Opinión

Una propuesta de futuro para los saharauis

Hach Ahmed Bericalla
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En primer quiero expresar mi gratitud a mi amigo, el doctor Abdelatif Haidara por su inestimable apoyo sin el cual la planificación y organización de esta II Conferencia Internacional por el Diálogo y la Paz en el Sáhara Occidental habría sido tarea difícil, por no decir imposible. No es casualidad que, Senegal, este país hermano sea sede de una cita por la paz, pues Senegal y su maravillosa gente siempre han sido un referente de la democracia, la tolerancia y la convivencia. Bajo la presidencia del presidente Macky Sall, Senegal ejerció y sigue ejerciendo un gran liderazgo ante la Unión Africana y a nivel mundial por la solución de los conflictos territoriales y la restauración de la paz y la estabilidad en muchos lugares de nuestro continente. No es de extrañar que el nombre del presidente Macky Sall figure como posible sucesor del actual secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Al albergar esta conferencia el nombre de Senegal y Dakar pasaran a formar parte de la memoria colectiva saharaui asociándose a sus esperanzas e ilusiones en cuanto a un futuro de paz y de prosperidad.

Queridos amigos.

El acto que hoy nos reúne aquí se inserta en los esfuerzos y vocación del Movimiento Saharauis por la Paz para afianzarse como una “tercera vía” en la búsqueda de la paz y poder contribuir a la solución de un viejo problema africano, el del Sáhara Occidental que desde hace medio siglo perturba la paz, la estabilidad del noroeste africano y la vida de cientos de miles de personas. 

Permítanme expresar en nombre de la dirección política del Movimiento mi gratitud a todos los lideres, personalidades políticas, intelectuales y expertos que se han desplazado desde distintos continentes para acompañarnos en esta convocatoria por la paz y de modo especial a quienes han venido de tan lejos como son nuestros amigos latinoamericanos que se han desplazado desde Santiago de Chile, de Buenos Aires, Lima y otros lugares no menos distantes.

También quiero que vaya nuestra gratitud a nuestros hermanos y vecinos mauritanos, a las numerosas personalidades, lideres políticos e intelectuales aquí presentes en un gesto de gran valor en favor de la paz y la estabilidad de nuestra región y cómo no, de lealtad a los múltiples lazos de vecindad y de cultura que nos unen.

Como sabéis desde tres décadas la Comunidad Internacional, a través del principal órgano de decisión de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad. no cesa de desplegar esfuerzos para facilitar un arreglo del problema del Sáhara Occidental. No menos de tres secretarios generales de la ONU y más de diez enviados especiales de ese organismo han desfilado ya por este expediente sin que se pueda avanzar hacia un acuerdo que ponga fin al contencioso y cierre el peor ciclo de inestabilidad conocido por esta región de nuestro continente. Las posiciones diametralmente opuestas de las partes y el ambiente de confrontación permanente entre las dos principales potencias de la región, Argelia y Marruecos, han impedido la progresión hacia un arreglo. Desde hace medio siglo los saharauis sufren las consecuencias de esta rivalidad siendo las victimas principales de una guerra que ha sembrado muerte, exilio y sufrimientos de todo género.

Para introducir un punto de inflexión en este largo proceso cientos de excargos militares y civiles que militábamos en el Polisario decidimos abrir un nuevo camino constituyendo, el 22 de abril de 2020 una fuerza política independiente bajo el nombre de “Movimiento Saharauis por la Paz”. En aquel acto nos acompañaron varios hijos y descendientes de los miembros de la Asamblea del Sáhara de la época de la administración colonial española. Quiero aprovechar la ocasión para felicitarnos por la presencia en esta sala de una nutrida delegación en representación de los notables del Sahara a quienes agradecemos su presencia y les exhortamos a acompañarnos con su conocida sabiduría y buen juicio en esta tarea noble que no persigue otro objetivo que sacar a nuestro pueblo del túnel en el que quedó atrapado y seducido por proyectos ajenos a sus intereses.

