Opinión

Karabaj, «el jardín negro»:  ¿conflicto tribal o lucha por la supervivencia? 

photo_camera   «Salvo raras contrariedades que puedan ir contra su naturaleza, los turcos son el pueblo más tolerante del mundo  en lo que se refiere a otras religiones diferentes a la suya»  Teniente general Friedrich Bronsart von Schellendorf (1864-1950) jefe de staff del Ejército otomano durante la Primera Guerra Mundial1        Una introspectiva sobre el origen del conflicto «nacionalista armenio» en el marco de finales del Imperio otomano  En plena pandemia de la COVID-19, han vuelto a surgir viejos conflictos po

«Salvo raras contrariedades que puedan ir contra su naturaleza, los turcos son el pueblo más tolerante del mundo en lo que se refiere a otras religiones diferentes a la suya» 

Teniente general Friedrich Bronsart von Schellendorf (1864-1950) jefe de staff del Ejército otomano durante la Primera Guerra Mundial1 

Una introspectiva sobre el origen del conflicto «nacionalista armenio» en el marco de finales del Imperio otomano 

En plena pandemia de la COVID-19, han vuelto a surgir viejos conflictos políticos y militares. Pero aquí nos centraremos en el caso de uno de ellos, con raíces muy importantes en la historia del Mediterráneo oriental y Europa durante buena parte de los últimos dos siglos, y que está relacionado tanto con Turquía, como heredera del Imperio otomano, como con la etnicidad y cultura propia de los pueblos túrquicos a lo largo de su existencia. 

Tenemos, por otra parte, las teorías cíclicas relacionadas con la historia. Según aquella teoría, la concepción mítica del tiempo no es lineal, sino cíclica. Tanto en Occidente, como en Oriente, se han producido teorías cíclicas de la historia, como la celebérrima de Ibn Jaldún, donde el pasado humano ofrece una repetitiva sucesión de ascensos y caídas2. A ello podemos unir otro tipo de tesis histórica que observa que los levantamientos y revoluciones a lo largo de la historia pueden ser más efectivos si se instigan desde el exterior y, además, se efectúan en época de graves problemas o guerras internas. Un hecho siempre posible en tiempos turbulentos, y que, unido a varios factores adversos, puede llevar a su fin a un Estado u organización nacional de tipo imperial, desde la remota antigüedad. 

En la segunda mitad del siglo XIX, el Imperio otomano se encaminaba hacia su declive. Fue una época que comenzaba con grandes cambios y avances científicos y esplendor cultural para el Estado con capital en Estambul3. Pero fue además un periodo social- económico turbulento para la sublime Puerta4, con epidemias a nivel local e internacional (cólera y la gran pandemia de 1889-1890)5, terremotos o hambrunas. 

Fue entonces cuando muchos países europeos occidentales y la Rusia de los zares, ofuscados por los siglos de dominio de aquella enorme potencia, que en largos períodos había ejercido una suerte de paz otomana, pretendían aprovecharse del infortunio del período; todo pasaba por borrar el Imperio otomano del mapa mundial, para así dividir su territorio y sus recursos. Era la época del Imperio otomano, como el 

«hombre enfermo de Europa», palabras acuñadas por el zar Nicolás I de Rusia. 

A ello se unieron diversas reivindicaciones nacionalistas, de diversos pueblos que formaban parte del Imperio otomano. Es notorio el caso de árabes, griegos y armenios, aunque con un destino y distinto entre ellos. 

El origen del movimiento nacionalista armenio durante el Imperio otomano, y por ende el desgarrador y grave conflicto posterior, matanzas incluidas, son muy reveladores del sustrato nacional reivindicativo de cada pueblo en la zona de Oriente Próximo, donde la mentalidad tribal impera en unos y otros, sean cristianos o musulmanes de fe. 

Existe una diáspora armenia, spyurk, constante desde que el reino de Armenia cayese en manos de los mamelucos en el 1375 de nuestra era. 

Habitualmente, se ve la Segunda Guerra Mundial como una contienda mucho más cruenta en cuanto a víctimas y armamento empleados, que su precedente, pero en realidad la Gran Guerra, tal y como se conoció durante mucho tiempo, supuso el fin de la «mentalidad caballeresca» al estilo del siglo XIX; en esa guerra se introdujo un mortífero armamento (gases y química, entre otros) ausente en contiendas previas. 

