La vicepresidenta Harris, la opción demócrata para derribar a Trump

Expectación es la palabra. Hasta hace poco más de una semana, los propios mercados financieros y bursátiles daban por descontada la vuelta de Trump a la Casa Blanca ante un Biden mermado física y mentalmente. En Europa, al menos, lo avizoraban.
Ahora ya no. Tras la renuncia de Biden y el cierre de filas demócratas alrededor de la candidatura de Harris, se calienta la carrera presidencial abriendo con ello un período de incertidumbre, porque tanto puede ganar Trump, como Harris.
Varios líderes europeos se han pronunciado por el nuevo escenario político-electoral en Estados Unidos; uno de ellos, el canciller alemán Olaf Scholz, que ve “muy posible” la victoria de Harris de 59 años.
“Nada está dicho. La campaña electoral se ha puesto muy emocionante con la llegada de Kamala Harris. Ella es una política competente y experimentada que puede ganar las elecciones, pero los votantes estadounidenses decidirán”, afirmó Scholz durante una rueda de prensa en Berlín.
También el gobernante alemán comentó que ha tenido oportunidad de hablar varias veces con la vicepresidenta Harris y dijo que, en su opinión, es una política muy competente y experimentada. Ella goza como abogada de una enorme popularidad entre los colectivos de izquierda, sobre todo en los suburbios, así como en la comunidad afroamericana e inmigrante latinoamericana.
"Ella sabe lo que quiere y lo que puede hacer. Tiene una visión muy clara del papel de su país, de la evolución del mundo y de los desafíos que todos estamos enfrentando”, refirió el canciller germano.
A su vez, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no quiso esperar y pidió a su jefe de Gabinete, Andriy Yermak, que hablase por teléfono con Phil Gordon, asesor de Seguridad Nacional de la vicepresidenta. Lo hizo para trasladarle su enhorabuena y su buena disposición de seguir trabajando juntos para encontrar la paz y frenar la invasión rusa.
Zelenski se ha referido a esta conversación recordando que tuvo la ocasión de hablar con la vicepresidenta Harris durante la cumbre para la paz que se organizó el mes pasado en Suiza.
La probabilidad de que Harris llegue a la Presidencia representa para Ucrania una tranquilidad y una certeza de seguir contando con el apoyo de Washington, siempre y cuando, los demócratas logren una mayoría en ambas cámaras legislativas. En Ucrania, la prensa habla con esperanza en términos de “continuidad y previsibilidad”.
En un artículo de Bloomberg se hace alusión a que los europeos depositan sus esperanzas en Harris, pero al mismo tiempo empiezan a tejer lazos con el equipo de Trump. Todo puede suceder, la elección se ha convertido en una moneda al aire.
El analista político, Samuel Stolton, refiere que es la visión de Harris en política exterior y al respecto de la seguridad de Estados Unidos lo que muchas naciones europeas encuentran atractivo.
“Harris ha argumentado anteriormente la importancia de la participación de Estados Unidos en los asuntos globales, una visión que contrasta con el aislacionismo de Trump. Otra ventaja para Europa es que el asesor de Seguridad Nacional de Harris, Philip Gordon, posee un profundo conocimiento de Europa y de sus necesidades de seguridad”, de acuerdo con el periodista afincado en Bruselas.
Todo lo contrario, el Kremlin sigue apostando por la vuelta de Trump a la Casa Blanca, lo mismo que el primer ministro húngaro, Víktor Orbán, que nunca ha disimulado ni su afecto por Trump, ni por el dictador ruso, Vladimir Putin.
La agencia Reuters recoge las palabras de Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, preguntado por los periodistas sobre la presencia de Harris para competir electoralmente contra Trump.
“En los últimos años, lo que ha estado sucediendo en Estados Unidos nos ha enseñado a no dejarnos sorprender por nada. Por eso, no nos sorprendió mucho; aquí en Moscú nunca hemos notado algún tipo de interés o de contribución por parte de Harris hacia las relaciones con Rusia”, acotó.
Por su parte, en España se ha pronunciado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dedicando palabras amistosas y de respeto primero para el presidente Biden porque su decisión ha demostrado alturas de miras y sentido de Estado.
“Es el presidente y siempre ha tomado las decisiones que ha considerado mejor tanto para Estados Unidos, como para la relación de Estados Unidos, con sus socios y aliados en el mundo; y, por tanto, yo estoy seguro de que esta ha sido la decisión correcta”, defendió Albares.