Hemos dado este paso en un intento de incidir en el curso de los acontecimientos, abrir un camino de esperanza a los saharauis y poner fin al viaje a ninguna parte en el que llevamos cinco décadas. Decidimos apartarnos de los radicalismos y defender a través de un enfoque moderado, realista y responsable la solución posible, la solución en la que no haya vencidos, ni vencedores y que garantice al pueblo saharaui sus derechos más elementales en convivencia con el Reino de Marruecos y con los demás pueblos del Magreb.

Para no limitarnos a gritar desde la inmensidad del desierto y permanecer en la retórica decidimos lanzar un esbozo de plan de solución que anunciamos en la Conferencia por la Paz celebrada en Canarias, en la ciudad de las Palmas en septiembre del año pasado. En Canarias sembramos una pequeña semilla para la esperanza y el optimismo.  

Me voy a permitir recordar en esta ocasión algunos aspectos y apartados del mismo, pues creemos que se trata de una formula tangible, viable y apta para ser sometida a un proceso negociador con el Reino de Marruecos por la vía directa o a través de la mediación que lleva a cabo el actual Enviado Especial de la ONU, Staffan de Mistura quien, dicho sea de paso, observamos que en dos años no ha podido avanzar ni un milímetro quizá porque  no ha tenido la capacidad o audacia de innovar y explorar otros senderos o meandros. Lamentablemente, hasta ahora, no pudo apartarse de las huellas dejadas por los doce emisarios que le han precedido, incluyendo pesos pesados de la diplomacia mundial, y que terminaron fracasando. Esperamos que no le suceda lo mismo y desde aquí le manifestamos nuestra predisposición a ayudarle a salir del círculo vicioso.

El documento elaborado por el MSP contiene los elementos básicos de un proyecto de Estatuto que desde el respeto y reconocimiento de los principales símbolos de soberanía del Reino proporcionaría a los saharauis un sistema político, legislativo y judicial conforme a los estándares universalmente reconocidos en materia de autogobierno. Su inserción en el sistema político del Reino con las debidas garantías supondrá el fin del contencioso y afianzará a nivel internacional la imagen y el prestigio del Reino de Marruecos como una monarquía constitucional moderna.

Para el pueblo saharaui será, por supuesto, una experiencia inédita en su historia. Se verá dotado de instrumentos para gestionar sus propios asuntos, a través de instituciones modernas basadas en los valores cívicos de la ciudadanía, la igualdad y la democracia. Por fin, después de la larga noche colonial y del fallido y doloroso proyecto de Tinduf, los saharauis autóctonos podremos reunificarnos en nuestra tierra y ejercer como ciudadanos de pleno derecho y no como refugiados, apátridas o parias. Tendrán la oportunidad de participar como actores y gestores del desarrollo de su tierra, beneficiarse de sus recursos naturales y disfrutar de una vida digna en un ambiente de paz y tranquilidad al amparo de un Estado de derecho. 

Como anunciamos en Canarias el proyecto tiene como referencia, entre otros, los modelos del Kurdistán iraquí y del estado asociado de Puerto Rico, así como los Estatutos de Cataluña y País Vasco en el estado español. Lógicamente, también se tuvo en cuenta la propuesta de “amplia autonomía” presentada a la ONU por el Gobierno de Marruecos en abril de2007, la cual el MSP considera como un buen punto de partida hacia una fórmula de compromiso. Como ya manifestamos, en múltiples ocasiones, queremos poner a prueba la flexibilidad y elasticidad de la oferta y su amplitud convencidos de que es posible alcanzar un punto de convergencia de los derechos fundamentales de los saharauis y los altos intereses del Reino de Marruecos. 

Hach Ahmed Bericalla
Hach Ahmed Bericalla

Propuesta del Movimiento Saharauis por la Paz

El proyecto comprende un preámbulo y 54 Artículos de lo que sería el marco de la norma institucional básica o Estatuto Especial de la nueva Entidad. El nombre de la misma y sus símbolos deberán ser definido por la futura Asamblea Legislativa Saharaui.  El Estatuto definirá la naturaleza y los atributos de la Entidad Saharaui a partir de vínculos particulares con el Reino de Marruecos, a través del reconocimiento de la autoridad suprema de S.M. el Rey recogida en los artículos 41,42,43 y 46 de la Constitución del Reino. Defensa y Política exterior formarían parte de las competencias exclusivas del Estado sin menos cabo de prerrogativas puntuales en el ámbito de seguridad y orden público, así como de la acción exterior indispensables para la Entidad Saharaui y que han de ser objeto de un acuerdo.

