
Un rasgo principal de nuestra existencia y pilar básico de nuestras seguridades personales, sociales, es el desarrollo de entornos de estabilidad que permitan nuestro propio devenir como especie. Claro está el hecho de las perturbaciones a dicha estabilidad tiene que ser observado como un aspecto integrante de la propia realidad. Estabilidad y perturbación son un binomio de difícil equilibrio en numerosas ocasiones. La perturbación es definida como la acción de modificar el estado de algo, como su resultado, el cambio mismo. La pandemia de la COVID-19 representa este ejemplo que afecta a muy diferentes realidades de los países, a sus sociedades, modelos sanitarios, políticos y que encarna, sin lugar a duda, todo un desafío global.
Desde esta perspectiva de «lo global», la pandemia significa la perturbación que nos abre a escenarios de múltiples crisis y plantea acercarnos a los mismos a través del análisis multidimensional. Se inicia un proceso de dura adaptación en el momento que el nivel de crisis sanitaria decrezca —siempre y cuando los datos y la realidad así lo refrenden—; y, por tanto, a un presente nuevo, diferente al previo del estallido pandémico, avocándonos a un complejo escenario de incertidumbres, crisis, y desafíos multidimensionales.
Por ello, el análisis traza dos vías de trabajo respecto al impacto de la COVID-19 que permiten un mejor acercamiento a la complejidad del asunto. Una primera vía que nos tiene que llevar a valorar esta pandemia como primera causa de nuevas crisis, es decir, en aquellos escenarios de la realidad humana en los que existía una cierta estabilidad entre actores, interacciones y su marco relacional se ha producido un profundo impacto derivado de la pandemia: las medidas que se adoptan en numerosos países para la protección sanitaria a nivel social, político, económico, financiero, entre otras cuestiones suponen derivadas de nuevas crisis económicas, crisis de los modelos sanitarios, crisis del modelo globalizador, en los liderazgos, tensión en los mercados energéticos, es un largo etcétera donde la pandemia está en el origen. Pero también, una segunda vía de reflexión que nos tiene que llevar a plantearnos que la COVID-19 se convierte en un agente que agrava y puede acelerar desafíos y crisis ya existentes, en este caso podemos observar situaciones como: los liderazgos populistas, las tensiones en el proyecto de la UE, los conflictos existentes hoy día como es Libia, Siria o Yemen, la realidad de los refugiados, entre otros. Y estas dos vías de conocimiento que no pueden perder de vista la perspectiva espacio-temporal de la misma, ya que observamos también que ciertas áreas del planeta la incidencia pandémica ha resultado mínima, donde las medidas preventivas adoptadas están dando sus frutos, mientras que en otras áreas del planeta es todo lo contrario y su incidencia es crítica en la estabilidad, es decir, la perturbación sigue sin estabilizarse o terminando por desaparecer.
Este documento, desde una propuesta multidimensional de la cuestión, quiere analizar esta doble realidad que está generando la COVID-19. Por una parte como causa principal, y, por otra, como agravante o acelerante de situaciones de inestabilidad, exponiendo algunos ejemplos de cada caso.
Reino Unido
A comienzos del 2020 y tras las elecciones británicas que dieron una mayoría holgada a las filas conservadoras, el Reino Unido salía de la Unión Europea. En el ámbito doméstico esta cuestión ha supuesto una profunda crisis1 que tiene abiertos varios frentes: la legitimidad se ha visto en cuestión, con la puesta en duda de la acción política de los partidos conservador y laborista británicos, y la erosión de los liderazgos2 internos de los mismos, en ambos partidos sus líderes han sido sustituidos, así como la sucesión de primeros ministros británicos que se ha dado desde 2016, y principalmente la crisis de legitimidad existente entre el cuerpo electoral y opinión públicas británicas respecto a las acciones y decisiones adoptadas por los grupos políticos.
