Monárquicos: ¿una oportunidad para la República Islámica de Irán?

<p>Reza Pahlavi, el último heredero aparente del extinto trono del Estado Imperial de Irán y el actual jefe de la exiliada Casa Pahlavi - REUTERS/JOSHUA ROBERTS</p>
Reza Pahlavi, el último heredero aparente del extinto trono del Estado Imperial de Irán y el actual jefe de la exiliada Casa Pahlavi - REUTERS/JOSHUA ROBERTS
Cuando el levantamiento iraní de 2022 alcanzó un punto de inflexión decisivo y las valientes mujeres y jóvenes del país parecían dispuestos a relegar la dictadura religiosa al pasado, Reza Pahlavi, hijo del último sha de Irán, intensificó sus viajes por Europa, especialmente por Francia, tratando de posicionarse como alternativa política
  1. Un régimen monárquico en declive histórico 
  2. Un movimiento virtual sin raíces populares 
  3. El papel del régimen iraní en la promoción de los monárquicos 
  4. Paz en la región, seguridad en el mundo 
  5. 8 de febrero: la voz del pueblo iraní en París 

Para ello, ha buscado el apoyo de ciertas corrientes conservadoras occidentales, sobre todo para beneficiarse de plataformas mediáticas. 

En plena revuelta de 2022, cuando mujeres valientes y jóvenes decididos parecían dispuestos a relegar la dictadura religiosa al pasado para siempre, el hijo del antiguo sha de Irán, Reza Pahlavi, viajó mucho por Europa, en particular por Francia, para intentar posicionarse como alternativa política al régimen. Para ello, buscó el apoyo de varias fuerzas occidentales y gozó de una amplia cobertura mediática. 

Era natural que los jóvenes que estaban dispuestos a arriesgar su vida para acabar definitivamente con la tiranía y llevar la libertad a sus ruinas se preguntaran: ¿su lucha y sacrificio conducirían al ascenso de Reza Pahlavi? ¿Un hombre sin pasado militante y sin un programa claro para la libertad de Irán? 

Él mismo declaró recientemente en una entrevista que no deseaba sacrificar a sus amigos y su propia libertad en Estados Unidos por Irán. Una declaración que ha aumentado la desconfianza y las dudas sobre su verdadero compromiso. 

Un analista político estrechamente vinculado al régimen iraní afirmaba en su tesis doctoral -recogida por varios medios oficiales- que “el monarquismo es una oportunidad para la República Islámica. Los monárquicos no tienen ninguna posibilidad real de llegar al poder y, al sembrar la división en el seno de la oposición, han prestado al régimen un servicio inestimable”. 

Un régimen monárquico en declive histórico 

Las monarquías iraníes, que se remontan a varios milenios, figuran entre los sistemas políticos más antiguos del mundo. Sin embargo, a partir del final de la dinastía Qâdjâr, fueron perdiendo legitimidad debido a la ineficacia, la corrupción y el autoritarismo. La revolución constitucional de 1906, inspirada en la Revolución Francesa, marcó un punto de inflexión hacia una gobernanza basada en la participación popular. 

Finalmente, la dinastía Pahlavi fue derrocada en 1979 tras décadas de represión política y fracaso económico. La huida del último sha y su muerte en el exilio -como las de los dos últimos monarcas Qajar- simbolizan el colapso irreversible de la monarquía, un sistema político que históricamente ha llegado a su fin en Irán. 

Desde hace más de 45 años, el pueblo iraní busca un modelo de Gobierno basado en la democracia, la justicia y los derechos humanos. Los eslóganes del levantamiento de 2022, como “Muerte al tirano, sea sha o mulá”, ilustran claramente el rechazo tanto al régimen actual como a la vuelta a la monarquía. 