Las leyes se promulgarán en nombre del Rey y Su Majestad es quien nombra al presidente o presidenta del Ejecutivo Saharaui propuesto por la Asamblea Legislativa Saharaui. Ésta, en su condición de cámara baja estaría integrada por 95 parlamentarios elegidos por sufragio universal. Deberá regularse por ley una cuota para la representación femenina en la Asamblea.

El Consejo de Notables ejercería como cámara alta conformando junto a la Asamblea el poder legislativo de la entidad. Dicho Consejo estaría integrado por 75 miembros y debería reflejar una representación equilibrada del mosaico tribal combinando la elección directa para dos tercios y el tercio restante por designación directa por parte del jefe del Ejecutivo.

Junto a la figura del presidente o presidenta, se recomendaría el nombramiento de dos vicepresidentes o delegados del gobierno, cuyos nombres serian propuestos o designados por el jefe del ejecutivo como máximos representantes del Gobierno de la Entidad, en o por las dos regiones del territorio, Saguía el Hamra y Ouad Deheb. Dichos cargos, que formarían parte del gabinete, podrían ser designados en base a criterios de orden tribal, pero teniendo en consideración las aptitudes personales de los candidatos, su formación académica, honestidad y capacidad para asegurar la buena gobernanza. 

Es pertinente enfatizar que la amplitud y diversidad de las competencias conferidas en virtud del Estatuto constituirán, junto a las garantías, una prueba mayúscula de la fortaleza y solidez del sistema democrático de Marruecos como marco de convivencia entre saharauis y marroquíes. También será prueba de la seriedad y la credibilidad del modelo de autogobierno propuesto como solución a ojos de la Comunidad Internacional. Es necesario pues que los poderes públicos y el conjunto de atribuciones y leyes que regirán la entidad estén definidos y garantizados más allá de toda duda. Pues se trata, ni más ni menos, de la fórmula que pondrá fin a un conflicto de casi medio siglo en el cual saharauis y marroquíes pagamos un alto precio en vidas humanas, heridos, huérfanos, viudas, sin hablar de los desgarros y traumas descomunales sufridos por la gente, especialmente la población saharaui autóctona de los campamentos de Tinduf.

Por ello también, las garantías deberán ser reciprocas y comprender el respeto del Estatuto y su encaje en la Constitución del Reino conforme a lo estipulado por la Propuesta de 2007 en su punto 29. Adicionalmente habrá que prever garantías internacionales para el cumplimiento de los acuerdos que se vayan a suscribir, así como mecanismos de arbitraje para dirimir y/o renegociar posibles controversias en la interpretación de las leyes o solventar hipotéticos choques de competencias entre el ejecutivo saharaui y el Gobierno Central.

Hach Ahmed Bericalla
Hach Ahmed Bericalla

Los instrumentos de conexión y coordinación

El Estatuto deberá comprender múltiples y diversos instrumentos de conexión y coordinación entre el ejecutivo y las instituciones de la Entidad Saharaui y las del Reino de Marruecos en todos los ámbitos, incluidos los relativos a seguridad y acción exterior. Se propondría la presencia permanente, en las Cámaras baja y alta del del Reino, de un grupo de notables y diputados saharauis, 8 y 10 respectivamente. Han de ser elegidos democráticamente en el marco de elecciones legislativas o por la Asamblea Saharaui una vez constituida. Igualmente sería útil y significativa la asignación a la Nueva Entidad de un cupo o puesto ministerial y/o alguna o algunas secretarías de estado en el Gobierno Central, así como una cuota en el cuerpo diplomático del Reino.

El Gobierno Central tendría un representante o delegado en la capital de la región y/o un gobernador nombrado por el Rey y, a la vez, el ejecutivo saharaui podría tener una delegación en la capital del Reino, dependiente de la Secretaría para las Relaciones con la Administración Central.