Fue, además, una guerra a gran escala entre varios países, con teatros de operaciones multinacionales al mismo tiempo. Pese al gran número de bajas humanas causadas por otras guerras del siglo XIX (las campañas de Napoleón, la Guerra de Secesión norteamericana, por citar dos ejemplos), siempre se dirimían aquellas a modo de pacto entre caballeros y con una duración de tiempo limitada. Normalmente la victoria o la derrota de un bando contendiente en el campo de batalla ponía fin al curso de la guerra, sin deseos generalizados, de una interminable revancha posterior. 

Con los conflictos de los Balcanes anteriores a la Primera Guerra Mundial, se entrometió, pues, en cierto modo, el concepto de anular «al otro» por primera vez en territorio europeo desde hacía ya largo tiempo. Por ello, pese a la permisividad religiosa ofrecida por las autoridades y pueblo turco otomano, en el otro lado, existía un odio o desprecio oculto, latente que luchaba por aflorar antes o después. Y, desde mi punto de vista, la pérdida progresiva de la caballeresca sensación o mentalidad de convivencia se fue perdiendo a finales del siglo XIX, tal vez a imitación de otros nacionalismos que se daban en Europa occidental y central desde mediados del siglo. 

En este sentido, durante los albores y comienzos del siglo XX, las guerras en los Balcanes y la independencia de países que estaban bajo el dominio del Imperio otomano fueron un ensayo, puesto que en aquellas había algo de sentido y mentalidad de rencilla tribal oriental, incentivada por odios ancestrales, desde la conquista otomana de parte de Europa central y oriental tras la batalla de Kosovo al final de la Edad Media. Se trataba de países y territorios que antes del Imperio otomano tuvieron su identidad nacional establecida en la Edad Media; en el oriente del Imperio. 

El antiguo reino medieval de Armenia también pesaba en el imaginario colectivo de muchos armenios y, por eso, los independentistas revolucionarios lo aprovecharon desde 1880 para socavar el Imperio otomano y crear territorios a su costa. Se intentaba lograr una Gran Armenia, a costa de los otomanos y diversos pueblos y etnias que ocupaban el este de Anatolia y parte del Cáucaso6

Además, previo a la Primera Guerra Mundial, se decía que el camino de conflictos entre nacionalistas armenios (estos con tácticas propias de una guerrilla en campo abierto y de cariz terrorista en grandes urbes, incluida Estambul) y las fuerzas del orden otomanas fue largo y muy sangriento. Muchas de estas operaciones se gestaban incluso allende las fronteras otomanas, en lugares tan dispares como ciudades de la Rusia zarista, Suiza o la misma Marsella francesa7

Durante finales del periodo otomano, contamos con testimonios escritos por notorios personajes, como el gobernador militar ruso de Erzurum, los cuales vivieron en el territorio otomano y que no coincidieron personalmente. Mostraban diversas perspectivas terribles, incluido el testimonio de un primer ministro de Armenia y antiguo jefe de uno de los grupos armenios8, y que hablan sobre afrentas y martirios  producidos sobre la población otomana por los comités revolucionario-nacionalista armenios, Dashnaksution y Hentshaksution en la Turquía de 1860 a 19169

Siguiendo los parámetros de la historia cíclica, podemos presentar un ejemplo actual de un líder túrquico que nos recuerda a los eventos de hace poco más de 100 años. A finales del Imperio otomano, si hay alguna figura entre los gobernantes del periodo que nos recuerde vagamente a la situación actual de los gobernantes en Turquía de comienzos de siglo XXI, ese es Abdul Hamid II, equiparado a la figura del presidente Tayyip Erdogan. En el caso de Abdul Hamid II, varios de sus comportamientos se enfatizaron en Occidente, así como su misma apariencia física exagerada. Notorio fue el caso de su incremento de seguridad personal con el paso del tiempo. De ahí la ironía del intento de atentado contra su vida a principios del siglo XX. 

Veamos también sus semejanzas (no las diferencias, que las hay): ambos dirigentes turcos, a principios de sus respectivos mandatos, fueron vistos como reformistas y con un sesgo liberalizador en Turquía. Mucho más se loaba en Occidente al Abdul Hamid II de la década de 1860 y 1870 que al posterior en cuanto a imagen externa. Nos recuerda mucho al Tayyip Erdoğan del periodo 2002-2012, cuando en Occidente era contemplado como un gran reformista, y Turquía parecía un modelo de democracia integrada en las raíces culturales locales, un ejemplo para el mundo musulmán o países con mayoría de población musulmana. Todo cambió con posterioridad, y de forma progresiva, en junio de 2013, tras los sucesos y las revueltas populares iniciadas con motivo del plan urbanístico con respecto a la plaza de Taksim. Con el paso de los años, se olvidaban cada vez más los tiempos de la Alianza de Civilizaciones iniciada en el 2007, y quedaban en otro plano los eventos de la primavera de 2009 en Estambul, cuando el mundo parecía otro, y aún Barack Obama o Rodríguez Zapatero encabezaban los Gobiernos de sus respectivos países. 

