
A diferencia del típico ideólogo islamista que plasma sus ideas en obras y obras escritas, Hassan al-Banna, era el ideólogo organizativo por excelencia, era el primer ideólogo contemporáneo en encajar el mensaje islámico e insuflarle vida, vertiéndolo en una organización militante como la de “los Hermanos Musulmanes”, un modelo organizativo que ha sido y sigue siendo una referencia para la actividad asociativa islámica en el mundo entero.
Cuando Hassan al-Banna fundó la Hermandad Musulmana, puso entre sus prioridades la dimensión educativa debido a su gran conocimiento del método profético en la construcción de sociedades y Estados, un método guiado por la jurisprudencia de lo prioritario y lo gradual.
Al-Banna tenía la certeza de que la educación fundada en los códigos proféticos (Corán y la Sunna), desde temprana edad generaría generaciones creyentes, fuertes, firmes frente al anhelo de un Estado islámico, capaces de atender la llamad de la yihad cuando llegase el momento.
Alcanzar una sociedad y un Estado islámico, según Al-Banna, tal y como deja claro en sus cartas, comienza construyendo el individuo musulmán, luego el hogar musulmán, posteriormente la comunidad, y, desde allí, el Gobierno, seguido de un califato y, por último, todo lo anterior se culmina por el dominio del mundo, etapas superpuestas, cuyo núcleo, tal y como se ha señalado, es el individuo, cuya franja temporal más fértil para implantar la semilla de tal proyección universal del islam es sin duda la infancia.

Con la creación de la primera rama del grupo de los Hermanos Musulmanes en 1928 en la ciudad de Ismailia, Al-Banna formó un grupo interno para viajes y excursiones llamado el “AL-JAWALA”(los viajeros); y así con cada sucursal de la Hermandad en las ciudades egipcias, aprobada la declaración organizativa de los mencionados mini grupos (AL-JAWALA) en la tercera conferencia de la Hermandad celebrada en 1935.
AL-JAWALA eran el núcleo de lo que van a ser los “Scout” (exploradores) de los Hermanos Musulmanes” (Al-Kashafat al-Aiajwan” al registrarse en el seno de los Scouts Nacionales de Egipto en 1940, adquiriendo así un aspecto legal y un marco social aceptable e insospechable.
La Hermandad abrió una escuela para instruir a los formadores de dichos grupos, cuyos miembros de AL-JAWALA han ido creciendo de forma llamativa, llegando a 45.000 en 1945, 60.000 en 1946 y 75.000 en 1947 y 1948.
Dice Ali Abdulhamid Mahmud, discípulo de Al-Banna, en relación con la motivación real de formar estos grupos “JAWALA” supuestamente para viajes, excursiones y actividades al aire libre de la Hermandad: “El motivo real para el establecimiento de estos grupos desde la fundación de la Hermandad en Ismailia no fue un grupo para viajes o un grupo de Scout (exploradores) al uso, sino más bien un grupo militar que se da cuenta de la idea de la yihad en el Islam. Sin embargo, Hassan al-Banna era un hombre sabio y consciente de las etapas de formación y establecimiento de una sociedad islámica, y no creía en la mutación, sino que creía en la evolución y que es la ley de la vida. Cualquier idea debe estar sujeta a las leyes de la vida (evolución gradual) si quiere encontrar su camino”.
Al-Banna no ignoraba lo que le rodeaba, por lo que trabajó gradualmente con el fin de lograr la metas y objetivos, anhelaba resaltar el papel militar y revelar la idea de la yihad, pero vio que la DAWA estaba todavía en su infancia y en su nueva fase, y el Gobierno egipcio, y detrás de ellos los colonizadores británicos, suponían un peligro al acecho.
Por lo tanto, la DAWA en esta etapa debe evitar todo lo que se pueda considerar una violación de la ley. En esa época, en la década de los treinta, la formación de organizaciones militares no solo se consideraba una violación de la ley, sino que se consideraba uno de los pecados mayores. Por tal motivo, recurrió a una aparición que lo revistió con las ropas de la ley, y de la legalidad; es decir, los grupos de JAWALA (grupos de actividades al aire libre y viajes) con semejanza con los Scouts.
Debido a todo lo citado anteriormente, uno de los medios para activar los objetivos sin ser interrumpido el proceso de educación gradual fue la creación de los mencionados grupos y campamentos legalizándolos al registrarlos en los Scouts de Egipto. Tales grupos sirvieron y siguen sirviendo de ejemplo en el mundo árabe y en Occidente, grupos con apariencia de trabajo social organizativo, pero con objetivos que van más allá.
AL-JAWALA integra grupos para todas las edades, desde niños hasta mayores, y como gran conocedor de la esencia de la transmisión ideológica, las leyes de sugestión, Al-Banna dio especial importancia a los grupos de niños del JAWAL conocidos como los CACHOROS DEL JAWALA, estableciendo para los mismos un minucioso plan educativo y formativo que trabaja sobre cuerpo, mente y alma y una metodología seguida a día de hoy por la mayoría de los grupos organizativos islámico; el cuerpo de refuerza con la actividad al aire libre y el deporte y las excursiones y la habilidad en la naturaleza y con lo operativo, y el Alma, se trabaja memorizando y recitando el Corán y con AL-THIKR (las plegarias y la mención de Allah), la mente se trabaja reflexionando sobre el universo, la vida del profeta el objetivo del musulmán en la tierra y dentro de una formación que sigue estas tres líneas se va tejiendo y evolucionando la visión islamista.
Niños que aprenden observando, viajando, guiados hacia un entendimiento futuro de la proyección política del islam.

Preparar a un hombre fuerte, capaz de soportar las cargas de la yihad, luchando contra la pereza, el estancamiento, inculcando masculinidad y orgullo. Es decir, costumbres, tradiciones, pensamiento y comportamiento; tal como lo explicaron muchos integrantes de la Hermandad, era reformar y reajustar su educación defectuosa adquirida en la sociedad; con los CACHORROS del JAWALA pretendía conseguir una obra maestra, crear ejemplares puros.
Al-Banna participaba activamente dando el ejemplo a sus CACHORROS y a sus futuros guerreros llegando a vestirse con el uniforme de estos.
Los CACHORROS DEL JAWALA para Al-Banna suponían la esperanza de crear un constructo limpio y seguro cuyos esquemas originarios están contemplados para poder responder al estímulo de la llamada a la yihad cuando llega el momento.
La idea de los CACHORROS DEL JAWALA, es una referencia que sigue viva hoy en día en miles y miles de proyectos asociativos, sobre todo en Occidente, grupos creados aparentemente como iniciativas socioculturales y de convivencia, para fomentar la integración de los niños y jóvenes en las sociedades occidentales, donde la radicalización invisible y silenciosa toma su curso hasta que llegue el momento de la llamada.