La tensión institucional entre los diferentes poderes del Estado con un continuo enfrentamiento entre el poder ejecutivo y el legislativo y, en su caso, la implicación para dar solución a dicha situación por el poder judicial, algo que supuso una auténtica tormenta en el modelo constitucionalista liberal británico. Finalmente, la crisis territorial, con la cuestión de Irlanda del Norte3 y la vinculación de los acuerdos de Paz al progreso en las conversaciones del brexit —un territorio que vota mayoritariamente por la permanencia en la UE— una problemática que agravaba por momentos la estabilidad social y política norirlandesa. Pero sin olvidar la cuestión escocesa — Escocia votó mayoritariamente en contra del brexit4—, donde se ha impulsado el relato del independentismo escocés por llevar a cabo un nuevo referéndum por la independencia. Como bien indica Rafael de Miguel5, «El brexit ha debilitado la unidad de un país formado por “cuatro naciones”, en el que dos de ellas, Escocia e Irlanda del Norte, rechazaron romper amarras con Bruselas y comienzan a contemplar seriamente las ventajas de romper amarras con Londres».
Sin olvidar otras consecuencias de la salida del Reino Unido de la UE, amanece una nueva crisis que es la sanitaria derivada del impacto pandémica que conlleva la COVID-19. En estos momentos, Reino Unido es el país europeo con más muertos, superando a Italia y con una mayor dispersión de la pandemia, con un primer ministro que ha sufrido la epidemia, un servicio sanitario británico falto de medios, con una actuación gubernamental6 que ha demostrado incapacidad de prevención y gestión, contradicciones en sus mensajes y actuaciones. La desescalada traerá recesión y crisis económica y social para un país que ya no está en la UE, es decir, un escenario complejo de alerta sanitaria a largo plazo, junto a las crisis económica, social, territorial, política y de legitimidad que deberá, de manera individual, hacer frente el Reino Unido sin el paraguas de la UE.
Los modelos populistas cuestionados
El fenómeno populista7 se ha extendido a numerosos países. La puesta en marcha de las políticas populistas concitan serios problemas en los modelos constitucionalistas existentes con un claro crecimiento del hiperliderazgo del ejecutivo en la figura del jefe del gabinete —siendo ejemplos excelentes el norteamericano y ruso—, un proceso de apoderamiento de los resortes del poder como ha sido en los ejemplos polacos y húngaros, el constante intento por desacreditar a los medios de comunicación o en su caso suprimirlos (ejemplo filipino), la emergencia de relatos de violencia y enfrentamiento frente a los otros, sin olvidar los constantes intentos por debilitar los resortes de control dentro de las democracias liberales e imponer las denominadas democracias «iliberales». Ello conlleva en numerosos países tensiones de estos populismos con el resto de los poderes estatales que se ven afectados con la oposición política y, en su caso, con las propias sociedades que ven amenazadas sus libertades.
Para comprender cómo se puede agravar esta realidad de tensión existente y el impacto de la COVID-19, cabe acercarnos a la realidad de Brasil: una presidencia de Bolsonaro incapaz del acuerdo con los representantes locales y con algunos gobernadores brasileiros con una fuerte politización y el debilitamiento del ejecutivo8, donde se sigue sembrando la confusión y la división en la opinión pública, a la hora de adoptar medidas sanitarias frente a la pandemia. Brasil9 es el sexto país del mundo con más muertes, por detrás de Estados Unidos, Reino Unido, Italia, España y Francia. Pero lo peor, es que se considera como principal problema de esta crisis no tanto a la propia pandemia como a la actuación de su actual presidente. La revista Lancet señalaba que «Quizá el mayor problema para la respuesta al COVID-19 en Brasil es su presidente». La realidad pandémica agrava la difícil situación ya existente en el país que verá aumentada por la recesión económica y su impacto social, pero sobre todo en un modelo populista de gestionar los bienes públicos cuestionado por muchos sectores brasileños.
Los refugiados y su protección
En lo que hace mención de la situación de los refugiados frente a la pandemia, las cosas sustancialmente no mejoran. Los datos con los que cuenta ACNUR10 indican que hay un desplazamiento global de más de 70 millones de personas, divididos en tres grupos: Los refugiados con alrededor de 26 millones, un segundo grupo que son los solicitantes de asilos, alrededor de 3,5 millones, y un último grupo que son las desplazadas dentro de sus propios países que representan 41,3 millones de personas.