Ha sido muy notorio el empleo del cine como elemento de difusión del conflicto armenio-túrquico. Uno de los ejemplos más notorios del «cine sobre los armenios» fue Mayrig (1991), madre en armenio, dirigida por Henri Verneuil (nombre artístico de Ashod Malikian), un respetado director, ya fallecido, especializado en cine negro, quien nació en Tekirdag (Turquía) durante 1920. El filme recoge elementos estremecedores sobre el destino de armenios durante la Primera Guerra Mundial. El filme fue ofrecido como una autobiografía, y gozó de gran popularidad y secuelas televisivas en el país vecino, donde la comunidad armenia es la tercera más numerosa del mundo, después de Estados Unidos y Rusia, claro aparte de la Republica de Armenia. 

Sin embargo, tal vez dos de las mejores contribuciones filmadas de mayor calidad sobre «la cuestión armenia» (vocablo de uso en el ambiente túrquico), Ararat (2002), de Atom Egoyan (un armenio honesto de la diáspora) o The Cut (2014), de Fatih Akin (alemán de origen turco) no son maniqueístas; la primera muestra a armenios con un exacerbado rencor (por cierto, gran papel de Charles Aznavour), o ladrones involucrados en mafias internacionales, y la segunda, la existencia de bandas de bandidos armenios tras 1915. Al respecto decir que una prueba de la tolerancia turca es que ambas películas se pueden ver en Turquía a menudo, e incluso la crítica local las considera como excelentes películas, algo que también hizo con El expreso de Medianoche (1978) de Alan Parker, como pude leer en su día en periódicos como Hürriyet. 

En resumen, una buena narración en una película interesante hace mucho por la psique del colectivo occidental. Más, si la película es francesa, alemana o norteamericana, tres de las más sólidas cinematografías mundiales. De ese modo las matanzas durante la Primera Guerra Mundial y los eventos armenios han permanecido, a través de un cierto filtro nada imparcial, en la memoria occidental durante casi cuatro generaciones. Por el contrario, el contenido y la visión túrquica presente en las películas turcas de la era Erdoğan, basadas en principios maniqueístas de raíz oriental, poco pueden hacer contra el impacto de aquellas películas en el marco del mundo occidental. Y casi nada ha llegado al oeste de Berlín sobre la visión túrquica al respecto. 

La primera vez que se empleó el argumento de «genocidio armenio» fue durante 1972, en el marco de una campaña electoral para unas elecciones en Francia, en Marsella10. Muy poco tiempo después, el 27 de enero de 1973, inició sus actividades el grupo terrorista ASALA (Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia). El grupo terrorista estuvo operativo hasta finales de noviembre de 1986. 

El ASALA realizó diversos ataques y destrucciones en la península Ibérica. En España, coincidiendo con los años de mayor turbulencia de atentados con bomba de ETA, tuvieron lugar varios ataques sangrientos en pleno centro de Madrid11, incluido uno  muy terrible que causó la muerte de varios miembros de la familia del entonces embajador turco en Madrid, Zeki Kuneralp, además del deceso del chofer español, Antonio Torres. En uno de los atentados posteriores en la ciudad, durante las Navidades de 1980, un periodista, José Antonio Gurriarán López, fue herido e incapacitado parcialmente12. Tan notorio fue el caso para la conciencia de la comunidad armenia, que este con posterioridad fue empleado de forma libre en una ficción filmada y presentada en el Festival de Cannes del año 2015, Une Histoire de Fou (Una historia de locos), por el director de cine marsellés y de origen armenio, Robert Guédiguian. Aunque sucedió algo curioso con ella, pese a su interés artístico, y a diferencia de los filmes sobre la temática en el pasado: fue un fracaso financiero y de público, incluido en su país de origen13

Durante décadas, el debate sobre genocidio o matanzas se mantuvo en Occidente. Y, por avatares del destino, el 21 de enero del año 2001, una fecha clave en la historia mundial, se aprobó una ley en Francia que condenaba la negación del «genocidio armenio». A principios de la segunda década del siglo, Tayyip Erdoğan, entonces primer ministro condenó esa ley como «racista y discriminatoria». Pero, para entonces, el actual presidente turco ya empezaba a ser visto con recelo en Occidente. 

Karabaj: ¿viejas raíces tribales  del  conflicto  actual  en  el  Cáucaso  túrquico? O, ¿una búsqueda de paz y justicia? 

