Irán: más de 1.000 ejecuciones en 2024

Ejecuciones en Irán - PHOTO/ARCHIVO
Ejecuciones en Irán - PHOTO/ARCHIVO
Según un comunicado de prensa del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI), más de 1.000 presos han sido ejecutados en 2024, entre ellos 34 mujeres y 7 menores. Se trata de la cifra más alta de los últimos 30 años. Sin embargo, dado que las ejecuciones se llevan a cabo en secreto, la cifra real es probablemente mucho mayor
  1. Una herramienta de represión al servicio del régimen 
  2. Ejecuciones bajo la presidencia de Pezeshkian 
  3. Alarmante aumento de las ejecuciones de mujeres y miembros de minorías
  4. El pretexto de la delincuencia relacionada con las drogas 
  5. Amputaciones e injusticia social 
  6. Campaña de los martes: No a la pena de muerte 
  7. La barbarie de las lapidaciones

Las ejecuciones de 2024 fueron un 16 % superiores a las 864 registradas en 2023. Según Amnistía Internacional, sólo Irán fue responsable de cerca del 74 % de las ejecuciones del mundo en 2023.

Una herramienta de represión al servicio del régimen 

Según el comunicado del CNRI, el fuerte aumento de las ejecuciones en 2024 está directamente relacionado con las profundas crisis y los sucesivos fracasos del régimen. El 11 % de las ejecuciones tuvieron lugar en el primer trimestre y el 17 % en el segundo, periodos marcados por los preparativos del régimen para dos elecciones: las legislativas de febrero y las presidenciales de junio. 

El 25 % de las ejecuciones se llevaron a cabo en el tercer trimestre. Sin embargo, en el cuarto trimestre, en un momento en que el régimen sufría estrepitosos reveses regionales y se enfrentaba a un agravamiento de la crisis económica y social, el ritmo de las ejecuciones aumentó a un ritmo sin precedentes: el 47 % de los presos ejecutados en 2024 lo fueron durante este periodo.

Maryam Rajavi, líder de la oposición iraní y presidenta electa del CNRI, denunció estas prácticas y pidió que cualquier negociación o acuerdo con el régimen estuviera condicionado al fin de las ejecuciones y la tortura. Afirmó: 

“La oleada de ejecuciones bárbaras de 2024, especialmente la del pasado otoño, es un intento desesperado de Jamenei de contener los levantamientos de un pueblo enfurecido, que no se conformará con nada menos que el derrocamiento total de este régimen”. 

Ejecuciones bajo la presidencia de Pezeshkian 

Desde el 30 de julio, cuando Massoud Pezeshkian llegó al poder como presidente, se han llevado a cabo 695 ejecuciones, casi el 70 % del total anual. 

En un discurso pronunciado el 8 de octubre, Pezeshkian defendió cínicamente estos actos, declarando: 

“Los que hablan de derechos humanos preguntan por qué se ejecuta a un asesino”. 

Alarmante aumento de las ejecuciones de mujeres y miembros de minorías

Entre las víctimas de las ejecuciones de 2024 había 34 mujeres y 7 menores, ejecutados por delitos que presuntamente cometieron antes de cumplir los 18 años. La edad media de las 491 víctimas identificadas era de 36 años. 

Los baluch, minoría étnica marginada y oprimida, están especialmente en el punto de mira. Entre los ejecutados, se identificaron 119 presos baluch, una cifra desproporcionada en relación con su porcentaje en la población nacional.

Además, se llevaron a cabo cuatro ejecuciones públicas con extrema brutalidad, destinadas a sembrar el terror en la sociedad. 

El pretexto de la delincuencia relacionada con las drogas 

Más de la mitad de las víctimas (502 reclusos) fueron ejecutadas por delitos relacionados con las drogas. Sin embargo, recientes revelaciones han demostrado que los propios Guardias Revolucionarios dirigen enormes redes de tráfico de drogas, que generan ingresos de decenas de miles de millones de dólares. Algunas de estas actividades delictivas salieron a la luz tras la caída del régimen sirio, pero la mayoría permanecen ocultas. 

Amputaciones e injusticia social 

Otra atrocidad habitual es cortar los dedos a los “ladrones”. Los dedos de dos hermanos encarcelados en Oroumieh y los de otros dos detenidos en Qom fueron amputados. Mientras tanto, la malversación de miles de millones de dólares por parte de los dirigentes del régimen y sus redes de corrupción se ha convertido en práctica habitual, sin que se detenga ni castigue a ninguno de los culpables. 

El único “avance” en materia de derechos humanos en 2024 fue anunciado en la web oficial Asr-e Iran: el poder judicial autoriza ahora la anestesia antes de amputar los miembros a las personas condenadas por robo. 

Campaña de los martes: No a la pena de muerte 

Desde hace 49 semanas, todos los martes, día en que se llevan a cabo la mayoría de las ejecuciones, se desarrolla una campaña titulada “No a la pena de muerte”. 

La campaña ha obtenido un amplio apoyo entre los reclusos, y presos de 28 cárceles han participado en ella declarándose en huelga de hambre. 

A escala internacional, más de 250 diputados británicos de ambas Cámaras, en representación de los principales partidos políticos, han expresado su apoyo a este movimiento. Condenaron enérgicamente el aumento sin precedentes de las ejecuciones en Irán y pidieron su cese inmediato.

La barbarie de las lapidaciones

En su último informe, el movimiento “No a la pena de muerte” denuncia otra atrocidad: la condena a muerte por lapidación de varias presas de la cárcel de Qarchak acusadas de relaciones extramatrimoniales. En el mejor de los casos, estas condenas podrían conmutarse por la ejecución en la horca.

La declaración concluye: “Creemos firmemente que el silencio ante tales atrocidades equivale a aprobarlas. Es esencial que nos levantemos contra esta barbarie y crueldad”. 

El año 2024 marca un oscuro punto de inflexión en la represión del régimen iraní. Lejos de ser una medida de justicia, las ejecuciones se están utilizando como arma política para mantener un régimen sumido en una crisis existencial. Ante esta situación, la valentía de los presos iraníes, de los activistas y del movimiento mundial por la abolición de la pena de muerte es un poderoso recordatorio de que la lucha por los derechos humanos y la justicia no puede silenciarse.