Como indica ACNUR, «El desplazamiento global continúa creciendo a un ritmo superior a la velocidad con que se encuentran soluciones para las personas que han sufrido desplazamiento». Son innumerables las realidades, en Colombia y Perú con los refugiados venezolanos, en el campo de refugiados de Moria (donde el 9 de marzo se registró el primer caso de COVID-19), la difícil situación de los refugiados rohinyás en Bangladés o los asentamientos de refugiados en el norte de Líbano. La realidad existente de dificultad para una atención adecuada a los campamentos de refugiados, un acceso adecuado a los servicios básicos de agua potable o de red de saneamiento, unido a la saturación de los campos de refugiados como es el caso griego de Moria, junto todo a ello a las medidas COVID-19, que buscan distanciamiento y aislamiento social para frenar el contagio por los gobiernos o en su caso la aplicación de políticas de no existencia de los propios refugiados como es en el ejemplo de Bangladés, y sin dejar al margen la reducción de las operaciones de auxilio a los refugiados en el mar. Pero no solo se produce una vulnerabilidad de los refugiados, sino que también dentro de los mismos, los grupos de riesgo no cuentan con la adecuada protección (resulta difícil cumplir con las distancias de seguridad) frente al avance pandémico. Por ello, la realidad de por sí terrible para los desplazados, se agrava con el impacto de una emergencia sanitaria ante la cual se hace necesario redoblar los esfuerzos de la comunidad internacional. El alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi expresaba11, «Si alguna vez hemos necesitado recordar que vivimos en un mundo interconectado, el nuevo coronavirus lo ha hecho».
La realidad de la COVID-19 en los conflictos
«¿Qué impacto tendrá la expansión global del coronavirus en los conflictos que están teniendo lugar en el mundo?», cuestión que se planteaba Juan Garrigues12 y que tiene absoluta vigencia ante la realidad pandémica que puede suponer una agravamiento de las dinámicas propias de los conflictos. El secretario general de la ONU13, el pasado 23 de marzo, hacía un llamamiento a un cese de las hostilidades en los conflictos existentes. La pandemia puede agravar los conflictos, convertir esta nueva realidad en una fuente de nuevas oportunidades para lograr los objetivos finales de las partes implicadas en el conflicto, en su uso como arma por los líderes implicados, pero también este agravamiento puede venir porque las organizaciones internacionales ya no se centran en la realidad de las hostilidades y sí en la expansión de la pandemia — la UE no ve en estos momentos como una prioridad los esfuerzos por asegurar el alto al fuego en Libia—.
En su caso, abonar la incertidumbre en los dirigentes implicados, la dificultad de la ayuda humanitaria y de movilidad, la limitación de las operaciones de paz y que se posponga las decisiones de estabilización y de mediación —podría afectar a las conversaciones de paz en Afganistán—, unas estructuras básicas sanitarias devastadas por el conflicto (en el caso libio, donde su sistema de salud está colapsado), la especial atención a los combatientes que se mueven entre países (como agentes que expanden la epidemia) y, desde luego, al impacto que el conflicto combinado con la pandemia pueda tener en las sociedades civiles ya de por sí muy castigadas, como son el ejemplo yemení, sirio o congolés. En esta línea argumentativa, Crisis Group14 expresa «nos preocupan especialmente los lugares donde el desafío global a la salud coincide con guerras o condiciones políticas que podrían dar lugar a nuevas crisis o exacerbar las existentes».
¿La globalización en cuestión?