En la segunda mitad del siglo XIX, los nacionalistas armenios tuvieron pues aspiraciones de territorios en el este de Anatolia. Pensaban que participarían de una supuesta disgregación anatólica del Imperio. Sin embargo, el resultado fue otro. Y, en parte, gracias a los avatares de la historia, y el caso de una figura clave a finales del Imperio otomano: Ismail Enver Bajá. Fue quien comandó el teatro de operaciones militar otomano en la zona del nordeste de Anatolia y Cáucaso. 

Este bajá14 fue un brillante oficial del Ejército otomano y antiguo promotor de los reformistas jóvenes turcos a fines del reinado de Abdul Hamid, y posterior jefe de Gobierno. Durante su mandato, fue conocido en el Imperio otomano como Hürriyet Kahramanı, el héroe de la libertad. 

Enver Bajá tomó el control del tercer Ejército otomano y dirigió un gran ataque contra el Ejército imperial ruso en el Cáucaso, pero fue derrotado, en enero de 1915, por las fuerzas de los zares tras la batalla de Sarikamish (en Kars), en el territorio turco. La contienda supuso aproximadamente la pérdida del 75 % de los efectivos otomanos de la batalla en la zona15. Durante la retirada posterior, numerosos soldados otomanos fueron perseguidos y muertos por la espalda, por los rusos, convirtiendo la batalla en la que sería la peor derrota de los rivales durante toda la Primera Guerra Mundial16. Enver culpó de esta derrota a los armenios, debido a que bastantes de estos habían desertado y colaborado con el enemigo durante las incursiones que hicieron los zaristas en la región17. Por otra parte, la presencia de «batallones de voluntarios» en la Armada imperial rusa, con su tercer batallón, una Fuerza armenia rebelde del lado zarista, comandada por Hamazasp Srvandztyan, natural de Van (Turquía), o el cuarto batallón comandado por Arshak Gavafian, natural de Erzurum (Turquía)18, contribuían al justificado recelo otomano. Las mismas fuentes armenias reconocen las tácticas de guerrilla empleadas por ellos en esta significativa batalla19, a camino de 1914 y 1915, y que tanto supone para la psique nacional túrquica. 

Sin embargo, las Fuerzas otomanas parece que aprendieron de la desgraciada experiencia en el nordeste de Anatolia, y a comienzos de 1918, los soldados bajo el comando de Enver Bajá derrotaron el Ejército de la República de Armenia, que había sido fundada ese mismo año, y llegaron a alcanzar Bakú (capital de Azerbaiyán) en septiembre. Gracias a ello, en la paz posterior de Brest-Litvosk, Enver Bajá exigió la vuelta a Turquía de las ciudades de Kars, Batumi y Ardahan, en manos de los herederos soviéticos de los zares. Con diversos tratados internacionales durante la época de la fundación de la República turca, se ratificaron muchos de los acuerdos territoriales20

 La Unión Soviética mantuvo congelados los conflictos existentes entre turcos y armenios habitantes de las entonces repúblicas socialistas soviéticas de Armenia y Azerbaiyán. Pero los movimientos internos de población, y emigraciones de etnias de un lado a otro de la Soyuz, se efectuaba de manera continua durante el período 1930- 195221. Se constata el movimiento forzado de miles de azerbaiyanos étnicos, que incluso vivían en territorio de la República armenia, previo a Stalin, hacia otros puntos del orbe soviético, al menos en diversas oleadas22. Además, está probado que varios miles de armenios étnicos fueron desplazados a otros territorios soviéticos23

Por otra parte, a nivel mental y sentimental la Primera Guerra Mundial no había acabado en el sentir regional con la firma de los pactos postbélicos a la Gran Guerra24

El Karabaj es un término lingüístico turco que significa «jardín negro». Nada que ver con peregrinas teorías de que, en realidad, el origen del vocablo es armenio25, con el fin de justificar un supuesto reino medieval de la etnia en ese enclave territorial. Incluso aparece el nombre antes en fuentes medievales georgianas que armenias (siglo XV)26

Armenia, justo antes de la eclosión del conflicto a mediados de 2020, ocupaba alrededor del 20 % de su país fronterizo, Azerbaiyán. Territorios que había invadido durante febrero de 1992, época del turbio y dilatado período de la caída de la Unión Soviética27

