Liberación amarga

<p>Combinación de imágenes muestra a los rehenes israelíes liberados - PHOTO/Haim Zach/Oficina de Prensa del Gobierno/Fuerzas de Defensa de Israel/Maayan Toaf/GPO/Ronen Harish/GP vía REUTERS&nbsp;</p>
Combinación de imágenes muestra a los rehenes israelíes liberados - PHOTO/Haim Zach/Oficina de Prensa del Gobierno/Fuerzas de Defensa de Israel/Maayan Toaf/GPO/Ronen Harish/GP vía REUTERS 
La emoción, la alegría, el alivio tras más de un año de sufrimiento y calvario, de desesperación y frustración por el secuestro de sus seres queridos a manos de los terroristas de Hamás lleva invadiendo las pantallas de las televisiones en todo el mundo estos días

Las afortunadas familias israelíes que pueden recuperar a sus hijas, hermanas, nietas no olvidan a las numerosas familias que no han tenido la misma suerte.

Muchos de los rehenes secuestrados el 7 de octubre de 2023 en el ataque terrorista de Hamás en Israel han perdido la vida, como la perdieron en condiciones brutales y de enorme crueldad más de 1.200 personas que fueron asesinadas en sus casas, en sus puestos de trabajo o en el festival de música.

La sensación es muy agridulce, una liberación amarga. Es comprensible la satisfacción porque estas jóvenes recuperen su libertad y vuelvan con sus familias, pero no se puede olvidar el precio pagado para que esta liberación fuera posible.

También hay que hacer balance de los miles de muertos palestinos, de las familias que han perdido a sus seres queridos y su hogar, y han sufrido durante meses condiciones muy precarias de vida.

En este momento donde las dos partes han sufrido siendo rehenes de los fanáticos sin escrúpulos hay que recordar que la principal responsabilidad de toda esta situación radica en quien organizó, financió y ordenó el ataque terrorista contra Israel porque, además de causar la muerte de muchos israelíes, eran muy conscientes de que provocaban una durísima respuesta de Israel con el objetivo de que la estabilidad que se iba afianzando con la aplicación de los Acuerdos de Abraham saltara por los aires y evitar que el colofón fuera la adhesión formal de Arabia Saudí.  

Es posible y necesario el entendimiento y la convivencia entre los árabes y los israelíes a pesar de que a los radicales chiíes, sobre todo en Irán, no les interese en absoluto.

A la hora de hacer balance hay que analizar si Israel ha neutralizado como pretendía a los terroristas de Hamás y la Yihad Islámica en Gaza, también en Cisjordania; a Hezbolá en el Líbano, a los hutíes en Yemen, a las milicias en Siria e Irak, en definitiva, a Irán y a su influencia en la región y a su capacidad de amenazar la paz y la estabilidad en la región. 

Todavía queda mucho camino que recorrer para determinar cómo queda el control del poder en Gaza y en Cisjordania, porque la propuesta de Donald Trump de desalojar a millón y medio de palestinos de la Franja hacia Egipto y Jordania no es demasiado realista, de momento.