
Una nueva imputación del ex - presidente Donald Trump, en este caso por siete delitos y 37 cargos relacionados con la apropiación de documentación de carácter secreto y reservado, pone de manifiesto la solvencia de un estado democrático de derecho en su persecución del delito, sea quien fuere el encausado, y por tanto garantiza no solo la igualdad ante la ley de los ciudadanos, sino la vigilancia del poder político a través del sistema judicial. Pone igualmente de manifiesto, que los excesos del llamado discurso populista y las algaradas ciudadanas provocadas en distintos países, en España con el proceso independentista en Cataluña, y con distintas acciones de desestabilización promovidas por la izquierda radical, y de Bildu en la País Vasco, conducen finalmente a un callejón judicial sin salida, y arrastran a quién haya coqueteado con esa estrategia perversa y cansina. Finalmente, la decisión también refleja las lamentables consecuencias de estos liderazgos vacíos y provocadores, que quedan adheridas al sistema democrático, tal y como ahora muestra la nueva imputación de Trump.
La primera democracia del mundo, líder del orden liberal, se ve atada a un pasado desconectado del progreso histórico, que demanda unos líderes renovados capaces de afrontar desafíos de enorme magnitud como son la competencia entre grandes potencias, la sostenibilidad ante el deterioro climático o el impacto de la digitalización y la llegada de la Inteligencia Artificial. La herencia del relato populista, ultra -conservador o de la izquierda radical, inspirado además desde regímenes autocráticos, competidores de las democracias euro atlánticas, tiene ahora como objetivo la prolongación de la polarización en este revuelto final de casos judiciales, salidas turbulentas del poder y repartos de migajas electorales.
En el caso de Estados Unidos, la atmósfera aun contaminada de la política permite que, en las encuestas para las presidenciales de 2024, Donald Trump siga a la cabeza de los candidatos del Partido Republicano. Confirmando que el trumpismo ha sucedido a Trump, aunque haya vuelto a ser imputado y pueda volver a serlo al menos en dos casos más, en los próximos meses. Y advirtiendo al resto de candidatos republicanos, un buen plantel entre los que destacan los conservadores Ron DeSantis y Mike Pence y la liberal Nikky Haley, de que el principal beneficiado de la fractura en su partido es el Partido Demócrata, de momento con el presidente Biden a la cabeza.
La imagen anaranjada en el cielo polvoriento de Nueva York ha movido a la reflexión sobre la calidad del aire en un mundo en proceso de deterioro climático y ambiental. Pero podría servir también como una metáfora sobre los residuos políticos que el populismo y la polarización radical han dejado en las democracias tras estos años de desorientación ideológica y de desgaste social. En otra situación, se diría que la acción de la justicia en esta nueva imputación de Donald Trump abre las ventanas para que entre aire fresco. Pero en esta ocasión, el aire está contaminado de palabras infectas.