Algunos días después de haber comenzado la invasión armenia, durante la noche del 25 al 26 de febrero, las fuerzas militares, integradas además por grupos irregulares de ciudadanos armenios, tomaron la villa de Jodyaly en la Republica de Azerbaiyán; sus habitantes fueron diezmados, víctimas de una masacre sin precedente, Esta tragedia, conocida para los pueblos túrquicos bajo el nombre de «genocidio de Jodyaly», finalizó con el exterminio o la captura de miles de azerbaiyanos y la villa fue totalmente arrasada. Ese conflicto no ha sido nunca resuelto en la escena internacional, ni por ningún tribunal de la Haya. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en diversas ocasiones ha condenado la toma del distrito de Agdam y de todas las demás zonas ocupadas de la república azerbaiyana. Un alto el fuego, que fue firmado el 12 de mayo de 1994, fue transgredido regularmente por la República de Armenia, durante el último cuarto de siglo. 

Fortalecida por sus éxitos militares de entonces, la República de Armenia impedía el retorno de la población azerbaiyana a los lugares de los que fue expulsada durante los primeros años 90 del siglo XX. El conflicto del Nagorno-Karabaj provocó números variables de víctimas; por parte azerbaiyana, figuran las cifras contestadas, de más de 875 000 refugiados o desplazados azerbaiyanos, además de 20 000 muertos, 50 000 heridos o tullidos, 5000 desaparecidos; principalmente en el periodo posterior a 1992 y anterior a 2005, según las fechas comprobadas en los últimos informes de la OSCE28

Si se compara el censo soviético hasta 1980 en cinco de los siete distritos de Nagorno- Karabaj podemos comprobar que la población armenia era  allí  entonces inferior  al  0,1 %; siendo incluso mayor el número de oriundos de las minorías rusa o kurda viviendo en tales distritos29

También el pasado conflicto de finales del siglo XX en el Karabaj fue atenuado en algunos países occidentales; a ello ayudo el enfoque de libros o filmes como Aram (Robert Kechichian, 2002), donde los participantes armenios en el conflicto azerbaiyano-armenio se presentan como héroes ocultos en una lucha incierta, en la que incluso deben medirse contra aparentes, siniestras, fuerzas de seguridad turcas. Es de interés advertir en la mentada ficción, que los militares turcos en territorio francés pertenecen al MHP y a los Lobos Grises, los Ülkü Ocaklari, organización está última que ha sido proscrita en Francia durante mediados de otoño del 202030. El asunto tiene una repercusión que ha creado mucho dolor en Turquía, por cuestiones históricas- nacionales y el hecho de que el MHP es un gran soporte del Gobierno actual de la República turca. 

Tras los disturbios ocurridos en El Líbano, a finales de primavera de 2020, muchos jóvenes libaneses de origen armenio decidieron seguir otro camino de la Diáspora, y en vez de marchar a Occidente, decidieron ir a Nagorno-Karabaj31; la diáspora intentó disfrazarse luego como solo humanitaria de cara a Occidente32. Esa repentina y acelerada presencia de jóvenes armenios en la zona ocasionó malestar entre los azerbaiyanos. Fue uno de los detonantes de las hostilidades. En el pasado, el Gobierno azerbaiyano clamaba que una diáspora semejante fue iniciada por armenios procedentes de Siria33. Sin embargo, la consigna difundida por Ereván era de que 

«Azerbaiyán declaró la guerra el pueblo armenio». 

 Actualmente, nos encontramos ante el cuarto cese al fuego de las hostilidades iniciadas este año. Pero no hay signos de apaciguamiento social, ni siquiera para los armenios viviendo en otras sociedades musulmanas de la zona34. Se ha producido una fuerte ruptura social, y ambos grupos étnicos están más separados mental y empáticamente de lo que estuvieron en los últimos cien años, Por parte armenia, se iniciaron procedimientos legales en el mundo del futbol y que han traído incluso vetos por parte de la UEFA hacia el entorno y jugadores del Karabaj, que formaba parte de la competición de Europa League. Pero los disturbios se producen incluso en el seno de la Republica de Armenia, donde manifestantes clamaban contra los resultados y acuerdos obtenidos tras los últimos conflictos; donde parece evidente que la parte azerbaiyana ha conseguido importantes logros, incluidas decisivos retornos de territorio nacional, pero por manu militari. Muy diferente de los resultados bélicos de hace cerca de tres décadas. 

El apoyo social por parte turca ha sido clave en la subida de moral para la Republica de Azerbaiyán, donde la consigna «una nación, dos Estados» ha calado en la medula espinal social turca independiente del credo político35. Los sucesos y matanzas de décadas pasadas pesaban en la psique turca; y la creencia infundada en medios túrquicos de que Occidente se desinteresaba de lo sucedido en Azerbaiyán, puede provocar otro mayor alejamiento entre la sociedad turca y Occidente. 

