
La posibilidad de que la vacuna de Oxford sea la primera en estar disponible antes de que concluya el año ha levantado un enorme nerviosismo internacional: algunos países pretenden un acceso privilegiado a la inmunización contra el coronavirus.
Los líderes mundiales meten el acelerador, quieren que los trabajadores estén vacunados lo más pronto posible para que retornen con toda seguridad a su actividad laboral y entonces la economía reviva. EEUU, Reino Unido y China van a velocidad turbo en sus investigaciones, como si además de las vidas humanas, el prestigio científico y la supremacía estuviesen en juego como la propia Rusia lo está demostrando.
En contrasentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recién abandonada por EEUU, tras la orden del mandatario Donald Trump, presiente que la carrera por la vacuna dejará de lado a los países emergentes y menos desarrollados; el organismo intenta apaciguar los tiempos, su director ejecutivo Mike Ryan reitera con insistencia que “la vacunación contra el coronavirus no comenzará hasta la primera parte de 2021”.
En plena temporada estival, ante una serie de brotes y rebrotes de coronavirus en diversas partes del mundo y bajo la sombra de más de 18 millones de contagios y casi 800.000 fallecidos por coronavirus, el mundo clama por una vacuna para derrotar al patógeno infeccioso.
Ante la urgencia, hay una presión global inusitada porque la vacuna contra el coronavirus esté lo más pronto posible en un tiempo récord nunca antes visto dado que la media de producción -de una inmunización efectiva- puede demorar en promedio, de 4 a 5 años, desde la fase de su experimentación en un laboratorio hasta llegar a producción y comercialización por una farmacéutica.
Hace unos días, la Universidad de Oxford con el Instituto Jenner provocaron un gran revuelo, tras compartir con la revista médica The Lancet, los resultados de cada una de sus fases de estudio y corroborar que la vacuna ChAdOx1 nCoV-19 desata “una fuerte” inmunidad.
“Lo hace en las células T provocando una respuesta a los 14 días de vacunación (las células blancas pueden atacar a las células infectadas con SARS-CoV-2) y generando anticuerpos a los 28 días (los anticuerpos permiten neutralizar al virus para que no pueda infectar otras células)”, de acuerdo con los análisis publicados.
Hasta el propio primer ministro británico se volcó optimista en su cuenta de Twitter @BorisJohnson destacando que “es una noticia muy positiva. Lo bien que se ha hecho por nuestros brillantes científicos e investigadores”.
El suceso acontece al interior del Instituto Jenner portador del apellido de uno de los grandes pioneros de las vacunas: Edward Jenner, padre universal de la inmunología, cuya aguda observación permitió encontrar la inoculación contra el virus Variola (1796) culpable de la viruela una de las infecciones más graves, mortales y contagiosas que por siglos provocó miles de muertes.
¿Qué resultados ha publicado The Lancet? Los voluntarios inyectados con la vacuna desarrollaron anticuerpos que proveen una importante protección y dan una respuesta más fuerte después de una segunda dosis como se observó en los diez participantes que recibieron dos dosis de la vacuna.
“Se muestran respuestas inmunes tanto humorales como celulares con un perfil de seguridad aceptable; la respuesta humoral es la que impide al virus entrar, y también la celular con linfocitos T, que implica que el virus entra pero las células son capaces de destruir las que el virus ya ha infectado”, se indica.
En Reino Unido, la fase I/II comenzó en abril pasado para probar la vacuna ChAdOx1 nCoV-19 en la que se venía trabajando desde enero; en esta fase fueron evaluados más de 1.000 adultos sanos con edades entre 18 a 55 años. De allí seleccionaron a diez voluntarios para inyectarles dos dosis, la segunda a los 28 días después de la primera y resultó que es el grupo que desarrolló mayor respuesta neutralizante ante el coronavirus.
El ensayo clínico en la fase III estará poniendo la vacuna en 30.000 voluntarios en EEUU, también se elegirán otros miles en Brasil y Sudáfrica lo que implica llegar a la recta final para ser aprobado por las autoridades sanitarias británicas.
La de Oxford no es la única vacuna en fase clínica de ensayo, de acuerdo con Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS) actualmente hay 150 proyectos candidatos a vacuna y a terapias para tratar al SARS-CoV-2.
Un total de seis ensayos son los más avanzados para lograr una inmunización efectiva: 1) la vacuna de Oxford con un acuerdo con la farmacéutica británica AstraZeneca; 2) China National Pharmaceutical Group Corp. conocida como Sinopharm, la empresa estatal china está en fase 3 en colaboración con el Instituto de Virología de Wuhan ha pasado a probarla también fuera de sus fronteras en voluntarios en Emiratos Árabes Unidos; 3) la estadunidense Moderna Therapeutics que entrará en fase 3 de su vacuna a partir del lunes 27 de julio y comenzará a probarla en 30.000 personas en distintas partes de la Unión Americana; 4) la alemana BioNTech, con un acuerdo con la farmacéutica norteamericana Pfizer, avanzará a la fase 3 antes de que concluya julio y empezará a estudiarse en 30.000 voluntarios; 5) la china CanSino Biologics en fase 2 está inyectando su vacuna en soldados de su Ejército y ha participado el Instituto Científico Militar; 6) otra china, Sinovac Biotech, también está por pasar a la fase 3 y probará su inmunización tanto localmente como en Brasil.
Rusia ha dicho por su parte que su vacuna es igualmente efectiva, la prensa rusa cita tanto al Ministerio de Defensa, como al encargado de Sanidad, aseverando que ha sido elaborada en colaboración con el Ejército y el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaleya; los primeros en inyectarse son militares.