A la vista de la importancia y necesidad de potenciar la comunicación entre Saguía el Hamra y Ouad Deheb, y entre estas y las principales ciudades del Reino y para promover el turismo, el comercio y la cooperación con el entorno geográfico, se propone la creación de una empresa pública saharaui para el transporte aéreo con participación de capital privado. A dicha empresa se la dotaría de un mínimo de aeronaves de tamaño medio y dependería de la RAM hasta la formación de las tripulaciones y equipos técnicos necesarios para poder “volar por si sola”. El control del espacio aéreo del territorio permanecerá en manos de la Administración Central.

También habrá que incluir en las propiedades y medios públicos dependientes de la Entidad Saharaui un canal de TV por satélite, así como emisoras de radio públicas.

En materia de educación sería conveniente poner en marcha la universidad pública saharaui ampliando las facultades y carreras existentes en la actualidad y repartiendo las mismas entre las dos principales ciudades del territorio. También fortalecer los centros de formación profesional mejorando y ampliando el sistema existente a través de acuerdos de cooperación con otras regiones.

En sanidad fortalecer las infraestructuras de la salud pública, construyendo más centros de atención primaria y mejorando la calidad de los hospitales generales para abarcar progresivamente el mayor número posible de especialidades.

En lo relativo a la seguridad, se deberá responsabilizar a los futuros cuerpos de la entidad saharaui y confiarles la capacidad plena de velar por la seguridad interna y el uso de la fuerza legal para preservar el orden, la estabilidad y la convivencia en el territorio, como por ejemplo ocurre en el Kurdistán iraquí o los cuerpos que operan en Cataluña o País Vasco. En este orden de ideas, debería contemplarse un cuerpo de seguridad profesional de entre seis y ocho mil efectivos para mantener el orden público, el tráfico y la vigilancia de los edificios y bienes públicos. A estas unidades deberían incorporarse cientos de jóvenes que ahora están en las milicias del Polisario, como incentivo para la desmovilización y desarme.

También se deberían sumar cientos de jóvenes actualmente desempleados en el territorio.  Parte de estos cuerpos, a los que se dotaría de formación y capacidad para operar en el desierto, podrían participar junto a las fuerzas del Estado en labores de vigilancia fronteriza, de las costas y eventualmente en actividades defensivas del territorio, particularmente en previsión de la extensión del control efectivo al este de la berma y cubrir el resto del territorio, considerando su amplitud y proximidad de una zona de alto riesgo como es el Sahel. Para ello se propone crear una estructura de coordinación asociada al mando de las FAR que abarcaría adiestramiento, equipamiento (vehículos y material ligero) y asesoramiento.

En el plano policial y de inteligencia se plantea, igualmente, la posibilidad de crear mecanismos similares con los órganos correspondientes del Estado marroquí.

Es imprescindible que el Ejecutivo Saharaui tenga proyección exterior, especialmente en aquellos lugares donde exista población saharaui o se den posibilidades de cooperación en materia económica, comercial, cultural, educativa, sanitaria, deportiva o de cualquier otra índole que resulte de utilidad o interés para el territorio sin menoscabo de los intereses y políticas del Estado Central. Es un terreno, el internacional, en el que la Entidad saharaui deberá exhibir su propia personalidad, participar en la negociación de los acuerdos con la Unión Europea u otras instancias relativos al territorio, en suma, defender por sí sola la viabilidad del autogobierno y el reconocimiento de su legitimidad.

Desde esta perspectiva se debiera contemplar, como en Cataluña, País Vasco o el Kurdistán la creación por el ejecutivo saharaui de una Secretaría para la Acción Exterior, así como la apertura de oficinas de información o delegaciones que, en coordinación con las misiones diplomáticas del Reino, atiendan toda aquella actividad o transacción que precise de la conformidad de la Administración Central. En Francia, Mauritania, España y otros lugares donde se ha instalado parte de la comunidad saharaui o haya posibilidades de cooperación y de comercio, sería recomendable abrir delegaciones.

Se debería impulsar y persuadir a otros países a abrir misiones diplomáticas en el territorio y acreditarlos ante el ejecutivo saharaui para interesarse por sus proyectos y planes de desarrollo económico e incentivar la inversión extranjera.