Reflexiones finales 

Siempre me he preguntado si la «causa armenia del genocidio» se aprovechó, en los meses siguientes al 11 de septiembre de 2001, de la indefensión de la opinión pública francesa y mundial, por qué los eventos de septiembre del mismo año llevaron al mundo a mirar hacia otro lado; y a olvidar un debate sobre las matanzas en el seno del Imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial. Esto es una interpretación particular de por qué la mentada ley francesa consiguió poca contestación mundial en los meses y años siguientes, dando ventaja a la «causa armenia». 

Sin embargo, los hechos históricos expuestos acerca del último siglo y medio transmiten la idea que hubo víctimas en casi todos los pueblos y ciudades del Imperio otomano; y, en especial, de forma progresiva en el periodo que va de 1880 a 1920, fecha esta última que, con la fundación de las Repúblicas de Turquía y Azerbaiyán, y la posterior creación de la Unión soviética surgió un nicho de «paz fría» en la región del Cáucaso y, por lo tanto, un suspenso de las rencillas entre armenios y túrquicos. Siguiendo esta línea de pensamiento, encontramos un caso paradigmático en la Republica de Armenia, y tras el fin de la Unión Soviética, con su actuación sobre otra antigua república soviética «hermana», Azerbaiyán, con la supuesta explosión entonces del conflicto Nagorno-Karabaj; y cuyas raíces auténticas en el Imperio otomano, hemos expuesto en este estudio. 

En tal enfrentamiento se contempló no una mera rencilla entre dos países vecinos, sino tal vez un deseo de revancha histórica por las victorias militares de Enver Bajá, que llevaron al fortalecimiento y creación de Azerbaiyán; acontecimientos paralelos a la formación de la República de Armenia, hace ahora poco más de 100 años, durante el epílogo de la Primera Guerra Mundial. 

No olvidemos que la figura de Enver Bajá tiene visos de héroe nacional tanto en la República de Azerbaiyán como en la de Turquía. 

La revisión de muchos acontecimientos previos a 1916 dan la imagen clara de la existencia de «extremistas armenios que entonces no querían progreso sino caos», y que no dudaron en matar inocentes desarmados. Hechos como la limpieza étnica de los habitantes azerbaiyanos de Joydali en Karabaj, hace menos de tres décadas, se sienten como impunes en la mentalidad y sentir nacional túrquico; a modo de una Srebrenica local. La falta de una condena firme por parte de Occidente al respecto y la falta de juicios legales han creado uno de los pilares más recientes en los que se cimenta la cruenta guerra renacida en Nagorno-Karabaj durante este 2020. 

Los desencuentros continuos entre Francia y Turquía durante este año, y en los que se ve envuelto el sentir nacional túrquico, y varios símbolos locales, pueden llevar a un alejamiento exponencial entre Occidente y el núcleo étnico y cultural de la estrella creciente. 

La presencia de nuevas migraciones actuales de jóvenes expatriados en la escena armenia del Cáucaso nos recuerda al patrón desempeñado a inicios de la última década del siglo XX, un periodo turbulento, no solo en el aspecto de la disgregación de la Unión Soviética, sino en varios países occidentales, con una cierta crisis económica y diversos disturbios ciudadanos (verbi gratia el caso de Rodney King en Los Ángeles de California). Vemos diversas semejanzas con patrones actuales durante este 2020. Lo interpretamos además una confirmación de los presupuestos de la tesis de la historia cíclica propugnada por eruditos como Ibn Jaldún. 

No debería existir maniqueísmo occidental sobre la presencia armenia en el Nagorno- Karabaj. Es uno de los principales requisitos, a juicio del autor, para que el conflicto vaya mermando en un hipotético futuro medio-lejano. Pero, a fecha actual, los ánimos están muy caldeados; y los acontecimientos de primeros de noviembre (asalto de instituciones oficiales en Ereván o las victorias del ejercito azerbaiyano en Karabaj) no hacen presagiar que el nuevo alto al fuego y acuerdo entre las partes en conflicto vayan a durar por mucho tiempo. 

Por otra parte, los actuales acontecimientos no solo delatan una lucha de poder en el seno del lado armenio, sino un aumento de fervor nacionalista entre la parte túrquica, con tal virulencia e instintos de «tierra quemada» que posiblemente creen una mayor violencia futura en el seno de la herida abierta de Nagorno-Karabaj. Incluso el ejemplo puede causar un efecto domino en otras sociedades con conflictos territoriales y étnico- culturales no cerrados, como prueba el eco mediático que los hechos del Karabaj de otoño del 2020 han tenido en sectores saharauis y kurdo-azerbaiyanos en Irán. Zonas donde, a fecha de cierre de estas líneas, comienzan a perfilarse nuevos conflictos armados. 

