
Diversidad, centrismo y experiencia en distintos ámbitos estratégicos de la política exterior norteamericana. El equipo de Joe Biden no deja lugar a dudas sobre la orientación que va a tener el nuevo Gobierno a partir del próximo 20 de enero. La elección de Samantha Power, exembajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas y especialista en derechos humanos, para dirigir la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) confirma el perfil competente y experimentado en ámbitos diplomáticos que quiere dar el nuevo presidente a los principales cargos de su Gobierno. En este caso, con la posibilidad de que la futura responsable de la cooperación norteamericana se integre en el Consejo de Seguridad Nacional, para reforzar así la visión inclusiva y global de sus políticas. La orientada hacia África, por ejemplo.
El perfil de Power se suma al del nuevo director de la CIA, William Burns, también diplomático de carrera, con gran conocimiento específicamente de Rusia, donde desarrolló una parte de su labor, y cercano al prestigioso Carnegie Endowment. Burns además ha participado con notable protagonismo en las Administraciones de Ronald Reagan y de Barack Obama, lo cual confirma su carácter centrista y su experiencia en la gestión exterior. Al frente de la misma estará, como nuevo secretario de Estado, Anthony Blinke, cuya propuesta llenó de satisfacción las principales cancillerías europeas, al tratarse de un político que ha manifestado con claridad la prioridad de fortalecer las relaciones euroatlánticas y de ser un admirador del proceso de integración de las democracias continentales en la Unión Europea.
Completa la front court line de la acción exterior el general Lloyd Austin, nominado hace algunas semanas para el cargo de secretario de Defensa y que representa todo el prestigio del Ejército, habiendo ejercido como jefe del Comando Central encargado de las operaciones de las fuerzas americanas en Oriente Medio en el complicado periodo 2013 – 2016, cuando se implementó la primera fase de la estrategia de desvinculación de Estados Unidos de los conflictos sobre el terreno en la región, completada por la Administración Trump. Si los detalles de procedimiento no impiden su confirmación, ya que lleva retirado cuatro años y no los siete que son exigidos habitualmente, será el primer responsable afroamericano en ese cargo. La elección de Janet Yellen como secretaria del Tesoro y la propia vicepresidenta Kamala Harris, exponentes igualmente de la competencia política y profesional, refuerzan el sentido inclusivo y de respeto por la diversidad, y confirman de manera clara los criterios asumidos por Biden en la conformación de su nuevo equipo.