Al respecto de la vicepresidenta Harris, el titular de Exteriores mencionó que quedan todavía muchos meses para las elecciones y habrá que esperar a que el Partido Demócrata decida de la mejor forma elegirla su candidata.
¿Cómo será el proceso para elegirla? Según un recuento de Associated Press, veinticuatro horas después de la renuncia de Biden a la candidatura, Harris reunió el apoyo necesario de 1.976 delegados que le permitirán presentarse en la convención demócrata como la candidata más avalada en unas primarias.
De hecho, el propio mandatario ha pedido a los 14 millones de afiliados al Partido Demócrata que votaron por él que trasvasen esos votos a Harris y en un gesto loable puso los 96 millones de dólares donados a la campaña de Biden a disposición de Harris.
La agencia Associated Press indica que el partido está contemplando adelantar la nominación formal de Harris y hacerlo en remoto, esto es, de forma virtual, antes del 7 de agosto.
“Estamos viviendo un momento histórico sin precedentes y, como partido, lo estamos abordando con la seriedad que se merece y sobre todo será un proceso transparente”, aseveró Jaime Harrison, presidente del Comité Nacional Demócrata.
¿Puede tener rivales dentro del Partido Demócrata? Sí. La fecha clave será lo que pase entre el 30 de julio y el 1 de agosto, día en el que empezarán las votaciones internas y que deberían estar contempladas el 7 de agosto.
Para entonces, Harris deberá tener elegido a su vicepresidenta o vicepresidente. The New York Times señala que la vicepresidenta nacida en Oakland tiene un amplio abanico de opciones: Josh Shapiro, de 51 años, elegido gobernador de Pensilvania en 2022, se trata de un estado clave electoralmente hablando; también está Mark Kelly, de 60 años, senador de Arizona; la política Gretchen Whitmer, de 52 años, gobernadora de Míchigan; o bien Andy Beshear, de 46 años, gobernador de Kentucky, un estado sólidamente republicano; o bien JB Pritzker, de 59 años, gobernador de Illinois desde 2019; y el popular Gavin Newsom, de 56 años, gobernador de California.
¿Y si gana Harris?
Dos días antes de que Biden se hiciera a un lado en la carrera presidencial, la mayoría de las encuestas en Estados Unidos daban una diferencia promedio de 8 puntos respecto del candidato republicano, Donald Trump, que vio ensanchar su popularidad tras el atentado fallido contra él, del 13 de julio, durante un mitin de campaña en Butler, Pensilvania.
Pero Harris le está dando un vuelco y ha entrado a reanimar la batalla electoral: en la primera semana de ella como favorita para quedarse con la candidatura demócrata, una encuesta de CBS mostró los siguientes porcentajes en intención del voto: las mujeres votarían un 52% por Harris y por Trump un 47%; en el renglón de los votantes afroamericanos, un 76% prefiere a Harris frente un 21% que votaría por el republicano; y, entre la generación Z, votantes de 18 a 29 años, un 62% elige a la vicepresidenta Harris frente a un 37% que opta por Trump.
Hay otra más de IPSOS, del día 21 de julio, realizada a una muestra aleatoria de adultos que muestra a Harris con un porcentaje de preferencias del 44% frente a Trump que se posiciona con el 42%.
En Europa ya saben que la campaña se peleará palmo a palmo y que el empresario no lo tendrá fácil, tan es así que no son pocos los que hablan de que en Estados Unidos habrá por primera vez una mujer en la Presidencia. Sin embargo, la pregunta que ya flota en el ambiente entre los europeos anticipa el rifirrafe por venir a todas luces: ¿si gana Harris por un estrecho margen, reconocerá Trump su derrota? ¿Volverá a azuzar a sus seguidores para que salgan a las calles a protestar?
El 6 de enero de 2021, sólo unos días antes de que Trump tuviera que entregar las llaves de la Casa Blanca a Biden, una multitud asaltó el Capitolio y lo ocupó durante las horas más largas que se recuerdan en Washington. El año pasado, Trump fue acusado por un jurado federal de cuatro cargos, que incluyen conspiración, obstrucción de un procedimiento legal y manipulación de testigos. En la imputación se afirmó que “el acusado difundió mentiras” y acusó a Biden de haber cometido fraude electoral, aunque sabía que era falso.