Es difícil que el conflicto de Nagorno-Karabaj se dirima a través de guerras y batallas periódicas36 con cada nueva generación (30-35 años de media), pues el aparente victorioso con cada nueva guerra en la zona no haría sino aumentar los deseos de revancha de la contraparte en la próxima generación. 

 Jesús Gil Fuensanta: Director de RR. II. Escuela de Inteligencia Económica y Relaciones Internacionales (LaSEI) .Universidad Autónoma de Madrid

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS  

 

1 BRONSART VON SCHELLENDORF, Friedrich. “Ein Zeugnis für Talaat Pascha”, Deutsche Allgemeine Zeitung, 24 julio 1921. 

2 IBN JALDÚN. Introducción a la Historia Universal (Al Muqaddimah). Estudio preliminar, revisión y notas Elías Trabluse. Trad. Juan Feres, México: F.C.E, 1997. 

3 GIL FUENSANTA, Jesús. Breve Historia de Turquía, Madrid, Alderabán, esp p. 227 ss., 2015. 

4 Bâb-ı âli, era el termino coloquial turco con el que se designaba además al Gobierno otomano en círculos diplomáticos europeos 

5 GIL FUENSANTA, Jesús. “Varios escenarios sobre el futuro de la COVID-19: Una aproximación histórica, antropológica y epidemiológica”, La reconstrucción social y económica tras el gran confinamiento. Una aproximación multidisciplinar, Reports de la SEI-UAM, Volumen 4 (junio), pp.1-4, 2020. 

6 HOVANNISIAN, Richard G. Armenian Karin/Erzerum, Mazda Publishers, Los Ángeles, 2003. 

7 KALIGIAN, Dikran M. Armenian organization and ideology under Ottoman rule, 1908-1914, Transaction, New Brunswick (Nueva Jersey), 2011; BENARD, Ives. ¡Divergencias turco-armenias! Una nueva mirada, ed. Diwan Mayrit, Madrid, 2018. 

8 KATCHAZNUNI, Hovannes. H. Dashnaktsutiwne anelik chuni aylews. (El partido Dashnak no tiene nada que hacer, en armenio), Viena, Mkhitarean Tparan, 1923.; v.gr. KATCHAZNUNI, Hovannes. The Armenian Revolutionary Federation (Dashnagtzoutiun) Has Nothing to Do Anymore. Carlson, John R. /Armenian Information Service, Nueva York, 1955, disponible en https://archive.org/details/armenianrevolution00katc 

9 TVERDOHLEDOV, Vassili. Gorduklerim yasadiklarim. I witnessed and lived through. Ce que j'ai vu et veçu moi-meme (Erzurum 1917-1918). Genelkurmay Basimevi, Ankara, 2007. 

10 LYAUTEY, Pierre. Lettre adressée au Premier ministre français, M. Messmer, et au ministre des Affaires étrangères, M. Schumann, 16 Fevrier, 1973; V.gr. BENARD Ives. Op.Cit.., p.135-137, 2018; JARRASSÉ, Jim “Le génocide arménien est souvent un enjeu electoral”, Le Figaro 24 Janvier,2012. Disponible en: https://www.lefigaro.fr/politique/2012/01/24/01002-20120124ARTFIG00599-le-genocide- armenien-au-c339ur-d-une-bataille-electoraliste.php Fecha de la consulta 27.09.2020. 

11 BENARD, Ives. Op.cit., p.149, 2018. 

12 GURRIARÁN LÓPEZ, José Antonio. La bomba; Un no rotundo a la muerte, un viva a la vida. Editorial Planeta, Barcelona, 1982. 

13 JPBox-Office. “Une histoire de fou”, 2015. Disponible en: http://www.jpbox- office.com/fichfilm.php?id=15494 Fecha de la consulta 11.10.2020. 

14 Alta distinción militar para oficiales de alta graduación en el Imperio Otomano. 

15 ERICKSON, Edward J. Ordered to Die: A History of the Ottoman Army in the First World War. Greenwood Press, Westport (Connecticut), 2001. 

16 FROMKIN, David. A Peace to End All Peace: The Fall of the Ottoman Empire and the Creation of the Modern Middle East. Macmillan, 201. 

