Opinión

Sudán: al borde de la guerra civil

La estabilidad que parecía haberse instalado hace dos años, tras el derrocamiento del presidente Omar al-Bashir, al que siguió una etapa de incidentes y enfrentamientos que culminó con un acuerdo en 2021 entre las Fuerzas Armadas que venían sustentado un régimen dictatorial bajo la promesa ambigua de elecciones ha estallado por los aires durante el fin de semana con enfrentamientos que dejaron decenas muertes. 

Las negociaciones celebradas durante el fin de semana no han apaciguado la situación. El lunes, tanto Jartum, la capital, como varias de las ciudades más importantes del país se han despertado en un estado de verdadera guerra civil en disputa por aeropuertos, televisión y la propia sede del Gobierno que los rebeldes no consiguieron ocupar. Los dos bandos se enfrentaron en las calles con un grueso despliegue de artillería y en algunos momentos también con la intervención de la aviación bombardeando objetivos concretos.

Todo es bastante confuso cuando se profundiza en los orígenes de los enfrentamientos entre los militares que venían compartiendo el poder desde 2021. La gravedad de los combates, en su mayor parte urbanos, arrojan un balance muy elevado de víctimas civiles mientras que la población permanece recluida en las casas sin electricidad, ni agua corriente, ni acceso a productos básicos como comida y medicinas. Las informaciones que se conocen establecen la contienda entre los dos generales que ocupaban la Presidencia y Vicepresidencia de la Junta Militar que compartía el Gobierno.

Cada uno controlaba dos sectores de las Fuerzas Armadas que ahora están protagonizando el enfrentamiento cada uno con los medios que controlaba. Se trata del general Abdel Fattah al-Burhan, jefe del Ejército regular y las Fuerzas Armadas Sudanesas con unos 140.000 efectivos (quien ostenta la presidencia del país) y el también general Mohammed Hamdan Dagalo, conocido popularmente como Hemedti, jefe de las unidades paramilitares, conocidas como Fuerzas de Apoyo Real, una milicia que cuenta con entre 80.000 y 120.000 miembros armados y entrenados.

La situación ha creado preocupación entre los países vecinos, de manera especial en Egipto. Las dudas están en las dificultades para frenar la guerra que ha estallado en la práctica. Los dos contendientes disponen de medios y fuerzas para prolongar los enfrentamientos agravados por su carácter urbano y ampliado a todo el territorio. El prestigioso analista en cuestiones militares y buen conocedor de la zona Roland Matcha pronosticaba en Le Monde que las posibilidades de las Fuerzas Populares tienen pocas posibilidades ante unas Fuerzas Armadas mejor pertrechadas y cohesionadas.