España no puede quedar atrás

La reciente visita de Emmanuel Macron a Marruecos, que culminó con la firma de importantes acuerdos económicos y de cooperación en áreas estratégicas como las energías renovables, el agua y red ferroviaria, marca una clara intención de reforzar la presencia francesa en el país magrebí.
Estos acuerdos incluyen inversiones de empresas francesas en proyectos de gran escala, como la construcción de una desaladora en Rabat y la extensión de la línea ferroviaria de alta velocidad hasta Marrakech. Para España, este renovado interés de Francia en Marruecos es una llamada de atención sobre la necesidad de una estrategia más competitiva y coordinada en el mercado marroquí.
Propuestas para potenciar la presencia española en Marruecos
1. Impulsar inversiones en infraestructura verde y energías renovables: la Administración española debería facilitar el acceso de empresas españolas al mercado marroquí, especialmente en sectores donde existe un gran potencial como la energía solar, eólica y el hidrógeno verde. La firma de acuerdos bilaterales específicos en energías renovables, similar a los pactos recientes entre Marruecos y empresas francesas, ayudaría a España a fortalecer su presencia y a competir con otros inversores europeos y asiáticos.
2. Fomentar la competitividad de la "Marca España": la imagen de las empresas españolas en Marruecos debería asociarse con innovación, calidad y sostenibilidad. La administración española puede lanzar campañas para potenciar la visibilidad de la "Marca España" en sectores clave. Además, sería fundamental fortalecer la reputación a nivel internacional, evitando situaciones que puedan dañar la imagen y confianza en los productos y servicios españoles.
3. Alianzas público-privadas para proyectos estratégicos: la colaboración entre el sector público y privado español podría facilitar la inversión en infraestructuras clave, como transporte, salud y educación en Marruecos. Estos proyectos pueden no solo abrir mercados para empresas españolas, sino también construir relaciones a largo plazo con instituciones marroquíes, alineándose con las estrategias de desarrollo del país.
4. Crear un entorno de cooperación comercial dinámico: Es importante que el gobierno español apoye a las empresas con herramientas que faciliten su adaptación al mercado marroquí, incentivando misiones comerciales y acceso a programas de financiamiento para exportaciones. La diplomacia económica debería centrarse en construir canales de comunicación eficientes y seguros, apoyando así la transferencia de conocimiento y tecnología.
Para aprovechar al máximo el potencial de Marruecos, que cada vez refuerza su atractivo como centro de negocios en el norte de África, España deberá actuar rápidamente.
Estos pasos, junto con un compromiso genuino de promocionar y mejorar la "Marca España", pueden afianzar una presencia competitiva frente a países como Francia, que están expandiendo sus lazos estratégicos en la región.