encuentra desde hace años, con una lucha contra la corrupción y un Gobierno muy feminista.
Nada se sabe de cuál será la maniobra del Gobierno de Sheinbaum para atender los grandes pendientes nacionales y sociales como son: los más de cien mil desaparecidos; la trata de personas y el poder del narcotráfico a lo largo de toda la geografía patria, así como la enorme violencia e inseguridad.
Tampoco se sabe la postura que a nivel internacional tendrá México con la presidenta Claudia, ella ha reiterado en algún mitin de campaña que su Gobierno no será como el de AMLO.
No se sabe si eso significa que ella sí se dejará ver en las cumbres internacionales y viajará al extranjero para mantener visitas bilaterales de Estado no solo con Estados Unidos y Canadá, sino también con el resto de los países en los distintos continentes.
López Obrador no se paró en Europa en casi seis años de su Gobierno y lleva sin hablar con el presidente de España, Pedro Sánchez, desde 2020. Mucho menos ha mediado palabra con el monarca Felipe VI, jefe del Estado español, tras esa misiva en la que le solicitaba un perdón histórico por la Conquista. ¿Exigirá Sheinbaum también el perdón histórico al rey Felipe VI? O quizá decida pasar página.
Mientras tanto, con la UE está pendiente la ratificación del Acuerdo Global UE-México cuya modernización debe ser aprobada por cada uno de los veintisiete países miembros en sus respectivos Parlamentos. Debió quedar ya listo el año pasado, pero no salió.
Tampoco se sabe la postura que asumirá México con Sheinbaum al respecto de la guerra de Israel contra Hamás en Gaza, ni si terminará apoyando a Ucrania frente a la invasión de las tropas rusas. Un dato interesante: Sheinbaum dedicó tiempo en su cuenta X a responder a los mandatarios y líderes internacionales que le escribieron tuits felicitándola. Zelenski hizo lo propio con un mensaje en español manifestándose deseoso de un pronto acercamiento. Sheinbaum, no le respondió la felicitación.
México tiene a su primera mujer en la Presidencia y esto abre una serie de incógnitas entre la continuidad, las dudas, la incertidumbre y una clase empresarial y clase media que ya preparan maletas para continuar su diáspora hacia Estados Unidos, Canadá, España, Francia o Reino Unido como destinos favoritos.