La primera cuestión es que estamos ante una pandemia global que ha derivado en una crisis sanitaria global, la propia Organización Mundial de Salud declaraba la denominada «Emergencia de Salud Pública de Alcance Internacional» (máxima categoría). Una crisis que puede suponer una crisis para el modelo de globalización: Interrupción de las cadenas globales de valor, vulnerabilidad de la producción global, mercados maduros temporalmente inexistentes con un consumo nulo, reducción a niveles desconocidos del flujo de productos y personas, actividades como el turismo, la navegación aérea, el ocio se ven muy afectadas, shock en los principales centros de producción con especial incidencia de China, desplome de EE. UU., es un largo etcétera. La idea del progreso basado en la globalización y las mejoras de los estándares de bienestar se ven de pronto frenadas, lo que supone una reevaluación. Como bien indica el Real Instituto Elcano15, «Nos encontramos hoy en un contexto de reversión de los procesos de integración y fortalecimiento de las identidades nacionales, y lo global es, además, el principal mecanismo de extensión de la crisis sanitaria actual y de sus efectos». Esta crisis sanitaria supone que emergen los discursos antiglobalización que denotan un intento por recuperar las riendas de las políticas económicas, culturales y sociales frente a la globalización. Y conlleva una crisis entre lo que ha supuesto un evidente avance en un determinado modelo de globalización económica y financiera, lo que ahora está en cuestión, la falta de simetría que tensiona a través de esta crisis las puntos débiles de esta globalización.
Info-pandemia
La cada vez mayor presencia de desinformación que ahonda en la crisis de desconfianza en las instituciones, en las narrativas oficiales que se ven incapaces de reaccionar, en la aparición de agendas políticas de la «postverdad» y en los propios medios de comunicación que están inmersos en una profunda transformación y adaptación en los entornos digitales y que hacen frente a esta realidad desinformativa que provoca serios problemas de desconfianza con la opinión pública. La pandemia ha puesto de manifiesto la capacidad de amplificar el desconcierto, las vulnerabilidades de un mundo conectado comunicativamente. La Comisión Europea16 ha tomado conciencia del serio problema y está reforzando su acción de lucha contra este desafío, ya que tan importante es la lucha contra la COVID-19 como contra el virus de la desinformación y las falsas noticias. Tanto las plataformas Twitter, Instagram como WhatsApp son vivos ejemplos en esta cuestión: en el caso de la red social Twitter, esta ha detectado cerca de 1,5 millones de cuentas a nivel global sospechosas de desinformación, Instagram ha establecido unas normas de gestión de contenidos que se restringe a lo publicado por las entidades oficiales de la Organización Mundial de la Salud y, en el caso de WhatsApp, ha introducido mejoras para ayudar a los usuarios a verificar la información recibida. Como bien indica Carme Colomina17, «No hay vacuna informativa capaz de superar, en estos momentos, la fuerza viral de la desinformación generada en torno a una pandemia que ha amplificado las vulnerabilidad de un mundo conectado física y comunicativamente», esta crisis sanitaria puede generar una crisis en el ámbito comunicativo que nos haga plantear el modelo existente de emisor- receptor comunicativo global que está en estos momentos en cuestión sobre todo en lo que hace mención a la verdad y su verificación.
Liderazgos en femenino
Alrededor de un 5 % de la población mundial cuenta con una jefa de Estado o de gobierno, ejemplos como Serbia, Bélgica, Taiwán, Alemania, Noruega, Nueva Zelanda, entre otros. Mujeres que están gestionando sus países durante esta crisis sanitaria global con un liderazgo asertivo, sincero y preventivo y cuyo resultado ha supuesto la contención hasta el momento de la pandemia. Mujeres con características y posiciones ideológicas muy diferentes, pertenecientes a generaciones tan distantes como es el ejemplo de la canciller alemana, Ángela Merkel, o la primera ministra finlandesa, Sanna Marin. ¿Qué une a todas ellas? Todas han sabido ejercer su voluntad de adoptar medidas rápidas y concisas, junto a su gran capacidad comunicativa de gran sinceridad sin ambages, sus lenguajes comunicativos han generado confianza social.
Esta proyección en la gestión de los liderazgos femeninos, cuando solo representan escasamente un 10 % de los Estados, da visibilidad a sus capacidades de acción gubernamental y choca con los modelos de liderazgo masculinos, endogámicos —los hombres no desean que no sean hombres quienes ejerzan el poder— que, en numerosos casos, dejan a las mujeres por el camino. Esta realidad ejecutiva desde lo femenino se sitúa en la línea de una mayor presencia de las mujeres como bien sucede en países nórdicos, en Ruanda, en la llegada a puestos claves internacionales como son el Banco Mundial, la Comisión Europea o el Banco Central Europeo. Pero, sobre todo, genera crisis en positivo. Los liderazgos femeninos pueden ser igual de capaces a la hora de gestionar, pero dan un toque de atención: el poder no pertenece o resulta de unos pocos, mayoritariamente masculinos y esta crisis lo está demostrando.