De cara a la planificación de la política económica y social de la futura entidad y el propósito de continuar la pujanza experimentada hasta el presente, convendría definir a la población del territorio, el porcentaje de recursos naturales actuales y futuros, así como el conjunto de ingresos permanentes que servirán como PIB del territorio. También el conjunto de áreas económicas y sociales que serán gestionadas por la nueva autoridad, así como las transferencias fijas y extraordinarias de la administración central.

Se deberá tener en cuenta la opinión y los intereses de la entidad saharaui en los grandes proyectos u obras de la Administración Central en el territorio participando en la planificación y asignando cupos en la gestión y mano de obra.  Habrá que tener presente también las atribuciones del autogobierno en materia de tributación, importación, exportación y todo lo relacionado con los impuestos por aduanas y demás obligaciones fiscales.

Hach Ahmed Bericalla
Hach Ahmed Bericalla

El ejecutivo de la Entidad  

En principio podrán ser trece (13) secretarías las que conformarían el futuro gabinete saharaui y podrían ser las siguientes, si así lo aprueba el poder legislativo: 

  1. Comercio, Hacienda y Planificación Económica. 
  2. Seguridad y Asuntos Internos 
  3. Transportes, Comunicaciones y Obras Públicas. 
  4. Medio Ambiente, Energía y Urbanismo. 
  5. Relaciones con la Asamblea Legislativa y la Administración Central. 
  6. Educación, Formación Profesional y Cultura. 
  7. Turismo, Acción Exterior y Fomento de Inversiones 
  8. Agricultura, ganadería y recursos hidráulicos. 
  9. Pesca e Industria 
  10. Trabajo y Asuntos Sociales 
  11. Vivienda y Administraciones Locales. 
  12. Juventud y Deporte. 
  13. Sanidad y Consumo. 

Otras consideraciones

Tal y como se contempla en la propuesta autonómica presentada por el Gobierno de Marruecos en 2007, habrá que proclamar, cuando el Estatuto entre en fase avanzada de aplicación, una amnistía general y facilitar el retorno de los refugiados y desplazados. Dicha amnistía deberá comprender el indulto o gracia real a los presos políticos. La entidad saharaui deberá hacer justicia e indemnizar a las familias de las víctimas y también a las de la represión de los campos de Tinduf, especialmente los sobrevivientes y familiares de los presos de la tristemente célebre cárcel de Rashid.

Para el retorno de los refugiados se deberá priorizar a los originarios del territorio (los inscritos en el censo español de 1974 y sus descendientes). A este propósito se recomienda la creación de una comisión conjunta integrada por especialistas en la materia y el asesoramiento de los notables para determinar prioridades, criterios y planes de reubicación y reinserción. Es probable que se produjese una avalancha tanto de los pobladores de los campamentos de Tinduf, como de los países del entorno hacia el territorio, por lo que se hace perentorio tener listo un plan de contingencia. En este sentido sería útil implicar a países interesados (Estado Unidos, España, Alemania. Francia, Países del Golfo etc.), así como entidades financieras y capital privado para crear un fondo internacional para la reconstrucción de los territorios al este de la berma.  

Se deberán construir entre 30 y 40 mil viviendas sociales para los refugiados retornados y crear no menos de 50 mil puestos de trabajo para reducir el paro existente en el territorio e insertar la mano de obra retornada.

Otro aspecto que la futura entidad deberá tener en cuenta es la creación de una partida especial en los presupuestos de la región para atender a los miles de huérfanos, viudas e inválidos resultantes de la guerra y del exilio. Esta medida será crucial para promover la confianza, la desmovilización, desarme y retorno de los exiliados.

Las políticas de distribución del suelo urbano y las partidas destinadas a la cobertura social, “el inaach”, son instrumentos de suma importancia que han de ser reajustadas, mejor aprovechadas y adaptadas a las necesidades de la reinserción y en favor de las familias de escasos recursos o vulnerables. En todo caso, será clave la buena gobernanza, transparencia e igualdad en la gestión y distribución de los recursos y presupuestos, en definitiva, la implementación de leyes capaces de frenar la corrupción, el nepotismo, la mala gestión y el enriquecimiento ilícito.