<p>Fotografía de archivo, una imagen de Reza Pahlavi se ve mientras la gente protesta contra el régimen iraní, tras la muerte de Mahsa Amini, frente a la Embajada de Irán en el centro de Londres, Gran Bretaña, el 9 de octubre de 2022 - REUTERS/HENRY NICHOLLS </p>
Fotografía de archivo, una imagen de Reza Pahlavi se ve mientras la gente protesta contra el régimen iraní, tras la muerte de Mahsa Amini, frente a la Embajada de Irán en el centro de Londres, Gran Bretaña, el 9 de octubre de 2022 - REUTERS/HENRY NICHOLLS 

Un movimiento virtual sin raíces populares 

La influencia de los monárquicos se limita principalmente a las redes sociales y a ciertos círculos en el exilio. Explotan las crisis provocadas por la República Islámica - pobreza, represión, ejecuciones - para presentarse como una alternativa creíble. Sin embargo, ignoran un hecho histórico esencial: si la República Islámica pudo hacerse con el poder en 1979, fue en gran parte gracias a la feroz represión de los partidos democráticos y progresistas bajo el régimen del sha. Como admitió un antiguo funcionario del régimen, “la máquina infernal de la SAVAK bajo el shah allanó el camino a la República Islámica”. 

Incluso en el exilio, los monárquicos luchan por establecerse como una fuerza política creíble. El fracaso de la campaña “Doy mi poder”, que pretendía convertir a Reza Pahlavi en el líder indiscutible de la oposición, es una prueba contundente de ello. Los iraníes de la diáspora rechazaron masivamente esta iniciativa, demostrando su falta de apoyo a esta corriente política. 

Los analistas señalan también que “incluso los países opuestos a la República Islámica se han dado cuenta de ello y confían más en el grupo de los hipócritas (término despectivo utilizado por el régimen iraní para referirse a sus enemigos jurados, los Muyahidines del Pueblo) que en los monárquicos para provocar su caída”. 

El papel del régimen iraní en la promoción de los monárquicos 

Un fenómeno intrigante es la presencia desproporcionada de monárquicos en las redes sociales. Dado que algunos antiguos funcionarios de los servicios de inteligencia iraníes gravitan en torno a Reza Pahlavi, surge una pregunta legítima: ¿provienen estos recursos financieros y técnicos en parte del interior de Irán? 

Los monárquicos también se benefician de la colosal fortuna que la familia Pahlavi transfirió al extranjero durante su exilio. Sin embargo, en lugar de presentar un programa claro para el futuro de Irán, concentran sus esfuerzos en difamar a otros grupos de la oposición. 

Paz en la región, seguridad en el mundo 

Durante más de cuatro décadas y media, el régimen iraní ha sumido a Oriente Próximo en el caos recurriendo a la toma de rehenes, exportando terrorismo y alimentando conflictos como la crisis de Gaza. Esta política ha costado la vida a cientos de miles de personas y ha exacerbado la inestabilidad regional. 

En una manifestación celebrada en París el sábado 1 de febrero, Louis Arnaud, antiguo rehén francés en Irán, pidió con razón que se pusiera fin al sufrimiento de las familias de los tres rehenes franceses que siguen retenidos por la dictadura religiosa. También habló de sus amigos iraníes encarcelados en la prisión de Evin y condenados a muerte. 

Hoy, en un momento en que el régimen iraní está más débil que nunca, tras la caída de Bashar Al-Assad en Siria y el debilitamiento de sus fuerzas interpuestas en la región, intenta compensar su debilidad tratando de dotarse de armas nucleares. Pero la comunidad internacional debe tomarse en serio esta amenaza y reconocer el derecho del pueblo iraní a resistir a este régimen. 

8 de febrero: la voz del pueblo iraní en París 

El 8 de febrero de 2025, decenas de miles de iraníes se reunirán en la plaza Denfert-Rochereau de París para pedir a la comunidad internacional que reconozca el derecho del pueblo iraní a la resistencia, con el objetivo de instaurar una república democrática y laica en su país. 

Al igual que se reconoció el derecho del pueblo francés a resistir a los nazis, ha llegado el momento de que el mundo escuche la voz de los iraníes amantes de la libertad. 

Sólo apoyando a la Resistencia iraní y a sus unidades de resistencia podremos poner fin a la dictadura, establecer la paz en la región y garantizar la seguridad en Europa.