“El proyecto de la vacuna de Gamaleya está basado en adenovirus humano, un virus del resfriado común, mezclado con la proteína del SARS CoV-2 para estimular una respuesta inmune. Tiene algunas similitudes con una vacuna desarrollada por la corporación china CanSino Biologics, que ya está en fase 2 de ensayos en Canadá”, indicó Defensa.
A su vez, Alexei Repik, director de R-Pharm confirmó que la farmacéutica rusa que él dirige recién signó un convenio de colaboración con la británica AstraZeneca para que ellos produzcan en Rusia la vacuna de Oxford a fin de exportarla a países de Oriente Medio y de Asia.
Por su parte, el Departamento de Salud y el Ministerio de Defensa de EEUU cerraron un acuerdo con Pfizer y BioNTech por 1.950 millones de dólares para adquirir 100 millones de dosis de la vacuna del coronavirus.
Con tal cantidad de proyectos de vacunas, ¿cuántas vacunas del coronavirus habrá? ¿Cada país podrá autosuministrarse la suya propia o bien hay reglas internacionales al respecto? ¿Y qué pasará con los países que ni están investigando cómo obtener una y solo tienen la opción de comprarla en el exterior?
Para conocer la postura oficial, Barbosa insistió en que la vacuna deberá probar que es segura y eficaz a lo largo de todos los ensayos preclínicos; luego se prueba en la fase 1, 2 y 3 en seres humanos y si bien la última fase es definitoria ésta puede demorar meses porque se tiene que aplicar a grupos de entre 30.000 a 50.000 personas y ver, una a una, las reacciones y contraindicaciones generadas.
Pero de que habrá vacunas, las habrá a juicio de Barbosa, porque hay otras decenas de proyectos en fase 1 o fase 2 que podrían estar en 2021 y eso permitirá “muchas oportunidades” y después está el reto de “repartirlas” equitativamente.
Todavía no está la vacuna de Oxford, pero una porción del mundo ya se la repartió porque es el proyecto más aventajado: 300 millones para EEUU, 400 millones para Italia, Francia, Alemania y Países Bajos; otros 300 millones para COVAX del Fondo que lidera la OMS y OPS para los 77 países que están incluidos. Esta suma, inicial, significa 1.000 millones de dosis y el mundo tiene 7.684 millones de seres humanos.
¿Cómo va a funcionar? ¿Puede haber más de una vacuna contra el SARS-CoV-2 exitosa y producida por laboratorios de distintos países? ¿Será la de Oxford eficaz?
En la opinión de Alfredo Corell, si una empresa farmacéutica cumple con los principios de seguridad, eficacia y eficiencia del producto y lo registra pondrán convivir varias vacunas.
“Lo que pasa es que habitualmente en otras vacunas se ha llegado de un modo más sosegado, con más tranquilidad; y en este momento, en el mercado, habrá dos o tres variantes que conviven porque una igual es para personas con riesgo, por ejemplo, la polio hay dos tipos de vacunas; una con microorganismos inactivados y la otra no, porque unas producen más inmunogenicidad que otras; la de la gripe también hay 3 o 4 presentaciones en el mercado con distintas sustancias frente a las que inmunizan o el neumococo igualmente con varias presentaciones”, explica.
De acuerdo con el inmunólogo español la existencia de varias presentaciones en las vacunas es algo habitual pero “el número de vacunas que se van a concentrar por el coronavirus” no es normal.
“Esto se debe a esta carrera frenética que tienen los países y que inicialmente no todos la van a tener igual y resulta que si la de Oxford, la de Rusia, la de China, Alemania o la de Estados Unidos son muy eficaces y muy potentes igual y eso desinfla que se generen otras”, subraya Corell.
En entrevista exclusiva, el científico y académico miembro de la Sociedad Española de Inmunología refiere que en España se está investigando la vacuna usando el virus Vaccinia que quizá estará disponible -a un ritmo más normal- para finales de 2021.
“La publicación realizada por The Lancet al respecto de los resultados de la vacuna de Oxford es muy buena pero todavía falta lo más importante: ver si es eficiente y probarla en las personas ancianas porque los ensayos han sido en edades de 18 a 55 años”, indica.
De los efectos secundarios reportados por Oxford están dolores de cabeza, escalofríos, fiebre y dolores musculares que pueden ser mitigados con paracetamol, de hecho se está suministrando paracetamol un día antes de inyectarse la vacuna.
¿Qué falta entonces? Corell lo explica: “Probarse en miles de personas y ver que es eficiente; tiene que completar el esquema de seguridad, eficacia y eficiencia significa que protege frente al coronavirus que si la persona se expone al virus no se infecta es la parte que está en ensayo”.
La escala de fabricación es global y se necesitarán miles de millones de dosis y los fabricantes se encargarán precisamente de esto por eso habrá varias vacunas de diversos países y laboratorios.
La pregunta del millón de euros, ¿habrá una vacuna produciéndose en septiembre?
-Me parece un poco difícil… ya hay países que se han reservado las primeras dosis y todavía no tenemos la vacuna.
¿Qué le ha enseñado a usted como inmunólogo esta pandemia?
Yo creo que nos ha sacudido muchos cimientos de nuestro funcionamiento social por desgracia nos han quedado algunas enseñanzas: la solidaridad internacional y otra que hay mucha intoxicación informativa, la sociedad no sabe dónde creer ni a quién creer hay tantos bulos circulando; y tampoco la mezcla de la política y la ciencia es buena en todo caso deben mejorarse los presupuestos para invertir más en investigación.
Corell, nombrado mejor profesor de toda España en 2018, observa incrédulo las acusaciones de EEUU contra China de la fabricación del virus en un laboratorio en Wuhan, el catedrático duda de estas versiones: “Aquí en España se han hecho pruebas de la secuencia de este virus y han visto que es imposible como está generado que se hubiese fabricado en un laboratorio. No creo en esa conspiración”.