Una vez alcanzado el preacuerdo lo apropiado es prever un periodo transitorio de tres años a cargo de un ejecutivo provisional nombrado por el Rey y la creación de una comisión mixta para la transferencia de atribuciones y la aplicación del Estatuto en varias etapas, la primera de ellas culminaría en elecciones y la constitución de la Primera Asamblea Legislativa Saharaui, así como la conformación del nuevo ejecutivo resultante de las urnas.

En la fase final del proceso se debería considerar el cumplimiento del requisito de la libre determinación recomendado por las instancias y la opinión pública internacional, tal y como recogen los puntos 8 y 27 de la Propuesta Autonómica de 2007. Las elecciones a la Asamblea Legislativa Saharaui en la región constituirán un primer plebiscito con presencia de observadores internacionales, al igual que lo podría ser, ulteriormente, la convocatoria de una consulta general o referéndum para la ratificación del Estatuto.

He aquí pues, queridos hermanos saharauis y marroquíes una propuesta de solución a mitad de camino entre las posiciones diametralmente opuestas que han marcado hasta ahora el proceso político auspiciado por la ONU. Es una propuesta razonable y equilibrada diseñada a partir de un enfoque moderado y realista capaz de garantizar, por igual, los derechos e intereses de todas las partes. Es lo que teníamos previsto exponer al Enviado de la ONU en una reunión que solicitamos durante su última gira desde el convencimiento que dicha propuesta constituye una “hoja de ruta” realista y ajustada al concepto de “solución de consenso” recogida en todas las resoluciones del Consejo de Seguridad desde el 2007.

Desde nuestro punto de vista la oferta marroquí planteada y registrada en las Naciones Unidas es una oportunidad irrepetible y dado que a lo largo de cinco décadas se han desperdiciado muchas ocasiones, tenemos la voluntad firme, como representantes saharauis, de no dejar que eso vuelva a ocurrir y tenemos la certeza comprobada que así recogemos el sentir de la mayoría de los saharauis hoy en 2023.

Tal y como anunciamos en Canarias proponemos la creación de una instancia o Comisión Saharaui por el dialogo y la paz a la que invitamos a representantes de la autoridad tradicional tanto en el territorio como de los campos de Tinduf, así como de la sociedad civil y de las corrientes políticas. El propósito es unificar criterios y consensuar una estrategia para promover y acelerar la solución pacífica a través de un pacto con el Reino de Marruecos sin otro propósito que salvar lo que aún se puede salvar, empezar a construir el futuro y dejar un mínimo legado a las futuras generaciones saharauis.

A las autoridades marroquíes les corresponde dar un paso y demostrar con hechos que su propuesta autonómica es efectivamente amplia seria, creíble y verdadera.

Rogamos a los amigos africanos, latino americanos y europeos aquí presentes que nos acompañen, nos animen y apoyen en este viaje hacia el futuro

Al Polisario le invitamos a abandonar las posiciones radicales y asociarse a este empeño, que por una vez haga prevalecer el sentido común por encima de los eslóganes y las leyendas románticas, dicho de otro modo, deje de arrastrar los saharauis hacia un suicidio colectivo. (Bono). 

Exhortamos a los dirigentes del grupo armado, que otra vez declinaron nuestra invitación a esta Conferencia por el dialogo y la paz, les instamos, les rogamos   silenciar las armas tal y como exigen las resoluciones de la Unión Africana y a no sacrificar más vidas de jóvenes abrumados por la falta de horizontes en una guerra asimétrica, absurda e inútil.

Rogamos a la gente sensata en la cúpula de la organización a sumarse a esta visión moderada y pragmática, a armarse de valor y dar un paso en la dirección correcta y   entre todos arrinconar a los negociadores de la otra parte para sacar las mayores ventajas de su anunciado compromiso en cuanto a la “solución mutuamente aceptable” con garantías internacionales, porque, en definitiva, como dijo el gran filosofo neerlandés, Erasmo de Roterdam “una paz desventajosa es mucho mejor que una guerra justa”. Aún estamos a tiempo.

MUCHAS GRACIAS

Hach Ahmed Bericalla, primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz Intervención ante la II Conferencia Internacional sobre el Sáhara, por el diálogo y por la paz.