¿Crisis a la no gobernanza global?
El siglo XXI estaba suponiendo, hasta el momento, un ejemplo de avance en los procesos de globalización, intensidad en los flujos de personas, ideas y productos, conectividad económica global, desafíos globales, entre otros elementos. Pero también, de la apuesta por una realidad que rechaza los procesos globales, una intensificación económica, pero no una mayor coordinación e implicación en la gobernanza global. Un ejemplo de todo ello es el Gobierno norteamericano de Donald Trump o los dubitativos posicionamientos británicos, el posicionamiento de algunos Estados por abandonar instituciones internacionales, sobre esta cuestión y sin olvidar la pléyade de organizaciones sociales y políticas contrarias al avance en la gobernanza global. El impacto de esta pandemia —donde habrá que tener presente su profundidad a medio y largo plazo— cuestiona la necesidad de replantearse el valor de la gobernanza global y, sobre todo, del papel que las organizaciones internacionales pueden representar ante este tipo de desafíos. Los Estados cautelosos frente a los embates globalizadores han pretendido ir centralizando competencias y un papel que consideraban perdido. Sin embargo, esta realidad, que es fiel reflejo de un presente que no tiene marcha atrás, pone contra las cuerdas los intentos por retrasar lo inevitable que es la madurez en un modelo de gobernanza global que no sea a la carta, sino que pertenezca y, para ello, se hacen necesarias reformas en las instituciones internacionales, una mayor cercanía entre lo global con lo local y una sociedad civil que entienda que sus fronteras van más allá del escenario icónico en el que han sido educados.
En estos momentos, se están generando esfuerzos en la línea de reforzar de manera global frente al embate de la COVID-19 y ello conlleva hacer una lectura sobre qué aporta al relato de la gobernanza planteamientos que son contrarios y que, en muchos casos, permanecen mudos ante las consecuencias inesperadas de esta pandemia. Se genera una crisis del imperativo ético y moral de la no globalización en un tiempo en el que se hace necesario salvaguardar las fortalezas del conjunto de la humanidad.
Con toda seguridad, son numerosas las cuestiones que han quedado al margen de este documento. No resulta tan importante avanzar en las realidades como reflexionar sobre el cómo acercarnos a las mismas dentro de una perspectiva abierta, poliédrica, buscando en todo momento la comprensión sobre el cómo nos acercamos al conocimiento de una realidad que, en este caso y derivado de un presente de crisis sanitaria global, está planteando serios desafíos.
Por tanto, sobre la base de dos vías de trabajo: por una parte supone que esta pandemia es la base de las próximas crisis; pero, por otro lado, implica el conjunto de amenazas y tensiones ya existentes que se van a ver agravadas por esta realidad pandémica.
Son dos vías de trabajo que caminan paralelas, pero que con total seguridad van a ser en cierta forma vasos comunicantes al mismo tiempo, realidades en las que resultará muy complicado desligar la crisis sanitaria como un agravante o como una causa, es algo que no podemos desde luego desdeñar.
Son tiempos de incertidumbre, en una sociedad en riesgo algo que bien supo definir Ulrich Beck.
Fernando Martín Cubel*
Máster en Relaciones Internacionales
Miembro Observatorio del SIP Zaragoza
Bibliografía y notas al pie:
1-DE MIGUEL, Rafael. “El Reino Unido abre una nueva época marcada por las heridas internas”, El País. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2020/01/31/actualidad/1580486158_635913.html Fecha de la consulta 09.05.2020.