17 ERICKSON, Edward J. (2001), op.cit. 2001. 

18 HOVANNISIAN, Richard G. (2003), op.cit. 2003. 

19 HACOBIAN, Armen P. Armenia and the War: An Armenian's Point of View with an Appeal to Britain  and the Coming Peace Conference. Londres/Nueva York/Toronto, esp, p. 77 ss, 1917... 

20 BABEROWSKI, Jörg. Der Feind ist überall. Stalinismus im Kaukasus. Munich, Deutsche Verlags- Anstalt, Munich, 2003. 

21 BUCKLEY, Cynthia J.; RUBLE, Blair A.., y HOFMANN, Erin Trouth. Migration, Homeland, and Belonging in Eurasia. Woodrow Wilson Center Press, 2008. 

22 SAPAROV, Arseny. “The alteration of place names and construction of national identity in Soviet Armenia”, Cahiers du monde russe, Volume 44. pp. 179–198, 2003. 

23 KOROSTELINA, Karina Valentinovna. Social Identity and Conflict: Structures, Dynamics, and Implications. Springer, Luxemburgo, 2007. 

24 DÜNDAR, Fuat. „When did the First World War End for Turkey ?”, DRIEU, C.; ANDURAIN, J.d' (eds.), Par delà le théâtre européen de 14-18 : L’autre grande guerre dans le monde musulman, Remmm (Revue des mondes musulmans et de la Méditerrnée), Vol 141, pp. 206 ss, 2017. 

25 HEWSEN, Robert H. Armenia: A Historical Atlas. 2001, University of Chicago Press, pp. 119–120. 

26 ULUBABYAN, Bagrat. “Ղարաբաղ” (Gharabagh). Armenian Soviet Encyclopedia. vol. vii. Yerevan: Armenian Academy of Sciences, 1981, p. 26. 

27 Report of the OSCE Minsk Group Co-Chairs' Field Assessment Mission to the Occupied Territories of Azerbaijan Surrounding Nagorno-Karabakh (2011), Organization for Security and Co-operation in Europe, 24 March 2011; resumen disponible en https://www.osce.org/files/f/documents/7/d/76209.pdf. Fecha de  la consulta 1.11.2020 

28 Idem. 

29 население азербайджана, (naseleniye azerbaydzhana, población de Azerbaiyán en ruso), 1919,disponible en http://www.ethno-kavkaz.narod.ru/rnazerbaijan.html Fecha de la consulta 1.11.2020. 

30 “France bans Turkish ultra-nationalist Grey Wolves group”, Deutsche Welle 2020. Disponible en: https://www.dw.com/en/france-bans-turkish-ultra-nationalist-grey-wolves-group/a-55503469 Fecha de la consulta 11.11.2020. 

31 MROUE, Bassem. “Armenia-Azerbaijan conflict draws in fighters from Mideast”, AP News, 9 octubre 2020. Disponible en: https://apnews.com/article/beirut-lebanon-archive-armenia-azerbaijan- 8844757c278590b171b498cb78a0c5bb “Despite Lebanon's Woes, Armenians Spring to Action for Nagorno-Karabakh”, Reuters. Disponible en: https://www.usnews.com/news/world/articles/2020-11- 01/despite-lebanons-woes-armenians-spring-to-action-for-nagorno-karabakh Fecha de la consulta 11.10.2020 

32 SHEHADI, Lemma. “Armenia’s Lebanese repatriates support humanitarian efforts in Nagorno- Karabakh”, Al Arabiya, 2 November 2020. Disponible en: https://english.alarabiya.net/en/features/2020/11/02/Armenia-s-Lebanese-repatriates-support- humanitarian-efforts-in-Nagorno-Karabakh Fecha de la consulta 13.11.2015 

33 MINASSIAN, Narbeh. “They want to end us. Syrian-Armenian refugees in Karabakh facing destruction again”, ITV (29 octubre, 2020). Disponible en: https://www.itv.com/news/2020-10-27/they-want-to-end-us- syrian-armenian-refugees-in-karabakh-facing-destruction-again Fecha de Consulta 15.11.2020. 

34 YILDIZ, Murat. “They are scared': Armenians flee Istanbul amid anger over Nagorno-Karabakh”, MDE (Middle East Eye), 11 noviembre, 2020. Disponible en: https://www.middleeasteye.net/news/turkey- armenians-istanbul-flee-anger-nagorno-karabakh Fecha de consulta 15.11.2020. 

35 ÖZKIR, Yusuf. “Batı medyasında Azerbaycan karşıtlığı”, Star Gazete, 13 noviembre 2020. Disponible en: https://www.star.com.tr/guncel/bati-medyasinda-azerbaycan-karsitligi-haber-1582276/ Fecha de consulta 15.11.2020.