Sorprendente Marruecos
En las retransmisiones de radio y de televisión se repetía este sábado el mismo comentario: “Sorprendente Marruecos”. También los medios escritos han destacado la gran sorpresa del Mundial de Qatar que ha sido capaz de eliminar a equipos europeos tan reputados como Bélgica, España y Portugal. Se ha plantado en semifinales de un Mundial y tendrá ocasión de hacer más historia todavía si gana a Francia y se mete en la final.
No hace falta llegar tan lejos para quienes han pensado y diseñado la estrategia que desde hace poco más de 10 años ha colocado a Marruecos en primera línea internacional con el objetivo de lograr su integridad territorial con el Sáhara, sus Provincias del Sur, y convertirse en un elemento clave para la estabilidad del norte de África, del Mediterráneo Occidental y, por tanto, de Europa, de África y de América. En el programa de modernización de Marruecos, encabezado por el rey Mohamed VI y su entorno de poder político, económico y social, se incluyó con especial interés y atención el desarrollo del deporte marroquí, y, sobre todo, del fútbol. Las inversiones millonarias en instalaciones deportivas para buscar el mayor y mejor rendimiento, con colaboración de empresas españolas especializadas, los fondos para propiciar la dedicación de los deportistas, el impulso de las competiciones locales y la participación en las citas regionales e internacionales y el respaldo a quienes habían nacido fuera de Marruecos y destacaban en las distintas modalidades, sobre todo en el fútbol, captándolos para un proyecto nacional ambicioso de repercusión mundial son algunas de las razones que pueden explicar el éxito de la sorprendente Marruecos.
Podemos recordar cómo una política adecuada de promoción y apoyo a los deportistas durante un periodo de tiempo determinado dio unos frutos excelentes en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Marruecos, con un estilo de juego en bloque, sacrificado en defensa y con calidad, es uno de los cuatro mejores equipos de fútbol del mundo en estos momentos, refuerza su papel de líder y representante del continente africano y del mundo árabe. Incluso millones de argelinos apoyan a sus vecinos marroquíes, a pesar de los conflictos políticos, que no siempre calan en el sentimiento popular. Podemos hablar de la industria de automoción, energías renovables, agricultura, pesca, investigación, turismo, medidas contra la desigualdad y otros sectores; ahora es el fútbol el que provoca un gran efecto nacional con el enorme orgullo de ser marroquí y una imagen internacional excelente. Las celebraciones en las ciudades marroquíes llenan de júbilo y alegría las calles, un magnífico estado de ánimo que ayuda a sobrellevar las cargas cotidianas, mientras en España no provocan problemas, pero sí en París y en Bruselas, donde se evidencia un grave problema de falta de oportunidades y convivencia.
