Un ministerio para la IA

Logotipo del alfabeto y las palabras de Inteligencia Artificial (IA) - REUTERS/DADO RUVIC
Logotipo del alfabeto y las palabras de Inteligencia Artificial (IA) - REUTERS/DADO RUVIC
Todos estamos de acuerdo en que la educación y las enseñanzas se adquieren tanto en el seno de la familia como en las directrices del sistema educativo

Cada vez más frecuentemente, encontramos que el acceso a las redes sociales desde los dispositivos móviles nos acerca vertiginosamente a una realidad emanante de este avance técnico: la digitalización de la enseñanza en cualquiera de las etapas por las que pasa un alumno.

Y es que llevamos varios años introductorios en una etapa ya finalizada, en la batalla entre las enseñanzas regladas analógicas estatales contra las plataformas de la educación privada “on line”, sin menoscabo de la variante final que nos aborda: la propia selección personal de los contenidos, que subrayamos doblemente, no es un detalle menor, puesto que es y será el modus operandi de los ciudadanos para acceder a toda la información universal y en todo momento con un simple “clic” en sus terminales móviles.

Sea como fuere, lo que sí es común a estas últimas es la característica asíncrona de la educación a distancia, que permite al discente interactuar en la medida espaciotemporal que desee o como mejor le convenga. Y es que la mayoría de las Universidades ya han incorporado sus enseñanzas telemáticas “a la carta” con tutorías a distancia en sus principales másteres y programas de doctorados, sin duda ya es patrón de calidad esencial en la prestigiosa lista “Shanghai ranking” de posiciones institucionales destacadas en las que todas las universidades desean pujar por un puesto más elevado. 

Volviendo a la individualidad, todos podemos formarnos donde queramos en el vasto océano digital y seleccionar los contenidos deseados, pero no todos los contenidos pudieran ser correctos o sus emisores tener los fines propios y nobles de la educación estatal, tradicional o filantrópica.

Consecuentemente a este prólogo de eventos, surge el problema de la post verdad y como la generación de contenidos falsos está hipnotizando con espejismos a nuestros jóvenes en un mundo para ellos real, plagado de eventos que nunca sucedieron. Se arman debates pseudocientíficos sobre temas fantásticos acerca de modelos astronómicos medievales. Se orienta a los adolescentes en prácticas irreales de superación personal o coaching insistiendo descaradamente, en que la voluntad única o la intención, es más potente que la formación técnica. 

Se venden entrenamientos de dos horas que les prometen maestría y pericia en temas bursátiles o financieros e incluso y esto cómico, se invisten de doctrina y pompa a simples funciones de comercial telefónico, sin desmerecer, por supuesto, este puesto, con la promesa casi profética de hacerles millonarios en cinco minutos: es el cuento del “ungüento crecepelo” y más aún cuando los usuarios no saben que hablan con bots automatizados que les responden en tiempo real y que en bruto les superan intelectualmente en temas de fiscalidad y operativa bursátil.

Científicamente, en cuanto a la memoria, al presente y a la toma de decisiones futuras, la generación de contenidos depende de un fino hilo neurolingüístico. El lenguaje genera la realidad y su semántica, hila la percepción de esa realidad. La IA está generando un nuevo tipo de lenguaje a través de la lírica e imágenes superpuestas sobre hechos que nunca sucedieron, no están pasando y nunca se combinarán. 

Quizás las generaciones anteriores a la IA sean las últimas capaces de discernir sin ayuda, entre el saber tradicional y el nuevo saber de la IA; por ello instamos a las autoridades a vigilar los sistemas educativos y formativos, atesorando el fortalecimiento interior con la seguridad de la tradición, como garante de la realidad de nuestros tiempos, que si las civilizaciones avanzan lo hagan de la mano de la Cultura y de la Historia, con la advertencia de que si no es así, quedarán destruidas las bases en favor de lo que la moda ha convenientemente dividido.

Permítaseme por el lector una licencia humorística descarada: no profundizaré demasiado, por ejemplo, en la automatización de los trabajos universitarios, pero mucho me temo que dentro de los entornos académicos ya se ha hecho más famosa la IA de detección de plagios en doctorados y másteres que propia la IA de creación de doctorados y másteres. Un litigio cuerpo a cuerpo entre jóvenes universitarios y expertos catedráticos para obtener una titulación analógica de manera “Inteligentemente Artificial”.

El resumen es que China arrasa desde DeepSeek con el desarrollo masivo en IA a través de gigantes como Baidu, Tencent y Huawei. Estados Unidos sigue apostando por el liderazgo comercial y militar en IA desde empresas como X, OpenAI, Google DeepMind y Microsoft, donde se encuentra la vanguardia del desarrollo de los modelos avanzados, alistando de cerca a nivel militar al Pentágono y la DARPA.

Y es que la herramienta no es el mal, sino el portador que la maneja le atribuye su finalidad. 

Francisco de Torres, presidente SOCIAT-V. Sociedad Civil Atlántica y de Valores.