La agenda iraní para la desestabilización y la inseguridad en la región y en Europa

Estas personas, refugiadas en países europeos desde hace más de 30 años, están acusadas de actos terroristas cometidos hace 40 años. El proceso contra estos 104 miembros del MEK, calificados de hipócritas, comenzó públicamente el martes 7 de mayo en la sección 11 del Tribunal Penal de la provincia de Teherán. Antes de pronunciar el veredicto final, el juez declaró:
“Advertimos a los países que acogen a estos acusados de que dar cobijo a estas personas se considera un delito en virtud de los convenios internacionales sobre terrorismo. Algunos países, como Francia, deben reconsiderar su postura de acoger a estos acusados, implicados en actividades terroristas y crímenes contra la humanidad, y cooperar con las organizaciones internacionales en cumplimiento de las notificaciones rojas emitidas. Además, el pueblo de Albania, como anfitrión de estos acusados, debe exigir a su Gobierno que los extradite a Irán”.
Está claro que extraditar a estos “acusados” a Teherán es imposible según las leyes y tradiciones europeas. Pero ¿cuáles son los objetivos del régimen iraní con la celebración de este juicio y, potencialmente, con el veredicto final?
En medio de la persistente presión interna y las crecientes protestas, las maniobras judiciales de Teherán contra el MEK persiguen una estrategia polifacética. Por un lado, pretenden contrarrestar el creciente apoyo al MEK entre la juventud iraní, desviar la atención y lanzar acusaciones infundadas como parte de su campaña de desprestigio contra el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (NCRI) y su principal componente, el MEK.
En su discurso de principios de mayo, el Líder Supremo de Irán, Alí Jamenei, expresó su gran preocupación por la juventud iraní, conocida como la generación de 2000, al tiempo que anunciaba la creación de una organización similar a un departamento de inteligencia destinada a controlar a los 7 millones de escolares iraníes. Hizo hincapié en la necesidad de que los estudiantes “reconozcan a los amigos y enemigos de su país y comprendan las cuestiones fundamentales necesarias para su país, lo que neutralizará la propaganda de otros enemigos. Si nuestra juventud está preparada en este ámbito, se neutralizará esa propaganda enemiga”. Los temores de Jamenei están justificados, ya que son estos jóvenes los que lideraron los levantamientos de 2019 y 2022, y los que ahora, a través de miles de unidades de resistencia, llevan a cabo campañas de carteles contra el muro de represión en todo Irán.
El plan y el programa del régimen tienen como objetivo principal sentar las bases del terrorismo en suelo europeo, así como preparar posibles atentados terroristas contra el MEK con el pretexto de defender al régimen de los supuestos “terroristas”.
En una entrevista concedida a Le Parisien, el ministro francés de Defensa, Sébastien Lecornu, declaró que la agenda del régimen pretende crear inestabilidad en la región y en Europa. ¿Busca también la teocracia iraní sentar las bases para el asesinato de opositores y considerar la decisión del tribunal como base de su legitimidad? También pretende obtener la prohibición o restricción de las actividades de la resistencia iraní en Europa.
Hasta 2018, el régimen siempre había tratado de camuflar su alternativa. Sin embargo, a raíz de un importante atentado frustrado orquestado por un diplomático iraní contra una reunión del NCRI en Villepinte, cerca de París, el régimen se vio obligado a exponer su alternativa.
En cuanto a la guerra y la carnicería en la región, ¿quién puede pasar por alto las manos manchadas de sangre de este régimen atroz en la guerra entre Hamás e Israel, así como en las crisis y guerras a lo largo de los 45 años de existencia del régimen?
A falta de medidas eficaces para obligar al régimen de los mulás a renunciar al terrorismo, a la toma de rehenes y a provocar guerras y derramamientos de sangre, se ha seguido la llamada política de apaciguamiento a costa de sacrificar los derechos humanos por intereses económicos, lo que hace que este régimen sea cada día más audaz. La teocracia iraní mantiene secuestrada a la economía mundial en la escena internacional y, en Oriente Medio y en Irán, pone en peligro la vida de millones de personas para garantizar su propia supervivencia. Esto equivale a dar al régimen iraní carta blanca para más terrorismo y más toma de rehenes.