El flanco sur

Sin duda, el mayor reto que tenemos los europeos en estos momentos es afrontar la invasión rusa de Ucrania y zanjar las posibles tentaciones expansionistas de Vladimir Putin. Pero hay que ser muy conscientes de lo que representa la pinza del presidente ruso a Occidente. Por el norte en Ucrania, por el sur en Oriente Próximo y en el centro en el Sahel, en esa franja de países que van desde Mauritania a Somalia, de la costa atlántica al mar Rojo.
En la nueva Comisión, la nueva Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad es Kaja Kallas, ex primera ministra de Estonia considerada una férrea detractora a Putin desde su país báltico con frontera con Rusia. Y la novedad es la creación de una Comisaría de Defensa que ocupa Andrius Kubilius, otro ex primer ministro, en este caso de Lituania, otro país báltico.
Si hay algunos países más amenazados que otros por la posibilidad de una invasión rusa esos son los bálticos donde los intereses del Kremlin son más que evidentes. Por eso hay fuerzas europeas, entre ellas españolas, desplegadas en una operación de protección a estos países de la UE y de la OTAN.
No se trata de prejuzgar comportamientos ni actitudes cuando están recién llegados al cargo, simplemente es más que necesario llamar la atención para que la grave amenaza que se cierne en el flanco sur sea considerada en sus dimensiones correctas.
La decisión del Gobierno del Chad de romper la cooperación militar con Francia, que venía desarrollando desde hace varias décadas, es una nueva advertencia de la pérdida de posición en una zona de África que es estratégica. La seguridad y la estabilidad del norte de África es la seguridad y la estabilidad de Europa y del mundo, en general.
Ahora, el Gobierno de Chad, como el de Mali, Burkina Faso y Níger rondan la órbita rusa y su ruptura con Francia significa un preocupante alejamiento de Europa.
La acción de los grupos terroristas en esa región, mafias de todos los calibres en el tráfico de seres humanos, armas, drogas, animales y todo lo que sea rentable forma parte de la justificación de los nuevos dirigentes de estos países para recurrir a los mercenarios del grupo ruso Wagner.
El objetivo de Moscú, desde hace muchos años, es lograr una salida al Atlántico en un punto tan estratégico como el Sáhara o Mauritania. Algo inadmisible a todas luces y menos ahora. Argelia e Irán están en esa ecuación que debe ser controlada por los aliados occidentales que tienen en Marruecos un aliado clave en la región, pero deben prestar mucha más atención al flanco sur.