2-FRESNEDA, Carlos. “Theresa May sobrevive a la moción de confianza y renuncia a liderar a los tories en los próximos comicios”, El Mundo. Disponible en: https://www.elmundo.es/internacional/2018/12/12/5c116d1efc6c83515c8b45bb.html Fecha de la consulta 09.05.2020.
3-CAIRA, Rocco. “El Acuerdo de Viernes Santo y los Derechos Humanos”, Deusto. Disponible en: http://www.deusto-publicaciones.es/deusto/pdfs/cuadernosdcho/cuadernosdcho45.pdf Fecha de la consulta 09.05.2020.
4-GABILONDO, Pablo y GRASSO, Daniele. “Brexit resultados: mapa de cómo se reparte el voto del referéndum de Reino Unido”, El Confidencial. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/mundo/2016-06-24/brexit-voto-referendum-circunscripciones-reino- unido_1222480 Fecha de la consulta 08.05.2020
5-DE MIGUEL, Rafael. Op.cit
6-MAZA, Celia. “Del ‘Ave Caesar’ al ‘Boris dimisión’: se acabó la tregua en Reino Unido ante el coronavirus”. El Confidencial. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2020-04- 21/boris-johnson-coronavirus-38-dias-prensa-britanica_2558080 Fecha de la consulta 08.05.2020.
7-GRIMLEY, Naomi. “Quiénes son los iliberales de Europa y por qué desafían los valores europeos”, BBC. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-41983929 Fecha de la consulta 08.05.2020.
8-“Covid-19 in Brazil: So what?”, The Lancet Journal. Disponible en: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)31095-3/fulltext Fecha de la consulta 08.05.2020.
9-Para una aproximación a la realidad pandémica brasileira, Statista cuenta con datos de calidad. Disponible en: https://es.statista.com/estadisticas/1105277/numero-casos-coronavirus-brasil-estado/ Fecha de la consulta 08.05.2020.
10-ACNUR. El desplazamiento global supera los 70 millones de personas y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados pide más solidaridad. Disponible en: https://www.acnur.org/noticias/press/2019/6/5d09c9414/el-desplazamiento-global-supera-los-70- millones-de-personas-y-el-alto-comisionado.html Fecha de la consulta 08.05.2020.
11-ACNUR. Pandemia de coronavirus. Disponible en: https://www.acnur.org/es-es/pandemia-de- coronavirus.html Fecha de la consulta 08.05.2020.
12-GARRIGUES, Juan. “Guerra y Paz en tiempos de la Covid-19”, CIDOB. Disponible en: https://www.cidob.org/publicaciones/serie_de_publicacion/opinion/seguridad_y_politica_mundial/conflict_ and_peace_scenarios_in_times_of_covid_19 Fecha de la consulta 11.05.2020.
13-António Guterres. Comunicado 23 de marzo 2020. Disponible en: https://www.un.org/es/coronavirus/articles/fury-virus-illustrates-folly-war Fecha de la consulta 09.05.2020.
14-“Covid-19 y conflicto: siete tendencias para vigilar”, Crisis Group. Disponible en: https://www.crisisgroup.org/es/global/sb4-covid-19-and-conflict-seven-trends-watch Fecha de la consulta 11.05.2020.
15-OLIVIÉ, Iliana y GRACIA, Manuel. “¿El fin de la globalización? Una reflexión sobre los efectos de la crisis del Covid-19 desde el Índice Elcano de Presencia Global”, Real Instituto El Cano. Disponible en: http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/ elcano_es/zonas_es/ari43-2020-olivie-gracia-fin-de-la-globalizacion-reflexion-efectos-crisis-covid-19- indice-ecano-de-presencia-global Fecha de la consulta 11.05.2020
16-Comisión Europea. Respuesta al coronavirus. Disponible en: https://ec.europa.eu/info/live-work-travel- eu/health/coronavirus-response/fighting-disinformation_es. Fecha de la consulta 11.05.2020
17-COLOMINA, Carme. “Infopandemia y desinformación”, CIDOB. Disponible en: https://www.cidob.org/publicaciones/serie_de_publicacion/opinion/seguridad_y_politica_mundial/coronavi rus_infodemia_y_desinformacion Fecha de la consulta 11.05.2020